lunes, 8 de marzo de 2010

ORIGEN DEL PERONISMO EN TANDIL

LOS ORÍGENES DEL PERONISMO EN TANDIL

La década de 1940 fue una etapa escrita con vaivenes tanto internacionales como nacionales, que señalaron en la historia un hito complejo, cargado de experiencias traumáticas en las que la Humanidad pagó con sangre cambios que, posteriormente, dejaron secuelas, en algunos casos hasta hoy imborrables.

La Segunda Guerra Mundial con los horrores de toda guerra, acrecentados por el exterminio masivo y el uso por vez primera de bombas atómicas, tuvo en toda la geografía planetaria su repercusión. Argentina no fue una excepción ya que tanto los aliados, como el Eje, tuvieron simpatizantes y detractores.

Al gobierno de Agustín P. Justo, le sucedió en 1938 el del Dr. Roberto Ortiz, quien de alguna manera intentó una "redemocratización" limitada, teniendo en cuenta la década anterior, de tal suerte que en 1940 el radicalismo obtuvo el control de la Cámara de Diputados.

"Aliadófilos" y "neutralistas", que en realidad simpatizaban -mayoritariamente-con ideas político-económicas del Eje, encontraban en las filas de las Fuerzas Armadas, especialmente del Ejército, divergentes posiciones.

Con el recelo propio de sus posturas, convivían en una situación de difícil equilibrio y en donde el gobierno nacional era observado y en algunos casos presionado, para decisiones que tuvieran relación con la política exterior, mirando hacia Estados Unidos y Gran Bretaña.

El fallecimiento del Dr. Ortiz, promovió el ascenso a Presidente de la Nación del Dr. Ramón Castillo, un jurista catamarqueño, que era el vicepresidente y que debió enfrentar situaciones que finalmente cambiarían el rumbo del país hasta los días que corren.

La débil, pero política de consensos al fin, que había intentado tímidamente poner en juego Ortiz, fue reemplazada por la permanente confrontación de Castillo con el radicalismo, desgastando su política, la que además afrontaba la difícil situación de " neutralismo", que deterioraba la relación económica con los Estados Unidos.

La provincia de Buenos Aires, intervenida que fue la gobernación del conservador Fresco en1940, vio sucesivas conducciones de interventores que variaban según las relaciones interpersonales con el gobierno nacional.

A todo esto, Tandil venía siendo gobernada por el conservadorismo, cuyos caudillos indiscutidos eran Antonio Santamarina y Juan D. Buzón, que habían sido Comisionados luego del golpe de 1930, como quedó dicho.

Desde 1932 y hasta 1940, el odontólogo Dr. William Leeson estuvo al frente del Departamento Ejecutivo, como Intendente electo por la ciudadanía, desarrollando una labor apoyada en obras que encontraban en los dos citados caudillos, el apoyo indispensable para llevarlas adelante.

Con la intervención de la provincia antes citada, entre 1940 y 1942, retornaron los Comisionados hasta que el Dr. Leeson fue proclamado nuevamente Intendente en 1942.

Tandil de entonces asentaba su realidad socio-económica en el sector agropecuario y en la actividad canteril, además de un comercio que había retomado un ritmo más intenso luego de la gran depresión del 29-30.

Así los gremios de este rubro, los mercantiles, y los ferroviarios, constituían los sectores donde se destacaban sus dirigentes, mayoritariamente anarquistas, socialistas, comunistas y en algunos casos de raigambre conservadora, como en la Unión Ferroviaria, aunque el peso del quehacer gremial no era por esos tiempos de un desarrollo que pesara fuertemente en la política ni nacional ni local.

Los partidos políticos tradicionales se reflejaban en el quehacer del Partido Demócrata Nacional, que estaba estructurado sobre el poderoso Partido Conservador, cuyos líderes ya mencionamos; el radicalismo que había re- comenzado una actividad de alguna manera "aletargada" por los acontecimientos posteriores al derrocamiento de Yrigoyen, y en donde la figura de José A. Cabral. era la predominante; el socialismo y el comunismo que no escaparon a sus "internas"- como tampoco lo hicieron los partidos antes citados-que veían disminuidas sus filas, aunque en el sindicalismo estaban sus dirigentes más prominentes y hombres como Juan Nigro (socialista) y Juan Salceda (comunista) eran los que le daban un sustento ideológico importante.

El rico periodismo tandilense tenía por entonces en "La Comuna", dirigido por Manuel Romero y "Tribuna" cuyo director era Juan D. Buzón, los principales voceros del conservadorismo, sucesores en ese sentido, de los anteriores "El Municipio" y "El Régimen". Por su parte, en 1919, Cabral había fundado "Nueva Era", que era la voz radical; Juan Nigro "Germinal", que lo era del socialismo y Juan Calvo estaba al frente del decano del periodismo bonaerense: "El Eco de Tandil", al que Ovidio Saglul había convertido en diario anteriormente.

Con otros objetivos, aunque no escapaba a la polémica político-ideológica, el Pbro. Julio M. Chienno, párroco de Tandil, había fundado, en 1922, "La Revista", que era el pensamiento escrito de la Iglesia Católica local. A estos periódicos se sumaron muchos otros, algunos de efímera vida, que enriquecieron culturalmente al Tandil de aquellos tiempos.

El caluroso verano de 1943, tendría reservado para los tandilenses la inauguración de una de sus obras más representativas. El 10 de enero quedaba solemnemente librado a propios y extraños, peregrinos y turistas el Calvario, conjunción de arte y religión convertido con los años en uno de los lugares más destacados de Tandil y el país- es el único en su especie en América-dedicado a recordar en el Vía Crucis, los momentos culminantes de la Pasión de Jesús.

Ese día, una multitud de decenas de miles de fieles y curiosos, colmaron el Monte y sus alrededores, para participar del histórico hecho, que fue encabezado por el entonces Presidente de la Nación Dr. Ramón Castillo, el vicegobernador en ejercicio Dr. E. Míguez y el Intendente Leeson, además de la presencia del Nuncio Apostólico y varios Obispos, entre ellos el de nuestra Diócesis, Mons. C. Cáneva y el recordado Mons. D´Andrea.

Los poco más de 50.000 habitantes del partido, habían sido testigos y en algunos casos protagonistas, no sólo de un acto de proyección tal vez inimaginada en ese momento, sino además de la presencia de quien en pocos meses dejaría su lugar de Presidente de la Nación, en razón de la revolución militar del 4 de junio de 1943, que cambiaría el curso de la historia de los argentinos.

En tanto esto ocurría nivel nacional, en Tandil, el golpe mencionado, encontró a Leeson como Intendente, quien recién dejó su cargo casi un mes después, para que luego de un brevísimo interinato de dos días de Teodosio Azcoiti, asumiera como Comisionado designado por la Intervención provincial, el Tte. Cnel. Eduardo Alonso, a la sazón jefe del Haras "Gral. Lavalle", quien ya en Tandil había demostrado ser un hombre conciliador y de buenas relaciones, además de poseer estrechas vinculaciones con oficiales del G. O. U.,y que, curiosamente, llevó como colaborador al abogado Longin Prat, años después destacado dirigente y legislador radical.

Desde el 3 de julio de 1943 hasta el 19 de abril de 1944, Alonso se desempeñó al frente de la Municipalidad, encontrando en general buena receptividad por parte de los partidos tradicionales, los que incluso-como la UCR- habían adherido al golpe del 4 de junio, en un comunicado aparecido en "Nueva Era" del 6 de junio de 1943.

La inestabilidad citada en párrafos anteriores, se vio reflejada también en nuestra ciudad, de tal suerte que el mismo día 18 de abril en que dejó su comisionatura Alonso, asumió designado por la Intervención, el primer Comisionado civil de lo que a la postre sería el origen del peronismo, el Dr. Francisco Vistalli .

Este médico veterinario radicado en nuestra ciudad desde 1935, tuvo buenos contactos y amistades con el conservadorismo local y además era amigo del Tte. Cnel. Julio Lagos, uno de los miembros fundadores del G. O. U., quien habría intercedido para su designación al frente de la Comuna.

Vistalli " de tradición nacionalista y católica", según nos confirma su hijo, Marcos, buscó desarrollar en el corto período, una política de consenso y de "buenos vecinos" hasta el 18 de agosto en que finalizó su primera y breve incursión política, que años más tarde se intensificaría de tal suerte que fue un caudillo insoslayable en el estudio del peronismo tandilense hasta la década del 80.

Mientras tanto algunos radicales que comenzaron a simpatizar con la figura y las ideas de Perón, fueron tomando distancia del comité partidario que no veía con buenos ojos esta postura, e integraron la llamada Unión Cívica Radical -Junta Renovadora. Las dos figuras más descollantes de esta agrupación fueron el caudillo de Gardey Juan Adolfo Figueroa y Gustavo Villaverde

Otro militar reemplazó a Vistalli, el Mayor Eduardo Avalía quien permaneció casi hasta fines de 1944, sucediéndole Ricardo Boneo, que había sido secretario de Avalía y posteriormente -y llamativamente-el Dr. Alfredo Rozzi, destacado bioquímico radical-que no compartía las ideas de Figueroa y Villaverde-quien estuvo al frente del Municipio desde marzo a setiembre de 1945, cuando ya se avizoraban en el panorama nacional, disputas en torno a la figura creciente de Perón.

La presencia de Rozzi y la postura de los principales referentes locales del radicalismo, merecen un párrafo aparte, que en otra oportunidad abarcaremos, dado que la Comisionatura respondía casi siempre a las preferencias del Interventor de turno en la provincia y sus afinidades.

En setiembre de ese año asumió entonces como Comisionado, Edmundo Carbone, éste sí hombre cercano a quienes ya se perfilaban como seguidores y admiradores de Perón, y que confluían en reuniones de "mesa chica" y había estado junto a Villaverde y al poeta Lauro Viana, en las negociaciones previas a la designación del radical Rozzi.

A Carbone le tocó presidir la Comuna cuando se produjo el célebre 17 de octubre de 1945. Los opositores al gobierno habían centralizado sus críticas en la figura de Perón, quien el 12 de octubre fue detenido en la isla Martín García, mientras la clase política esperaba con optimismo que ello debilitara finalmente al gobierno.

Los episodios del 17 de octubre de 1945- consagrado después como el "Día de la Lealtad"-el protagonismo de la clase trabajadora, la labor de Eva Duarte, de Cipriano Reyes, de la entonces más unida CGT, llenan tomos de estudios que marcan el definitivo ascenso y la proclamación de Juan Perón, como el "primer trabajador" y jefe de los " descamisados". De aquí a su llegada a la Presidencia de la Nación hubo un paso.

En las grandes ciudades del país, los hasta entonces "invisibles " obreros, tomaron la calle enfervorizados por la decisión de liberar a Perón, que se encontraba en la Plaza de Mayo con sus iniciales y fundadores partidarios, que darían sustento a su futuro partido y a sus venideros gobiernos.

En Tandil se seguía desde la radio y algunas pizarras de diarios como "Nueva Era" lo que ocurría, con una cierta confusión, según testimonian testigos de época.

El gobierno, ante tamaña manifestación y las presiones persistentes, convocó a elecciones para abril de 1946, fecha luego adelantada para el 24 de febrero.

La campaña electoral estuvo signada por un lógico clima de urgencias. Los partidos tradicionales, radicalismo, socialismo, comunismo y el conservadorismo -el que tras largas tratativas no se integró a la coalición que enfrentaría a Perón- trataron de mantener cierta compleja cohesión, aunque muchos de sus dirigentes ya habían tomado partido por el ascendente militar, como la disidente Junta Renovadora de la UCR, que encabezó Hortensio Quijano.

Por su parte las organizaciones obreras pusieron a Perón al frente del flamante Partido Laborista, al que se unieron ciudadanos de la clase media atraídos por la retórica nacionalista y algunas expresiones extraídas de la Doctrina Social de la Iglesia, a la que ya mencionamos Perón adhería en sus conceptos básicos sobre lo político, lo social y lo económico, situándola, como después él la denominaría, como la "tercera posición", entre el capitalismo y el comunismo.

Enfrente, la "Unión Democrática" concentraba a los ya citados militantes de partidos políticos tradicionales, buena parte del empresariado y el apoyo del ex embajador norteamericano Spruille Braden, que sólo sirvió para que el incipiente peronismo ganara más votos. El coronel Domingo Mercante, afín al laborismo, sería el candidato a Gobernador de la fórmula que finalmente integraron Juan D.Perón y Hortensio Quijano.

En Tandil, ante la inminencia de las elecciones nacionales, se comenzaron a mover los partidos tradicionales, especialmente el radicalismo, ya debilitado por la escisión Renovadora, encabezada aquí- como quedó dicho-por Figueroa y Villaverde, en tanto el laborismo tomaba forma de la mano del Dr. Enrique Pizzorno y comenzaba a vislumbrarse el complejo entramado que daría forma al peronismo inicial de nuestra ciudad.

Las urgencias estaban al orden del día y las giras proselitistas hicieron que Perón llegara a Tandil el 18 de febrero de 1946, siendo recibido en la estación del FF .CC. por los más entusiastas seguidores, ya citados, encabezados por Juan Adolfo Figueroa, quien movilizó trescientos hombres a caballo, en una demostración de fuerza apreciable, hasta llegar al palco frente a la Plaza Independencia.

Recibido oficialmente por el Comisionado Carbone (que además se desempañaba al frente de la Subdelegación de Trabajo), fue la visita histórica que quedó grabada en la memoria colectiva.

Realizadas las elecciones, que marcó el triunfo de la fórmula encabezada por Perón, en Tandil también ocurrió lo mismo, obteniendo 5.767 votos ( 53 %), en tanto la Unión Democrática obtenía 4.4l4 votos, (poco más del 40%) y finalmente el Partido Demócrata Nacional, 695 votos lo que representaba apenas un poco más del 6 %.

Destacan los autores Melón, Gayol y Roig, que el aporte al triunfo en la provincia fue fundamentalmente proveniente del laborismo, en tanto en Tandil, fue el aporte de los hombres de las filas del renovadorismo radical los que incidieron fundamentalmente en el triunfo.

Aquí cabe señalar que el laborismo no contó, como en otros lugares, con el apoyo fuerte de la dirigencia gremial de sindicatos importantes y que ello se vio reflejado luego en la constitución del peronismo.

Los resultados en Tandil fueron conocidos lentamente y no fueron bien recibidos, como era de esperar, por la prensa lugareña marcadamente opositora a Perón, por su origen, según ya lo mencionamos.

El estilo personalista de Figueroa, había dado sus resultados, fuertemente "clientelista" y con seguidores fieles a su caudillo; pese a ello fue Pizzorno quien logró una banca en la Legislatura como diputado, accediendo luego a la vicepresidencia, estando de alguna manera, en veredas diferentes con Figueroa.

En el ámbito nacional es interesante destacar que Perón obtuvo 109 diputados, de los cuales 107 eran debutantes, setenta de ellos provenían del laborismo, con fuerte enraizamiento sindical; treinta del radicalismo renovador y los restantes conservadores, nacionalistas católicos, etc.

Tandil consagró dos diputados provinciales peronistas: E. Pizzorno y G. Villaverde y la UCR un diputado: Juan M. Calvo y un senador, Eduardo Molina.

Al triunfo siguió la disolución laborista y la constitución del Partido Único de la Revolución, ya en enero de 1947, Partido Peronista.

A él adhirieron Figueroa, Villaverde, Pizzorno y Epifanio Camarzana, dirigente del Sindicato de los Trabajadores del Campo y afines. Los conflictos que a nivel nacional tuvieron los integrantes de la coalición que ganó, se tradujeron también en Tandil, donde luego de dejar Carbone la Comisionatura y tras dos días de interinato de Mario Cervini, el 16 de agosto de 1946 asumió como Comisionado Juan A. Figueroa. Éste resumía en su personalidad abarcativa y férrea, las diferencias dentro del flamante partido,- característica que se han mantenido por la heterogeneidad de sus componentes hasta hoy-comenzando una gestión que mostraba en la administración de algunos sectores municipales su especial acento, tal el caso del Corralón Municipal (actual Dirección de Servicios) que, en manos de Villaverde, cobró relevancia y adonde permanentemente concurría Figueroa " a matear y solucionar problemas".

La gestión del caudillo de Gardey duró casi un año, ya que su enfermedad, lo obligó a renunciar, sucediéndole una serie de hombres de su confianza, hasta la asunción del primer Intendente peronista de Tandil, en 1948, el Dr. Proto Torres Ordóñez.

Quienes continuaron al frente de la Municipalidad fueron sucesivamente, Juan López Aranguren, Lauro Viana y Luis Collino, todos ellos del riñón figueroísta.

La actividad política comenzó a necesitar de locales propios, que los otros partidos ya tenían, y así el primero del peronismo sería el abierto en la esquina de Av. Quintana y Ameghino, corazón de Villa Italia, a instancias de Villaverde y a cuyo frente quedó el sindicalista Epifanio Camarzana, siguiéndole Pizzorno que abrió el primer local laborista en la Av. Machado, entre 4 de Abril y Av. Colón, a cuyo frente quedó J. Gallo, para, finalmente, en Gral. Pinto al 800, tener el espectro más céntrico, con Villaverde a la cabeza y, quienes seguían a otro hombre de la primera hora, E. Gutiérrez, abrir otro en Gral. Pinto 82. Serían éstas las futuras Unidades Básicas, como dio Perón en llamar a sus "comités", en el vocabulario de la política tradicional.

En 1947, y ante la inminencia de elecciones municipales, el peronismo fue a "internas" para elegir sus candidatos, triunfando el figueroismo, con 1.050 votos, sobre la lista encabezada por el sindicalista ferroviario Agustín Sívori, que sacó 526 y la que encabezó Luque que obtuvo 50.

La lista ganadora era integrada por Figueroa como candidato a Intendente y llevaba como concejales a Proto Torres Ordóñez, José Vulcano, E. del Valle, Dr. Emilio Mauri Casabal, Dr. Adolfo Naveyra, Silverio L. Serrano y Cayetano Di Raddo.

Apareció aquí oficialmente la figura de otro importante sindicalista que adhirió al peronismo tempranamente, se trata del dirigente de la Unión Ferroviaria y de su Mutual, Silverio L. Serrrano , el que luego sucedería a Torres Ordóñez como el primer Intendente de extracción sindical hasta el presente.

La muerte de Figueroa en 1947, sumió al partido en un debate sobre la "sucesión", el que finalmente fue resuelto promoviendo los candidatos de la lista ganadora, de tal suerte que el Dr. Proto Torres Ordóñez, fue elegido para candidato a Intendente, manteniéndose el resto de los candidatos a concejales, merced a la fuerte presencia de Villaverde y sus contactos con el gobierno provincial. Se serenaban de alguna manera los ánimos.

Los preparativos y la campaña electoral fue especialmente intensa entre los radicales que abrieron en los barrios centros de acción, en tanto socialismo y comunismo, así como los conservadores, llevaban adelante lo suyo en menor medida.

A esta altura, en tanto las unidades básicas lograban concentrar la actividad militante, entre la que cabe destacarse un apoyo más intenso que al principio de trabajadores hacia el pizzornismo, llegado el momento del comicio, la "interna" dio paso a la unidad, para lograr el triunfo en las urnas .

Finalmente, realizadas las elecciones municipales de 1948, el Partido Peronista ganó con amplitud, con 5.230 votos (casi el 55%), contra 2.ll8 de la UCR (22%), 1.775 del PDN (l8 %), 213 del PC y l90 del PS.

De esta manera el Dr. Proto Torres Ordóñez quedaba proclamado Intendente electo de Tandil, asumiendo el 1 de mayo de 1948. El Concejo Deliberante quedaba integrado por ocho concejales peronistas, entre ellos S. Serrano, A. Naveyra, R. Bralo, O. Caligiuri, tres radicales y tres conservadores, presidiendo el cuerpo, Silverio L. Serrano.

De inmediato el gobierno local se puso a atender demandas de necesidades básicas y reclamos obreros sobre mejoras, especialmente salariales, dado que desde el gobierno nacional, Perón había satisfecho en buena medida expectativas antes reclamadas insistentemente.

Los sindicatos más combativos contra el inicial peronismo fueron menguando sus acciones y finalmente se integraron a la CGT, mayoritariamente en manos del sindicalismo ya peronista.

El gabinete de Torres Ordóñez fue marcadamente proclive a responder al sucesor de Figueroa, es decir a Gustavo Villaverde y su labor se vio, en muchos casos, conflictuada por la intervención de éste, a veces en desmedro del mismo Intendente.

Las desinteligencias crecieron y finalmente Torres Ordóñez renunció, asumiendo como Intendente, el 26 de diciembre de 1949, Silverio Luis Serrano, a la postre el primer y hasta ahora único Intendente de extracción sindical de Tandil-haciendo la salvedad que Arnaldo Cheverrier, ganó las elecciones de 1962, pero no asumió, por la anulación de las mismas por el gobierno del. Presidente Arturo Frondizi.

Serrano puso especial énfasis en llevar buenas relaciones con el resto de los partidarios y con la oposición, "voy a hacer una gestión de amigos y atenderé a todos", recuerda que le comentó a su hijo Francisco L. Serrrano. Fue quien inició las gestiones para dotar de gas y cloacas a Tandil, lo que se concretaría años después, cuando Serrano ya había dejado el Municipio.

La pavimentación de calles y avenidas así como la extensión de la red de agua a los barrios, fueron prioridades en su labor. Le correspondió rescatar la antigua fábrica de ladrillos y posterior basurero, para pensar en levantar allí una plaza, que sería posteriormente la actual Gral. San Martín.

La reactivación del Mercado Municipal y la promoción de venta de productos económicos marcaron parte de esta etapa.

No podemos dejar de mencionar aquí al Dr. Mauri Casabal, que venido desde La Plata, se desempeñó en Turismo, con algunas ideas entre utópicas y cuasi delirantes, pero que sin embargo fue precursor de la idea de levantar un dique, lo que ocurriría años después, como consecuencia del desastre de las inundaciones de 1951.

Tandil además gozaba del privilegio de tener dos diputados peronistas: Pizzorno a quien por sorteo le correspondieron dos años y Villaverde que fue por cuatro, entre en 1946 y 1950, y además un diputado radical, Juan M. Calvo y un senador, Eduardo Molina, como ya lo mencionamos. Pizzorno alcanzaría luego una senaduría provincial, entre 1952 y hasta la Revolución Libertadora del 55.

Serrano culminó su período entregando el Municipio el 1 de mayo de 1952, al electo candidato del peronismo, Carlos R. Marzoratti, quien luego fue reelecto, gobernando hasta el golpe de 1955

El gobierno del peronismo en Tandil tuvo sus ácidos críticos en diarios opositores que como "El Eco de Tandil " y "Nueva Era", eran conducidos por radicales, sufriendo clausuras en su momento; disponiendo a partir de 1948, año en que el caudillo conservador J. D. Buzón dejó "Tribuna" su propio medio, dirigido primero por Mauri Casabal, luego por Villaverde y finalmente por el Dr. Enrique Pizzorno, hasta su desaparición en 1955.

En este capítulo, de divulgación y sin pretensiones académicas, hemos querido darle a nuestros apreciados lectores, una apretadísima visión de aquellos años de la historia local, pero no podríamos resistir la tentación de finalizar, sin considerar las tres opciones que plantea el valioso trabajo de los ya citados historiadores Melón, Gayol y Roig. Ellos se preguntan acerca de si el peronismo en Tandil fue" una perpetuación conservadora, un desprendimiento radical o génesis sindical", concluyendo en que pese a la complejidad que se aprecia en aquellos momentos fundacionales- y que a nuestro entender continúa-se inclinan por la segunda afirmación, es decir desprendimiento radical.

Modestamente nosotros apreciamos- más allá del origen partidario de varios de los "fundadores"-la continuidad de un estilo, un patrón de conducta, casi una mentalidad, más cercana a lo que fue el conservadorismo, lo que además se apoya en las formas conductuales políticas de sus principales referentes, cargados asimismo de un pensamiento afín a un nacionalismo más morigerado que el de la época y con raigambre fuertemente ligada al pensamiento de la Iglesia, especialmente en lo concerniente a su Doctrina Social

Si recorremos el itinerario de Figueroa, Villaverde, Vistalli, lo apreciamos más claramente así como en Torres Ordóñez, Serrano y Pizzorno, se ve más preeminencia de la última afirmación, y en los dos últimos la preferencia de contactos y actividad con sectores sindicales.

Queda mucho camino por recorrer en estas líneas, apenas un esbozo no exento, tal vez, de apreciaciones subjetivas, en razón de los conocimientos personales de los actores, aspiramos simplemente a delinear un panorama abierto a interpretaciones y estudios profundos, porque el tema lo merece, porque es un tramo complejo y extenso de esta historia que continúa.


Daniel Eduardo Pérez

En memoria de don Jorge M. Lester y el Dr.Jorge Gentile.

Al amigo Francisco Paco Serrano

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