EL CENTENARIO DE LA ESCUELA NORMAL
Tandil en el año del bicentenario de la Patria, tiene además un motivo particular para celebrar en el marco de los festejos de carácter general: la querida Escuela Normal cumple sus primeros cien años.
El Tandil de la época
Al comenzar el siglo XX Tandil ciudad (desde 1895) contaba con alrededor de 15.000 habitantes –casi la mitad de la población del partido-de los cuales más del 30 % eran extranjeros.
Ya para esa época circulaban en Tandil varios periódicos, siendo el más trascendente y que ha llegado hasta nuestros días, El Eco de Tandil, fundado en 1882 (el más antiguo de la provincia y cuarto más antiguo del país), satisfaciendo las necesidades de una sociedad en crecimiento que ya contaba con una escuela para varones (1857) y otra para mujeres (1859) y que se vería enriquecida con otras, entre ellas el Colegio Sagrada Familia, fundado en 1896. Desde 1883 el FFCC llegaba al Tandil lo que colaboró para que la industria de la extracción de la piedra se incrementara.
Recién comenzado el siglo, en 1902, y a través del empuje de sus comerciantes, se creó el Banco Comercial del Tandil, banco de capitales locales, que con el paso del tiempo sufriría las consecuencias económicas del orden nacional y que desapareció. El Banco Comercial, que cumplió una verdadera tarea de apoyo a la industria y al comercio de la ciudad, se había sumado a la existencia del Nación y el Provincia que ya estaban desde fines del siglo XIX.
Las demandas de progreso material de la sociedad de la época se vio satisfecha con el reemplazo del alumbrado público existente por el eléctrico, cuya concesión fue otorgada en 1903 y que treinta años más tarde estaría a cargo de una empresa gestada casi épicamente, como es la Usina Popular.
En 1904 apareció el primer diario (hasta entonces sólo eran periódicos), fundado por José A. Cabral, con el nombre de Democracia. En 1907 se instaló el Distrito Militar y al año siguiente la Congregación de los Hermanos de la Sagrada Familia creo el Colegio San José, incorporándose a la veintena de escuelas existentes entre oficiales y las privadas más relevantes que eran el Colegio Chapsal, el Sudamericano, el Ítalo-Argentino, el Franco-Argentino, el Dano-Argentino, el Sarmiento ,de la Iglesia Evangélica , el Sagrada Familia y el Hogar de Niñas, ambos regenteados por las Hermanas Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia.
Para ese entonces ya en la ciudad se podían ver películas (con ensayos desde 1905 y 1906) y meses después de fundado el Colegio San José, nacía la Biblioteca Rivadavia, que hasta nuestros días, desde sus anaqueles, alimenta la cultura local.
Familias de pioneros, como la de don Ramón Santamarina, dejaron en esos primeros años del siglo, obras imperecederas que hoy son de importancia capital. Tal el caso del Hospital Municipal Ramón Santamarina y de la iglesia Santa Ana, ambos inauguradas en 1909, en memoria de aquel gallego que tanto quiso a Tandil.
En política, a la Unión Cívica Radical, que en 1893 se había organizado localmente, se sumó, hacia 1909 el Partido Conservador, los que con el posterior nacimiento del Partido Socialista (1912) y del peronismo (1944/45), conformaron las grandes fuerzas que tienen vigencia hasta la actualidad, con la incorporación de otros partidos menores, manteniendo Tandil, desde aquellas épocas, un fuerte carácter caudillista que llegó hasta los días que corren, aún más allá de las estructuras formales,
Las Escuelas Normales
Todo ese crecimiento también se reflejaba en el deseo del vecindario, ansioso por disponer de una escuela que formara maestros, aquellos maestros que desde la Escuela Normal de Paraná, creada por Sarmiento, se fueron extendiendo, en una diáspora educativa, a lo largo del país, especialmente en la Mesopotamia y de allí a nuestra provincia.
“Hablar de normalismo significa también hablar de ley 1420, de positivismo y de laicismo. En consecuencia, el “normalismo” se enfoca con todas las pasiones que estos temas desatan siempre en nuestro país, pasiones que nacieron en la época de la Organización Nacional y que nunca se acallaron”-dice Zanotti en su “Historia del normalismo”.
“La Escuela Normal de Paraná –“alma mater” del normalismo argentino– tuvo en sus orígenes gravísimas dificultades por motivos de orden religioso, y las familias tradicionales comenzaron por no enviar sus hijos a sus aulas por considerarla opuesta a principios confesionales tradicionales.. Ambos hechos –el planteo filosófico y el religioso–continúa Zanotti- derivan, naturalmente, en consecuencias políticas de variada índole, que han llevado al fenómeno de que ciertos partidos de izquierda sean algo así como los grandes abogados defensores del normalismo, mientras que otros, de derecha acentuada, se hayan convertido en sus grandes fiscales acusadores.”
” Las escuelas normales-prosigue Zanotti- constituyen en nuestro país uno de los pocos casos de establecimientos educacionales con tradición propia, con un conjunto de detalles –estilo, cuerpo docente, himno, etc.. etc..– que le otorgan un calor afectivo de singular fuerza. Es sabido que en otros países esta tradición propia de cada establecimiento escolar es cosa común, y sus egresados y cuerpo docente adquieren un amor a la escuela y un espíritu de unión que perdura por toda su vida y se transmite de generación en generación. Este fenómeno es, por el contrario, poco común en la Argentina –excepción hecha de colegios de colectividades extranjeras o de algunos religiosos– y sólo se manifiesta con intensidad en el caso de las Escuelas Normales.”
La Escuela Normal de Paraná es entonces la primera Escuela Normal de la Argentina, una de las escuelas creadas durante el mandato de Domingo Faustino Sarmiento, como resultado de la aplicación de la Ley dictada el 6 de octubre de 1869 y reglamentada por el decreto del 13 de julio de 1870, que establecía que funcionara en la que fuera sede del gobierno de la Confederación. Las clases comenzaron el 16 de agosto de 1871.
Tenía como principal misión la formación de maestros para escuelas comunes, su primer Director fue el profesor norteamericano Jorge A. Stearns, un liberal protestante impulsor de la corriente normalista. De igual nacionalidad fueron las primeras maestras que tuvo la escuela que sirvió de modelo para escuelas similares creadas en el país.
“Esta escuela fue norteamericana por sus directores, por sus regentes, por su mobiliario y útiles, por la traducción de sus libros ingleses, por su táctica escolar militarizada y uniforme, por sus procedimientos y doctrinas.”-dice Zanotti, pero también fue una verdadera escuela nacional porque las catorce provincias argentinas de entonces le mandaron alumnos de ambos sexos”.
A Stearns lo sucedió el español José María Torres y un número importante
de profesores arribaron principalmente desde 1883, entre las que se destaca Sarah Eccleston quien creó el Jardín de Infantes en 1884, el primero en Latinoamérica y el Profesorado de Maestras Kindergartianas Normales. Fue la última maestra norteamericana en dejar la institución.
La creación de la Escuela Normal de Tandil
A todo esto, Tandil dependía de la Escuela Normal de Azul (fundada en 1887) y de la de Dolores (fundada en 1888)-la más cercanas- para poder formar a sus maestros. Entonces, casi como siempre, surgieron voluntades firmes que comenzaron a reclamar ante las autoridades nacionales la llegada de esta institución señera. Las gestiones de hombres de especial predicamento, como el diputado nacional don Antonio Santamarina, de don Eduardo Arana, don Juan Brivio, a la sazón contador mayor del Ministerio de Hacienda de la Nación, don Francisco Amespil, presidente del Consejo Escolar y del Intendente Emilio Vivot, se vieron coronadas con el dictado de la ley que permitiría tener la escuela reclamada. Fue el decreto del 20 de enero de 1910, firmado por el Presidente de la Nación José Figueroa Alcorta, el que creó la Escuela Normal Mixta de Tandil, por el que además se crearon también las de San Pedro, Pehuajó, Lincoln y Olavaria.
En el año del Centenario de la Revolución de Mayo, Tandil se veía enriquecido en su sistema educativo con la ansiada escuela. Fue designado como director don Juan Ramón Bonastre, un correntino nacido en Itatí de trayectoria impecable y que dejó su impronta en el novel establecimiento, ganándose el respeto y cariño de los tandilenses.
A los efectos de su funcionamiento, el Intendente Vivot donó al Estado Nacional el edificio de Río Bamba (hoy Alem) y Maipú, donde había funcionado el antiguo Asilo San Juan y luego el primer Hospital Municipal, el que desde 1909 contaba con las flamantes instalaciones que hoy conocemos, donadas por la familia Santamarina.
Vivot hizo lo que pudo para acondicionar aquel viejo edificio, pero la matrícula inicial de 35 alumnos (29 mujeres y 6 varones) y de 231 alumnos del Departamento de Aplicación primario, exigía mayores comodidades.
Resulta curioso leer la nota que Bonastre le dirige el 29 de octubre al Dr. Carlos Groussac, Subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública, reclamando por el mobiliario (no tenía ni bancos) y la posterior contestación perentoria que decía:
"Vaya inmediatamente a abrir la escuela de Tandil, adquiera allá los útiles y los muebles indispensables y páseme la cuenta porque el tiempo apremia".
Agrega más adelante Bonastre que cumplió la orden y que "en cuanto a los muebles, lo que adquirí fueron sillas y varias tablas de pino con que improvisé la mesa". "Los pizarrones, mesas, escritorios, mapas, ilustraciones varias, etc. fueron adquiridas en ésta y en calidad de préstamo de las escuelas locales y de varios particulares, los que ya fueron devueltos a sus respectivos dueños".
Las clases en la flamante y esperada Escuela Normal comenzaron a la hora 8 del jueves 14 de abril de 1910, en el lugar ya mencionado.
En relación a las incomodidades, el mismo Bonastre, al año siguiente, se refería al tema informando y reclamando por “ las aulas mal distribuidas, estrechas y la mayoría inadecuadas a enseñanza, tanto por su disposición como por la forma que presentan. Además son inconvenientes para el número de grados y cursos de que dispone actualmente y con más razón cuando se tenga que formar el tercer año, o alguna sección de grado ( ... ).
El personal que acompañó a Bonastre como plantel fundacional estuvo integrado por Etelvina Pereyra (vicedirectora y profesora), Ramón Carriegos (secretario y profesor de Castellano); Juan Gatti (médico, profesor de Historia Natural); Enrique Lamy ( profesor de Francés); Ventura Pessolano ( profesor de Educación Física y maestro de sexto grado); Zacarías Cabrera (profesor de Dibujo y maestro de quinto grado) ; César Cardoso ( profesor de Trabajo Manual); Fernando Del Fresno (profesor de Música); María B. de Lamy (profesora de Economía Doméstica); Cristina Carné (profesora de primero Infantil); Hermelinda G. García (maestra de primero Superior); Fotina Magret (maestra de segundo grado); Amelia Suárez Nelson (maestra de tercer grado); Joaquina Goya (maestra de cuarto grado); Jaime Sánchez (portero) y Tomás Garrido (sirviente).
La flamante Escuela estrenó sus luego destacadas participaciones, en el año de su fundación, en los actos del Centenario de la Revolución de Mayo.
Al año siguiente Tandil le tributó un homenaje a don Eduardo Arana con motivo de asumir la Gobernación de la provincia, con un gran banquete servido en el Teatro Italiano, donde el orador principal fue precisamente el Director de la Escuela.
En ese año también se rindió homenaje, por primera vez, a los Muertos por la Patria, con un acto en la Plaza Independencia. concretado el 31 de octubre.
En 1912 el comisionado Eduardo Arana, cedió la manzana en la que está emplazada hoy la Escuela y que fuera parte de la original Plaza de Carretas, posterior Ferias Francas y luego Estadio Municipal, pero pasarían todavía muchos años-treinta y uno exactamente- antes que el establecimiento tuviera su nuevo edificio allí.
En 1913, el año de la primera promoción; Bonastre dejó registrada, y la recogió la Memoria-álbum de 1960, (de la que participamos), la necesidad imperiosa de una ampliación. “Dado el número cada vez mayor de alumnos, la capacidad del edificio ya no era bastante, el Director gestionó i obtuvo de las autoridades municipales la ampliación solicitada; de inmediato se procedió a la construcción de un amplio salón en un extremo del edificio existente, el salón estaba destinado a los actos públicos i al mismo tiempo era convertible en cuatro aulas por medio de sendas mamparas movibles”
“La construcción mencionada estuvo lista al finalizar el año escolar, pudiéndose utilizar el salón en la exposición anual que ese año fue de una importancia extraordinaria por la calidad i cantidad de trabajos expuestos al juicio del público.
“A modo de inauguración del mencionado salón, los jóvenes tandilenses organizaron un gran baile de gala en honor de los flamantes primeros maestros egresados después de cuatro años de labor e intensa actividad, promisoria de futuros triunfos.”.
Se recibieron diecisiete alumnas- todas mujeres- en ese año que tuvo 268 alumnos inscriptos en primaria y 80 para el curso Normal, lo que da la pauta de la importancia que la escuela ya tenía en la población tandilense y de la zona.
Las primeras egresadas, fueron: Dolores Anza, Prudencia Alfonsín, Teófila Apezatche, Virginia Barbeito, Rosa Gazzaneo, Rufina Gómez, Sara Murguizur, Teodora Mosqueira, Juana Magret, Laura Magenta, Laura Isabel Petilo, María E. Peyrel, Ercilia Rosso, Zulema Suárez Nelson, Elisa Solari, Juana Urrutibehety y Elvira Vignes..
El acto de colación de grados se realizó en el Teatro Italiano, y al respecto, en la Memoria redactada para el citado álbum de las Bodas de Oro (1960), se dice:. “El Director mui emocionado .despidió a sus nuevos colegas, con palabras alentadoras para el futuro con mui sabios consejos; allí demostró ser el gran maestro'. La velada resultó ser un exponente de relieves artísticos extraordinarios, como pocas realizadas en la localidad; entre los números artísticos se destacó notablemente la "Oda a la Naturaleza" adaptada y dirigida por la docente Amalia Suárez Nelson.” , luego agrega que Don Antonio Santamarina, hijo de Ramón y a la sazón diputado nacional, brindó un almuerzo criollo a las egresadas y al cuerpo directivo y docente en su estancia Bella Vista.
Prosigue la Memoria de 1960: “Un epílogo inesperado tuvo la actuación del digno i meritorio primer Director de la Escuela Normal Profesor Don Juan Ramón Bonastre. Su fallecimiento el 23 de febrero de 1914, víctima de una tifoidea seguramente agravada por la decepción causada por una denuncia que pretendió ser denigrante para su moral, hecha precisamente por el matrimonio que más beneficios había recibido de su bondad i correcto proceder.
“El inspector encargado del sumario pudo comprobar la inconsistencia, de los cargos; los denunciantes fueron exonerados en sus funciones; la víctima tuvo tiempo de conocer las conclusiones del sumario que lo declaraba libre de toda culpa.”
Cabe consignar, como curiosidad, que la redacción de esa Memoria-álbum respetaba en su redacción el uso de la i por la y, modalidad impuesta y divulgada por el profesor don Ramón Carriegos.
La muerte de Bonastre conmovió profundamente a la sociedad tandilense en la que el docente había calado hondo. Una multitud participó de su sepelio la que a lo largo del recorrido fúnebre, desde el Hospital hasta la misma Escuela, lo acompañó con muestras de sincero pesar. Los oradores que rindieron homenaje con su palabra, fueron numerosos encabezados por el Intendente Antonio Santamarina. Tandil despidió así con todos los honores al gran maestro correntino.
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Aquellos treinta y cinco jóvenes normalistas y los 231 niños del Departamento de Aplicación, comenzaron a recorrer un camino pleno de realizaciones, donde profesores de fuste formaron generaciones, para orgullo de nuestra Escuela Normal.
El crecimiento y sus demandas impulsaron, con los años, la necesidad de un edificio acorde, y así comenzaron las tratativas para su construcción, que impulsadas por el diputado provincial Juan D. Buzón, vieron su final feliz con la inauguración del edificio que hoy conocemos en Av. Santamarina 851 (la manzana que había cedido en 1912 el Intendente Arana) el 11 de setiembre de 1943, lugar inolvidable de nuestra adolescencia normalista, llena de ideales.
En el viejo edificio de Maipú y Alem funcionó posteriormente la Escuela Industrial (luego Técnica 3). Cuando las topadoras acabaron con aquel vetusto edificio, para dar paso al nuevo que albergaría la Escuela Técnica, muchos tandilenses vieron brotar alguna lágrima de sus ojos, al irse un pedazo de historia grande del Tandil.
A Bonastre le sucedió como Director Juan O.Gauna y a éste Dalmiro Gauna. Los Directores posteriores fueron sucesivamente: Lázaro Fernández, Juan Manuel Cotta, Ruperto Lucero, Teófilo Farcy , Mercedes B. de Portela de Lis, Felipa D. de Gianfarra, (a quien le correspondió el traslado al nuevo edificio), Dr. José G. Rivas, María A. Rabal, Lucía C. de Rothemberger, Mercedes Uzabel Roumé, Natalio P. Echegaray , María Alés, Elsa Marelli, María L. Garrués, Lucero Acevedo Díaz y desde 1995, Susana Copponi.
En el transcurso de su historia la Escuela festejó los aniversarios importantes de su fundación y así rescatamos los de las Bodas de Plata en 1935, los de las Bodas de Oro en 1960 y las de Brillante en 1985.
En todos los casos ex alumnos y ex docentes acompañaron los actos, notándose la presencia de personalidades que, con el correr de los años, habían sido destacadas personalidades nacionales en las más diversas profesiones, desde la docente a la política y que ostentaban orgullosos el título de maestros egresados de nuestra Normal.
Antes de finalizar, nos tomamos la licencia de recordar nuestro paso por la Escuela desde 1954, promoción que en 1958 dio el record de once varones maestros. Siguen vivas en nuestra memoria las presencias inolvidables de profesores que como el Dr. Gattó, Rosita Estévez, Ninfa Silva, Paco Serrano, Joaquina Zubillaga, Osvaldo Zarini, Mariquita Alés, don Isaías Orbe, Alicia Peré , Mecha Uzabel, Nicola, Garaguso, Grutzky…tantos otros, nos dejaron marcadas huellas imborrables.
El Club Colegial, los “asaltos”, los pic nics del Día del Estudiante, el acto de despedida, la cena y el baile “blancos”en el Palace, los primeros viajes de egresados…en fin, tantos y tantos recuerdos se nos aparecen desde la lejanía, con la claridad y la frescura de algo vívido. Allí están también los compañeros de entonces-amigos de hoy-entre los que ya no nos acompañan Roberto .Dabidós y Jorge Di Paola (Dipi)…
Hoy la centenaria Escuela, lleva el nombre de Escuela Normal Superior “Gral. José de San Martín” (1971) y comprende a la Escuela Media Nº 10 (1994) dependiendo de la provincia. Sus autoridades son: Directora General; profesora Susana Copponi; vicedirectora, Esther Cagnone; Directora de nivel inicial, Prof. Adriana Fernández; Directora de nivel primario, Prof. Elsa M. Díaz;; Directora de nivel secundario básico, Prof. Liliana Rodríguez y Director de nivel medio superior Dr. Mario Abatí.
El futuro está para hacerse como nos enseñaron el Libertador (cuyo glorioso nombre lleva la Escuela) y el gran sanjuanino, que hizo de la educación la herramienta más valiosa para el bienestar y progreso de los pueblos.
Daniel Eduardo Pérez
Excelente reseña. Interesante y amena. Los hechos detallados marcan el contexto en el que se desarrollaron y no fueron tomados en forma individual, por lo tanto, es posible plasmar en la mente las imágenes de lo que se describe.
ResponderEliminarMuy buen artículo con agradables notas de color.
Muchas gracias, profesor Perez.
MÓNICA CAMPITELLI
Me interesa conocer el nombre completo del profesor de geografía de apellido Campos
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