martes, 8 de diciembre de 2015

LA INMACULADA CONCEPCIÓN PATRONA DE TANDIL



LA PATRONA DE TANDIL Y LA PRIMERA PARROQUIA

El 8 de diciembre se celebra el día de la Inmaculada Concepción, Patrona de Tandil.
Esta  celebración reconoce muy antiguas raíces, ya que en Oriente se concretaba  en el siglo VI, desde donde se trasladó a Occidente, aprobada primero en el Concilio de Londres de 1129 y luego generalizada en el siglo XV por el Concilio de Basilea y especialmente por el Papa Sixto IV en 1476.
La concepción inmaculada de la Virgen-objeto de una de las más fervorosas devociones marianas-fue proclamada como dogma de fe por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854. Su imagen la presenta teniendo a sus pies el mundo, envuelto en nubes y circundado por los anillos de una serpiente.
En el origen de nuestra ciudad, cuando se levantó el Fuerte de la Independencia, dentro del mismo se construyó una pequeña capilla u oratorio castrense, que, según afirma el padre Suárez García, fue puesto bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, recogiendo una "venerable e ininterrumpida tradición..." ya que no se ha encontrado documentación alguna.
El mismo autor atribuye la elección a la devoción que tenía el Brig. Gral. Martín Rodríguez por la patrona del Regimiento de Patricios, del que fue fundador y jefe.
Según la documentación existente la primera mención de la existencia de una imagen de la Virgen, aparece en un inventario del segundo Cura Párroco de Tandil, el Pbro. Domingo Scavini, realizado para la primera iglesia en 1854, a la que denomina estatua de "la Pura y Limpia". En 1863 el Párroco José M. Rodríguez reemplazó esa imagen por otra nueva de "más de cinco cuartas", adquirida en Buenos Aires.
Fue en el Curato de José M. Cruces, cuando doña Rosaura Machado de Gómez-vecina de larga prosapia tandilense-donó la imagen de la Inmaculada Concepción tallada en madera de dos metros de altura y hermosa figura.
Una imagen de la Virgen está en el Museo del Fuerte Independencia, donada oportunamente por la familia Valor y que, según se cree, data del siglo XIX. Una comisión de vecinos inauguró  un monumento con una imagen de la Inmaculada en la intersección de Av. Espora y ruta 226, que ahora con la remodelación de ésta, fue reubicada.
Más recientemente, en el atrio de la Parroquia del Santísimo Sacramento, se entronizó otra bella imagen que preside el lugar donde descansan los restos de los Párrocos Julio.M. Chienno y Mons. Luis J. Actis.
                                                          
LA PARROQUIA Y SU PROTAGONISMO SOCIAL
Desde su fundación, Tandil -siguiendo la tradición española-tuvo atención religiosa. Primero de los pocos que comenzaron a asentarse en estas tierras y luego, con el lento pero constante arribo de nuevos pobladores, de todos los que en las proximidades del Fuerte iban instalándose.
Rápidamente la pequeña capilla castrense ubicada dentro del mismo Fuerte y atendida inicialmente por los sacerdotes que trajo en su expedición fundadora el Brig. Gral. Martín Rodríguez, fue reemplazada por precarias construcciones ubicadas en la esquina de 9 de Julio y Gral. San Martín, (hoy Tiendas La Capital) primero y luego en la de Gral. Pinto y 9 de Julio (hoy Banco de la Provincia), adonde concurrían los sacerdotes que de tanto en tanto se trasladaban habitualmente de Dolores, para dar la misa y acercar los sacramentos, básicamente bautismos y matrimonios.
Con el correr de los años el vecindario reclamó una prestación permanente y fruto del empeño de los Jueces de Paz e integrantes de la Corporación Municipal, entre ellos algunos que no eran católicos como el pionero danés Juan Fugl, colaboraron intensamente para que, además de obtener la radicación de un sacerdote, se erigiera un templo " digno de este pueblo". Así, con gran esfuerzo, se levantó en el predio de Yrigoyen y Gral. Pinto (hoy Banco Bisel), la primera capilla construida "ad hoc".
Fue en 1854- año clave en las instituciones básicas de Tandil- que finalmente los reclamos del vecindario y las gestiones de sus autoridades dieron sus frutos, al erigirse canónicamente la Parroquia del Santísimo Sacramento y designarse poco después al primer Cura Párroco, el padre franciscano Luis María Mancini.
Fueron aquellos años muy duros, por cuanto la indiada estaba alzada-recordemos que Rosas había sido vencido en Caseros- y tribus amigas del Restaurador estaban levantiscas, asolando con malones distintos puntos de la provincia.
Tandil no fue la excepción y así en 1855 y parte de 1856, el bravío Yanquetruz al frente de sus hombres asoló el poblado,-como vimos en el capítulo anterior- produciendo el denominado "éxodo tandilense", que incluyó prácticamente desde autoridades municipales, salvo el  valiente Juez Carlos Darragueira y alguno más, vecinos y hasta el mismo Cura Párroco.
Aquietada la frontera interior, poco a poco fue retornando la población, hasta recomenzar la tarea, interrumpida, de seguir adelante con los emprendimientos que fueron esenciales para la comunidad: la educación y la práctica religiosa.
La ayuda del vecindario y la Municipalidad al finalizar la década del ‘60 del siglo XIX, permitieron pensar en levantar un templo, siempre bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, patrona de Tandil, que resultase "imponente", tal como creía la sociedad de los tandilenses de entonces, se merecía  el pueblo.
Era tal el empeño del conjunto de pueblo y autoridades que, llevados por su fe, lograron que finalmente se levantara en su actual lugar el nuevo templo.
Relatan documentos de la época, que el anuncio de su próxima inauguración había creado un clima de verdadera fiesta popular. Es que para el sentido logro material, habían colaborado casi todos los pobladores de una u otra manera y los gobiernos en sus distintas jurisdicciones, especialmente la Municipalidad de Tandil con don Carlos Díaz al frente, verdadero paladín civil de este fervor religioso.
Aquel 28 de febrero de 1878, el pueblo "todo"-recalca el padre Suárez García en su "Historia de la Parroquia"- participó de la solemne inauguración del templo de la Inmaculada Concepción, de la Parroquia del Santísimo Sacramento, que, presidida por el Arzobispo de Buenos Aires Mons. Federico Aneiros, máxima autoridad eclesial para la gigantesca jurisdicción bonaerense y el Párroco Pbro. Dr. José Terradas, alcanzó a expresar tanta alegría y tanta satisfacción, al ver concretada una obra- que si bien material- era esencialmente producto del espíritu.
Desde entonces la Parroquia tuvo como eje este templo y fue no sólo un lugar de prácticas religiosas, sino centro del accionar de los distintos Párrocos que dejaron su sello y su huella trazada, para que los que les siguiesen profundizaran el surco y junto a los feligreses y también a quienes no lo eran, beneficiaran la evolución social de Tandil.
Extenso sería enumerar la obra de los distintos curatos, todos ellos con positivos saldos en favor de la sociedad de los tandilenses, por eso hemos de referirnos más explícitamente a algunos tramos relevantes de los del siglo XX  hasta la actualidad, donde el entramado parroquia-sociedad, han vivido y viven distintos momentos señalados por acontecimientos tanto religiosos como socio-políticos-económicos.
Este período-el siglo XX- encierra uno de los más importantes en la historia contemporánea, tanto en el mundo como en nuestro país, dado que a las sangrientas dos Guerras Mundiales, le siguieron procesos que afectaron a toda la humanidad y que, lamentablemente, hasta hoy han escrito con sangre largas páginas de la historia.
Hubo además hechos pioneros que desde la ciencia médica a la conquista del espacio, la revolución cibernética y la verdadera explosión de los medios de comunicación, hasta la caída del muro de Berlín, en lo religioso registra nada menos que el Concilio Vaticano II (1962-1965) que marcó una nueva etapa en la relación Iglesia-Estado-Sociedad, "aggiornando", entre otras cosas, la Doctrina Social de la Iglesia Católica y promoviendo un acercamiento ecuménico muy positivo entre las grandes religiones, merced, además, a la acción de Papas que, como Juan XXIII, Pablo VI y el recordado Juan Pablo II, han marcado una profunda huella de cambios en la sociedad mundial.
La Iglesia en Tandil, no fue ajena a todo lo que mencionamos y así es que los  extensos curatos del Pbro. Julio María Chienno y de Mons. Dr. Luis J. Actis, que abarcaron entre ambos desde 1916 hasta 1978, sentaron las bases del accionar, especialmente pastoral, de buena parte del siglo.
Chienno fundó así- entre otras instituciones-la Cofradía de Luján, en 1930; la Acción Católica en  1936 y la Conferencia Vicentina en 1938, abriendo la luego célebre librería de la Juventud de la Acción Católica a cuyo frente estuvo hasta su cierre, nuestro querido amigo y maestro Antonino Pellitero, que merecerá un párrafo aparte en estas líneas.
También fue Chienno quien fundó el periódico "La Revista", en 1922, desde cuyas columnas sostuvo recordadas polémicas, cuando la masonería y el comunismo aparecían como verdaderas amenazas a la fe católica y la convivencia entre las ideologías no era palabra conocida.
Querido y atacado por sus firmes posiciones, Chienno fue un hombre de peso en el quehacer tandilense, hombre de consulta y referente insoslayable a la hora de tomar decisiones, aún desde el ámbito del poder político, le correspondió estar al frente de la inauguración del Calvario, el 10 de enero de 1943, acontecimiento que con los años es cada vez más valorado, no sólo como monumento que une arte y religión, y por lo tanto centro de peregrinaciones y diversas expresiones de fe, sino además como un poderoso atractivo turístico-evangelizador. Fue además quien levantó las capillas del Sagrado Corazón y la de Nuestra Señora de Begoña.
A la muerte del padre Chienno, en 1944, le sucedió el primer Párroco tandilense, el ya citado sacerdote Luis J. Actis, joven ardoroso, activo y de una gran formación teológica, que volcó en innumerables publicaciones con su firma, su pensamiento, siendo la más importante  "Caminos de elevación", que fue traducido a numerosos idiomas y llegó a un número de ediciones sin precedentes,
La labor del luego Monseñor Actis, fue prolífica. En 1946 fundó la filial local de la Federación Católica de Educadores; seis años después la Liga de Madres de Familia y en 1961 la Legión Hijas de María. Las dos primeras de inserción clara en dos temas que lo apasionaron: la educación y la familia, fundamento del accionar de una sociedad.
También como Chienno, Actis bregó desde "La Revista", con su afilada pluma, por los ideales y principios defendidos con profunda fe.
Creyó firmemente en la relación de la parroquia con los distintos estamentos de la sociedad, sin transigir sin embargo en aquello que entendía podía lesionar sus principios básicos, usando herramientas evangelizadoras que acercaran el pueblo a la fe, por ello fue firme impulsor de la celebración de la Semana Santa, su Procesión solemne del Viernes  y de la creación de las Estampas de la Redención, siendo el autor del magnífico libreto que puso en escena junto con sus amigos Jorge Lester y Enrique Ferrrarese y que estuvo vigente hasta 2004, en que por cuestiones ajenas a lo que fue desde el inicio una expresión cultural-religiosa, fue dejada de lado, aunque retomada por la Fundación de Actores y puesta en escena en la zona del barrio La Movediza y luego en otras ciudades.
En 1947, comenzó a dar forma a una idea que lo tenía obsesionado: un lugar adecuado para que Tandil tuviera acceso a expresiones culturales: el Salón Parroquial y sede de la Acción Católica, que finalmente inauguró en 1951, dando lugar a lo que sería el Teatro Estrada, que hoy luce, con nombre cambiado inexplicablemente, y que, desde hace unos años, es patrimonio municipal.
Quien escribe estas líneas no podrá olvidar las "matinee" de cine - obviamente en blanco y negro-cuyas películas seguían domingo a domingo y donde la sala se llenaba de niños, para regocijo de su constructor, que veía cumplida parte de su misión. Años más tarde y con su consentimiento, integramos la Comisión de Actividades Culturales del Teatro, junto a otros amigos, que marcó un  camino en la cultura tandilense.
No había finalizado la obra del Salón Parroquial, cuando encaró entusiastamente la remodelación del frente del templo.  Él entendía que había que dotarlo de un frente imponente y, más allá de consideraciones arquitectónicas, puso manos a la obra con el respaldo popular hasta lograr que en 1969, tras poco más de una década de trabajo, se inaugurara con sus torres, conteniendo al carrillon que en 1931 el padre Chienno hiciera colocar traído desde Bochum (Alemania).
Fue en su Curato y Vicaría, que viendo la urgente necesidad de implementar como nuevas parroquias a las que eran capillas dependientes de la más conocida como "Iglesia Matriz", se crearon las nuevas cinco parroquias, para extender a todo Tandil la acción pastoral y socio cultural.
De aquellos tiempos surgen en el recuerdo del autor de estas líneas, los encuentros de los domingos al mediodía, en la librería "de Antonino", donde además de retarnos por el "maldito cigarrillo" y dejar el clásico "Esquiú", expresaba sus pareceres acerca de las formas de implementación de lo normado por el Concilio Vaticano II, a lo que por su formación y edad, le costaba adaptarse, sin dejar de obedecer.
Además de la política religiosa, también la política nacional y local lo apasionaban, no callando cuantas veces fuera necesario defender la libertad, ignorando muchos hasta el día de hoy, algunos episodios que en otra oportunidad relataremos.
También fue actor principal, como Párroco, en la creación de la Universidad, en 1964, cuando el Dr. Osvaldo Zarini y sus colaboradores emprendieron tarea de tamaña magnitud. Allí la Parroquia, en su persona, estuvo presente activamente, decididamente convencido de la importancia que tendría en el futuro, pese a la sempiterna indiferencia y pesimismo de muchos.
Cumpliendo con lo dispuesto por la Iglesia, al cumplir 75 años, se retiró como Cura Párroco, siendo coincidente con el centenario de la inauguración del Templo, en 1978, realizándose una fiesta de homenaje popular, multitudinaria con la presencia de todas las autoridades, varios Obispos y vecinos de toda la ciudad.
No se retiró a "cuarteles de invierno" y pese a su edad, sotana al viento, manos enguantadas y su clásico sombrero, recorría aún en los crudos días de frío, trasladado por su viejo y recordado Renault 4, sanatorios, para visitar enfermos, dar misa en el Colegio San José o en San José Obrero y animar con su oratoria las reuniones patrias del Museo del Fuerte. La obra final de su empeño fue precisamente San José Obrero, ya que falleció en 1995, yaciendo sepultado, junto a su antecesor, en el Templo.
Una tarea diferente, igualmente valiosa, pero con impronta propia le correspondió a su sucesor como Párroco, el Pbro. José Tommasi, luego Obispo Auxiliar de Bahía Blanca y posteriormente Obispo de 9 de Julio. Dando cumplimiento a algunas de las normativas que encerraban la interpretación del Concilio Vaticano II, modificó  aspectos del Templo, entre ellos el retiro del histórico púlpito y los mármoles del comulgatorio, poniendo énfasis en una labor pastoral con una visión más inclinada a lo social y a la atracción de la juventud, a la que dedicó buena parte de su tarea.
Sucedió a Mons. Tommasi, Mons. Lionel Mosse, poseedor de una vasta cultura, que no dudó en dotar al Templo y especialmente a la Casa Parroquial de comodidades que los nuevos tiempos exigían, poniendo su empeño y mucho más, en una obra que brindó espacios confortables para la reunión de los ya abundantes grupos que se encontraban trabajando en la sede parroquial.
A él se debe la idea primigenia de crear en Tandil un canal de cable, dando los pasos para que finalmente se creara Cerrovisión, bajo la impronta de transmitir desde allí palabras e imágenes que enriquecieran la cultura y el espíritu de los tandilenses, con un signo cristiano que lo caracterizara.
De modales suaves y voz pausada, de pensamiento hondo y un amor al prójimo, dio- parafraseando a la Madre Teresa de Calcuta "hasta que duela"-, siendo también testimonio de hombre de servicio en la Parroquia del Sagrado Corazón, hasta su retiro, en el que  continúa, en los días que corren, su colaboración donde se le requiera.
Finalmente, y hasta la actualidad, conduce la Parroquia., desde 1989, el Pbro. Raúl Troncoso, a quien Dios le dio la oportunidad de poner sus valores y sus talentos, al servicio de los que menos tienen, en una labor que la hora del país reclamó y reclama.
En su curato se creó el Museo de la Parroquia y se restauró el templo en su totalidad, entre otras obras que abarcan especialmente las de contenido social.                                                                    

                            Daniel Eduardo Pérez