lunes, 25 de mayo de 2015

EL FUNDADOR DE TANDIL Y LA REVOLUCIÓN DE MAYO




EL FUNDADOR DE TANDIL Y LA REVOLUCIÓN DE MAYO
                            Daniel Eduardo Pérez

Pocos tandilenses saben-porque no se lo han  enseñado o no tuvieron noticia de ello-que el fundador de nuestra ciudad tuvo un papel muy destacado y decisivo en la Revolución de Mayo.
Corría el año 1810. La caída de España en manos de Napoleón, produjo en las colonias españolas en América una  ebullición en relación con la conducta a seguir, dado que la autoridad real había cesado y, consecuentemente, los virreyes y o gobernadores en estas tierras eran cuestionadas como legítimas.
El Río de la Plata, en especial Buenos Aires, ya había sufrido las invasiones de los ingleses en 1806 y 1807, que fracasaron merced a la briosa reacción local..
Los criollos,  entendían que el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, ya no representaba a ningún gobierno y que por lo tanto era llegada la hora de decidir sobre los propios destinos.
Fue Cornelio Saavedra  quien sostuvo en la reunión del 18 de mayo en la casa de don Martín Rodríguez “ que no sólo es tiempo, sino que no se debe perder una sola hora”, en tomar la iniciativa.
Al día siguiente se encontraron en lo de Rodríguez Peña, donde había “una gran reunión de americanos que clamaban porque se removiese del mando al virrey y crease un nuevo gobierno americano…”.y  se hiciese un cabildo abierto para que el pueblo reunido decidiera la suerte. Se resolvió entonces pedir personalmente la venia de Cisneros para que se convocara a cabildo “público y general”. Al día siguiente Cisneros tomó conocimiento oficial del pedido de cabildo abierto y se presentó  en el Fuerte defendiendo la postura que si España no caía totalmente  en manos de Napoleón no veía por qué hacer tanto alboroto.
Fue allí que Saavedra le dijo:“No, señor; no queremos seguir la suerte de la España, ni ser dominados por  los franceses: hemos resuelto reasumir nuestros derechos y conservarnos por nosotros mismos (…): “Esto mismo sostuvieron  todos mis compañeros”. Ante la decisión demostrada, el virrey dijo que entonces se haría el Cabildo.
Relata M. Rodríguez en sus Memorias, que en consecuencia se reunieron una vez más los patriotas el 20 de mayo.  Allí Saavedra “…dijo que  estaba pronto a cumplir lo que había prometido; pero que era preciso buscar otro local” para reunirse esa misma noche, resolviéndose que fuera en la casa ofrecida por Rodríguez Peña , donde se hizo la “Junta” (así la llama  Rodríguez), con la presencia de: Cornelio .Saavedra, Manuel Belgrano, Francisco Antonio Ocampo, Florencio Terrada, Juan J. Viamonte, Antonio Luis Beruti, Feliciano Chiclana, Juan J. Paso,  su hermano Francisco, Hipólito Vieytes , Agustín Donado y Martín Rodríguez, las tropas quedaron acuarteladasignorando todos el motivo de esta novedad, como ignoraba también el pueblo”.
“Se decidió enviar una comisión para entrevistar a Cisneros para intimarlo a cesar en el mando.
Resultó el nombramiento en el doctor Castelli y Martín Rodríguez, y para asegurarse mejor,-dice Rodríguez- pidieron  que el comandante de granaderos de infantería Terrada, fuese con ellos; pues su batallón estaba acuartelado en el Fuerte y bajo los balcones del mismo Cisneros, y como en él había muchos oficiales españoles, temían que al momento de la intimación, se asomase Cisneros  a un balcón y llamase a los granaderos y los apresase.”
“El comandante Terrada fue con los patriotas, se puso a la cabeza  de sus granaderos y Castelli y Rodríguez  subieron. “Entramos a la sala de recibo-dice Rodríguez- y encontramos allí a Cisneros jugando a los naipes con el brigadier Quintana, el fiscal Caspe, y un tal Goicochea, edecán suyo. Nos dirigimos a la mesa. Tomó la palabra Castelli y dijo:
Excelentísimo señor: tenemos el sentimiento de venir en comisión por el pueblo y el ejército, que están en armas, a intimar a V.E. las cesación en el mando del virreinato”.
“El virrey y colaboradores respondieron airadamente a los patriotas, por lo que Castelli le  contestó “ que no se acalorase, que la cosa no tenía remedio”
“Entonces tomé yo la palabra y le dije:
“Señor: cinco minutos es el plazo que se nos ha dado para volver con la contestación; vea V.E. lo que hace”.
Señores, nos dijo, cuánto siento los grandes males que van a venir sobre este pueblo de resultas de este paso. Bien pues, puesto que el pueblo no me quiere, y el ejército me abandona, hagan ustedes lo que quieran”. Salimos de allí y nos dirigimos a la casa de la reunión, diciendo: Señores, la cosa es hecha: Cisneros ha cedido de plano, y dice que hagamos lo que queramos”.Nos empezamos a abrazar, a dar vivas, a tirar los sombreros por el aire”.
“En el acto salieron Beruti, Peña y Donado, con varios criados  y canastas a recolectar todos los dulces y licores que hubiese en las confiterías. Se puso una gran mesa  en casa de Rodríguez Peña, que duró tres días cubriéndose de continuo para que entrara todo el mundo que quisiese a refrescarse
La Plaza de la Victoria estaba llena de gente y se adornaban ya con la divisa en el sombrero de una cinta azul y otra blanca, con el primor que en todo aquel conjunto de pueblo, no se vio el más ligero desorden.”
El 24 procedió  el Cabildo, al nombramiento de vocales de que se debía componer la Junta de Gobierno de estas Provincias y las que comprendía la dilatada extensión del virreinato. El doctor don Juan Nepomuceno  Sola, don José Santos Incháurregui, el doctor Juan José Castelli y yo,-nos dice Martín Rodríguez- fuimos los electos en aquel día; y para la presidencia el  mismo don Baltasar Hidalgo de Cisneros: se constituyó esta Junta el mismo día 24 a la tarde. “
Pero al conocerse que Cisneros presidía esa Junta comenzaron rápidamente las expresiones de descontento, los debates fueron intensos en las reuniones y en los cuarteles, de resultas de lo cual “ al fin del día 24 también quedó disuelta esa Junta y yo fui el que le dijo a Cisneros, que era necesario se quedase sin la presidencia, porque el pueblo así lo quería- nos dice Saavedra- a lo que él también se allanó sin dificultad
Finalmente el 25 de mayo quedó integrada la Junta como “ estaba resuelto en los acuerdos anteriores y recayó éste  en las personas de  don Miguel de Azcuénaga, don Manuel Belgrano, el doctor Juan José Castelli, el doctor don Manuel Alberti, don Juan Larrea, don Domingo Matheu y Cornelio Saavedra, a quien querían como presidente de ella y comandante de las armas”
Asimismo  también juraron como secretarios los designados doctores Juan José Paso y Mariano Moreno y que  por política fue preciso cubrirla con el manto del señor Fernando VII a cuyo nombre se estableció y bajo de él expedía sus providencias y mandatos
No sólo eran los militares en sus cuarteles sino que –como consigna el acta capitular de ese día- “las gentes que cubrían los corredores dieron golpes por varias ocasiones  a la puerta de la sala capitular; oyéndose las voces  de que querían saber lo que se trataba; y, don Martín Rodríguez,  tuvo que salir a aquietarlos”
 El clamor  de los criollos fue intenso y el día 25 se manifestó en una demanda enérgica del pueblo, que se había concentrado frente al Cabildo encabezados por sus inspiradores y respaldado por los cuerpos militares de nativos” .
El grupo de Saavedra se manifestó como el más vigoroso y avasallador”  y : “El grupo más numeroso y más importante que se sumó a Saavedra  con la calidad de, voto del sindico, es el de Martín Rodríguez.” quien no cabe duda, había logrado incluir a muchos hombres dispares”….
Al día siguiente, el 26 de mayo, la Junta dio a conocer la famosa proclama revolucionaria.
Llegamos así al final del relato sobre los hechos fundamentales del nacimiento nacional, del que hemos conmemorado el Bicentenario, al que  Tandil estuvo estrechamente relacionado en sus festejos, porque nada menos que su fundador-como quedó dicho- fue una de las piezas claves de la Revolución de Mayo, resultando, a la postre, uno de los pocos próceres de la gesta que  fundó un pueblo…y nos tocó el privilegio ser ese pueblo.