EL FUNDADOR DE TANDIL Y LA REVOLUCIÓN DE MAYO
Daniel Eduardo Pérez
Pocos tandilenses saben-porque no se lo han enseñado o no tuvieron noticia de ello-que el
fundador de nuestra ciudad tuvo un papel muy destacado y decisivo en la
Revolución de Mayo.
Corría el año 1810. La caída de España en manos de
Napoleón, produjo en las colonias españolas en América una ebullición en relación con la conducta a
seguir, dado que la autoridad real había cesado y, consecuentemente, los
virreyes y o gobernadores en estas tierras eran cuestionadas como legítimas.
El Río de la Plata, en especial Buenos Aires, ya había
sufrido las invasiones de los ingleses en 1806 y 1807, que fracasaron merced a
la briosa reacción local..
Los criollos,
entendían que el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, ya no representaba
a ningún gobierno y que por lo tanto era llegada la hora de decidir sobre los
propios destinos.
Fue Cornelio Saavedra
quien sostuvo en la reunión del
18 de mayo en la casa de don Martín Rodríguez “ que no sólo es tiempo, sino que no se debe perder una sola hora”,
en tomar la iniciativa.
Al día siguiente se encontraron en lo de Rodríguez Peña,
donde había “una gran reunión de
americanos que clamaban porque se removiese del mando al virrey y crease un
nuevo gobierno americano…”.y se
hiciese un cabildo abierto para que el pueblo reunido decidiera la suerte. Se
resolvió entonces pedir personalmente la venia de Cisneros para que se
convocara a cabildo “público y general”. Al
día siguiente Cisneros tomó conocimiento oficial del pedido de cabildo abierto
y se presentó en el Fuerte defendiendo
la postura que si España no caía totalmente
en manos de Napoleón no veía por qué hacer tanto alboroto.
Fue allí que Saavedra le dijo:“No, señor; no queremos seguir
la suerte de la España, ni ser dominados por
los franceses: hemos resuelto reasumir nuestros derechos y conservarnos
por nosotros mismos (…): “Esto mismo sostuvieron todos mis compañeros”. Ante la decisión
demostrada, el virrey dijo que entonces se haría el Cabildo.
Relata M. Rodríguez en sus Memorias, que en consecuencia
se reunieron una vez más los patriotas el 20
de mayo. Allí Saavedra “…dijo que
estaba pronto a cumplir lo que había prometido; pero que era preciso
buscar otro local” para reunirse esa misma noche, resolviéndose que fuera
en la casa ofrecida por Rodríguez Peña , donde se hizo la “Junta” (así la
llama Rodríguez), con la presencia de: Cornelio .Saavedra, Manuel Belgrano, Francisco
Antonio Ocampo, Florencio Terrada, Juan J. Viamonte, Antonio Luis Beruti,
Feliciano Chiclana, Juan J. Paso, su
hermano Francisco, Hipólito Vieytes , Agustín Donado y Martín Rodríguez, las
tropas quedaron acuarteladas “ ignorando todos el motivo de esta novedad,
como ignoraba también el pueblo”.
“Se decidió enviar una comisión para entrevistar a Cisneros para intimarlo
a cesar en el mando.
“Resultó el
nombramiento en el doctor Castelli y
Martín Rodríguez, y para asegurarse mejor,-dice Rodríguez- pidieron que el comandante de granaderos de infantería
Terrada, fuese con ellos; pues su batallón estaba acuartelado en el Fuerte y
bajo los balcones del mismo Cisneros, y como en él había muchos oficiales
españoles, temían que al momento de la intimación, se asomase Cisneros a un balcón y llamase a los granaderos y los
apresase.”
“El comandante Terrada fue con los patriotas, se puso a la cabeza de sus granaderos y Castelli y Rodríguez subieron. “Entramos a la sala de recibo-dice
Rodríguez- y encontramos allí a Cisneros jugando a los naipes con el brigadier
Quintana, el fiscal Caspe, y un tal Goicochea, edecán suyo. Nos dirigimos a la
mesa. Tomó la palabra Castelli y dijo:
“Excelentísimo señor: tenemos el sentimiento
de venir en comisión por el pueblo y el ejército, que están en armas, a intimar
a V.E. las cesación en el mando del virreinato”.
“El virrey y colaboradores respondieron airadamente a los
patriotas, por lo que Castelli le
contestó “ que no se acalorase, que la cosa no tenía remedio”
“Entonces tomé yo la palabra y le dije:
“Señor: cinco minutos es el plazo que se nos ha dado para
volver con la contestación; vea V.E. lo que hace”.
“Señores, nos dijo, cuánto siento los grandes
males que van a venir sobre este pueblo de resultas de este paso. Bien pues,
puesto que el pueblo no me quiere, y el ejército me abandona, hagan ustedes lo
que quieran”. Salimos de allí y
nos dirigimos a la casa de la reunión, diciendo: “Señores, la cosa es hecha:
Cisneros ha cedido de plano, y dice que hagamos lo que queramos”.Nos empezamos a abrazar, a dar vivas, a
tirar los sombreros por el aire”.
“En el acto salieron Beruti, Peña y Donado, con varios criados y canastas a recolectar todos los dulces y
licores que hubiese en las confiterías. Se puso una gran mesa en casa de Rodríguez Peña, que duró tres días
cubriéndose de continuo para que entrara todo el mundo que quisiese a
refrescarse”
La Plaza de la Victoria estaba llena de gente y se
adornaban ya con la divisa en el sombrero de una cinta azul y otra blanca, con
el primor que en todo aquel conjunto de pueblo, no se vio el más ligero
desorden.”
“El 24
procedió el Cabildo, al nombramiento de
vocales de que se debía componer la Junta
de Gobierno de estas Provincias y las que comprendía la dilatada extensión
del virreinato. El doctor don Juan
Nepomuceno Sola, don José Santos
Incháurregui, el doctor Juan José Castelli y yo,-nos dice Martín
Rodríguez- fuimos los electos en aquel
día; y para la presidencia el mismo don
Baltasar Hidalgo de Cisneros: se constituyó esta Junta el mismo día 24 a la tarde. “
Pero al conocerse que Cisneros presidía esa Junta
comenzaron rápidamente las expresiones de descontento, los debates fueron
intensos en las reuniones y en los cuarteles, de resultas de lo cual “ al
fin del día 24 también quedó disuelta esa Junta y yo fui el que le dijo a
Cisneros, que era necesario se quedase sin la presidencia, porque el pueblo así
lo quería- nos dice Saavedra- a
lo que él también se allanó sin dificultad”
Finalmente el 25
de mayo quedó integrada la Junta como “ estaba resuelto en los acuerdos
anteriores y recayó éste en las personas de don Miguel de Azcuénaga, don Manuel Belgrano,
el doctor Juan José Castelli, el doctor don Manuel Alberti, don Juan Larrea,
don Domingo Matheu y Cornelio Saavedra, a quien querían como presidente de ella
y comandante de las armas”
Asimismo también
juraron como secretarios los designados doctores Juan José Paso y Mariano Moreno y que “por política fue preciso cubrirla con el manto del señor Fernando
VII a cuyo nombre se estableció y bajo de él expedía sus providencias y
mandatos”
No sólo eran los militares en sus cuarteles sino que
–como consigna el acta capitular de ese día- “las gentes que cubrían los corredores dieron golpes por varias
ocasiones a la puerta de la sala
capitular; oyéndose las voces de que querían saber lo que se trataba; y,
don Martín Rodríguez, tuvo que salir a aquietarlos”
“El
clamor de los criollos fue intenso y el
día 25 se manifestó en una demanda enérgica del pueblo, que se había
concentrado frente al Cabildo encabezados
por sus inspiradores y respaldado por los cuerpos militares de nativos” .
El grupo de
Saavedra se manifestó como el más vigoroso y avasallador” y : “El
grupo más numeroso y más importante que se sumó a Saavedra con la calidad de, voto del sindico, es el de
Martín Rodríguez.” quien no cabe
duda, había logrado incluir a muchos hombres dispares”….
Al día siguiente,
el 26 de mayo, la Junta dio a conocer la famosa proclama revolucionaria.
Llegamos así al
final del relato sobre los hechos fundamentales del nacimiento nacional, del
que hemos conmemorado el Bicentenario, al que
Tandil estuvo estrechamente relacionado en sus festejos, porque nada
menos que su fundador-como quedó dicho- fue una de las piezas claves de la
Revolución de Mayo, resultando, a la postre, uno de los pocos próceres de la
gesta que fundó un pueblo…y nos tocó el
privilegio ser ese pueblo.
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