Fuschini-Fidanza
Los primeros médicos que hicieron
historia en el Tandil
En los años fundacionales del Tandil, la
salud fue un problema que mereció la
atención de las autoridades del momento por las dificultades para la llegada de
médicos, ante la ida de los pocos-o ninguno-existentes. La ida del Dr. Córdoba
obligó a solicitar el nombramiento o envío de quien lo remplazase, respondiendo
el ministro de Gobierno, el 11 de octubre de 1864, que se satisfaría la solicitud con la designación del Dr. José Fuschini, como médico de policía,
quien asimismo portaría vacunas.
La
llegada del Dr. Fuschini señaló sin duda el comienzo de la medicina organizada
en Tandil, dado su formación y su personalidad.
José (Giuseppe Andrea Gapare) Fuschini Sambi había nacido
en Ravenna, Italia el 10 de octubre
de 1829 en el seno de una familia de médicos. Tanto su padre Luigi, como su
abuelo Francesco, fueron médicos renombrados de la época. Su infancia
transcurrió en Ravenna formando parte de una familia de varios hermanos
(Rosina, Maddalena, Catterina, Emilia y Checchino). Su madre Rosa había muerto
joven y su padre se casó nuevamente con Cleonilde (no trascendió su apellido)
con quien Giuseppe tenía una muy buena relación. Sus estudios universitarios
los hizo en Padua donde se graduó de médico alrededor de 1858.
Hizo sus primeras prestaciones en
Sovigliano, cerca de Génova, y en 1860 fue nombrado en Ferrara en la Unidad
Sanitaria del Batallón 48º de Infantería donde actuó como Médico Militar. Eran
épocas difíciles en Italia, ya que tenían lugar las batallas por la unificación
del país. En 1860 Giuseppe Garibaldi logró la anexión del reino de Nápoles al
del Piamonte cuyo Rey era Vittorio Emanuele II.
Giuseppe era
republicano, igual que su padre Luigi y estaban relacionados con el líder de la
época, Garibaldi (Giuseppe era muy amigo de la hermana de Garibaldi). En ese
contexto, fue hecho prisionero con otros compañeros y llevados presos al Castillo Sant’Angelo en
Roma, desde donde se escaparon tirándose desde la muralla del castillo a las
aguas del rio Tiber ¿? La anécdota es divertida y hoy no nos explicamos cómo se
escaparon, ya que el rio Tiber está bastante alejado del Castillo-comenta su
bisnieta Mónica Dufour.
En 1861 conoció a Blanca Francisca
Nicol Fidanza Rojas integrante de una familia acomodada de origen italiano, pero que vivía
en Buenos Aires. Su padre, Simón Fidanza, era un empresario naviero de la época
que se había instalado en Buenos Aires y allí había formado su familia con
Elvira Rojas (madre de Blanca) y posteriormente, ya viudo, se casó con Petrona
Cané, también argentina. La familia Fidanza siempre estuvo ligada por
relaciones familiares y de negocios a la ciudad de Génova, y era común que sus
miembros viajaran desde y hacia Buenos Aires. Blanca había nacido en Moneglia
que era el lugar de residencia de la familia Fidanza en Italia. En uno de esos
viajes fue que Giuseppe y Blanca se conocieron.
La pareja enamorada, quería casarse e ir a vivir a Ravenna, pero las
condiciones económicas no lo ayudaban a Giuseppe, que, aunque tenía su puesto
de médico, no era fácil que lo trasladasen y tampoco tenía una casa donde
vivir. Esta situación familiar, acompañada de la inseguridad que se vivía en
Italia debido las luchas de la integración de los reinos, hizo que tomara la
decisión de casarse y emigrar a la Argentina.
Aquí la nueva pareja tendría mejores oportunidades ya que la familia Fidanza
en Buenos Aires podría ayudarla. Se casaron en la iglesia de Santa Croce de
Moneglia el 15 de agosto de 1861 y viajaron a Argentina partiendo de Génova a
fines de octubre de ese año.
Del matrimonio
de Giuseppe (tradujo su nombre a José cuando llegó a la Argentina) y Blanca
nacieron, según comentaba mi madre, -nos dice Dufour- doce hijos de los cuales solo seis vivieron
hasta que fueron adultos. En la epidemia de difteria de 1888 fallecieron cinco de los hijos
del matrimonio y que paradójicamente, fue José quien aplicó en Tandil la
primera vacuna contra la difteria. También me cuenta mi tía Negra que Emilia se
salvó de la difteria porque su padre le hizo traqueotomía. Usaba siempre ropa
con cuello alto para tapar la cicatriz.
Los primeros años en Argentina la pareja vivió en Buenos Aires con la
familia de Blanca, hasta que en 1864 nombraron a José como médico de policía en Tandil-como ya citamos- donde ejerció su profesión
hasta su muerte en 1898.
Pese
a que la pareja vivió en Tandil, sus hijos se educaron en Buenos Aires y en
particular sus cuatro hijas mujeres:
Rosa, Catalina, Emilia y Magdalena que se
casaron con personas de renombre de Buenos Aires.
De
los tres varones, Mario estudió medicina y José ingeniería recibiéndose ambos
en la Universidad de Buenos Aires. Mario y José eran los hermanos más chicos,
por lo tanto durante la época de sus estudios universitarios ,en la década de
1900 a 1910, aprovechaban para visitar a sus hermanas casadas y mantuvieron con
ellas una buena relación.
Al tercero
“Eduardito”, le decían” Babito”, era discapacitado y vivió con su madre hasta
que ella murió en 1901. María Inés Casares, nieta de Mario Fuschini Fidanza, me
contó que su abuelo le había prometido a su madre que cuidaría de él hasta su
muerte y así lo hizo. Creo que Babito murió
alrededor de 1922 y fue enterrado en la bóveda de Tandil. Recién entonces Mario,
con 42 años, se puso de novio y se casó en 1923. Era un solterón empedernido,
al que todos cargaban y decían que nunca sentaría cabeza-nos dice Dufour.
Como
se estilaba entre los jóvenes de aquel momento, José y sus sobrinos eran
asiduos concurrentes a conciertos y a teatros donde se reunían con sus pares y
las chicas de la época. También lo eran a las carreras del hipódromo. Es más,
apostaban a los caballos, generalmente al perdedor y es así cómo se
"jugaban la vida"... y las finanzas.
En tanto Fuschini se debatía en la soledad tandilense
en su magnífico y denodado accionar, la botica municipal, debió ser intervenida,
a esta altura verdadera protagonista de malos tragos en el pueblo. Los
"interventores" presididos por el vecino Luis Arabehety, hicieron lo
que pudieron a partir de su buena voluntad, lo que además se complicó por la
enfermedad de Fuschini, quien partió hacia Buenos Aires para atenderse,
llevando la comisión de tratar de conseguir un "farmacéutico",
diríamos " en serio". Quiso la
suerte que Fuschini en Buenos Aires se encontrara con otro italiano como él,
también graduado en Padua, pero como farmacéutico, Flaminio Maderni y lo convenciera de venir al Tandil para ejercer
su noble y deseada profesión.
En su estadía en Buenos Aires le
correspondió un destacado rol en la lucha contra la epidemia de cólera de lo
que quedó como testimonio un álbum de agradecimiento de los vecinos de la Boca
del Riachuelo que dice:
Buenos Ayres, Boca del Riachuelo
Mayo de 1868
Al
Señor Doctor Don José Fuschini
Muy Señor Nuestro
Cumplimos con un deber de gratitud ofreciendo a Ud. este Álbum en
testimonio de reconocimiento por los inapreciables servicios que Ud. nos ha
dispensado en la última epidemia, cuando el Cólera penetró en la Boca del
Riachuelo y visitó hasta la última repartición de esta colmena de trabajadores.
Ud. era para nosotros un amigo.
Hoy que el ministro de la muerte ha desaparecido del seno de esta
familia. Ud. es para nosotros más que un amigo es un hermano.
Los hombres que se estrechan la mano en medio de la fiesta se olvidan
cuando la luz del día siguiente pone fin a la alegría.
Por el contrario, vínculos que se forman en la hora del dolor, del
sacrificio y de la muerte son inquebrantables, eternos.
¿Qué importa encontrar seres que hagan coro del festín ?
Hallar hombres que calienten el corazón que se hiela con el calor del
suyo, que ofrezcan su vida por un hermano desconocido, que presenten la caridad
de Dios en el hogar desamparado, es encontrar la salud en la enfermedad, el
consuelo en el dolor, la esperanza en la desolación.
Nosotros hemos encontrado en Ud. no un compañero para librar la copa de
los regocijos, sino el hombre que apura la cicuta con el hermano desgraciado.
…………….
Ud. querido Doctor, pertenece al batallón bendito, a los que buscan en
los alimentos de la naturaleza la fuerza que han de tener la vida que vuela, la
sabia que ha de fortalecer la hoja que se marchita, a la hoja que va a
desprenderse del carbol de la humanidad,
Si fuera necesario renovar en la memoria a los que con el corazón
agradecido ofrecen a Ud. este humilde testimonio de gratitud, el recuerdo de
sus servicios, su caridad para con los enfermos y los desvalidos, sería
necesario también agitar las entrañas de este pueblo, descubrir las heridas y
presentar a la espectación pública el campo de batalla, que acaba de cubrir el
velo del tiempo.
A nosotros nos basta decir que en la aflicción de nuestros hogares
estuvo Ud., al pie del lecho del moribundo, que corrió al lado del enfermo bajo
el sol abrazador del estío, que los astros de la noche pocas veces no lo vieron
cruzar los campos solitarios llevando en su ciencia alivio para los dolores
físicos, y en su corazón la palabra que retempla el espíritu de los que se
despiden de la familia y de la vida.
Al presentarle a Ud. este testimonio de agradecimiento, invocamos la
protección de Dios sobre la cabeza de Ud. y la frente de sus hijos, esperando
que ella desviará del hogar de Ud. la visita de la tribulación que ha enlutado
a este pueblo que tiene el honor de saludarlo respetuosamente.
Marino Froncini Prste José Badorano Prste
Siguen 383 firmas
La llegada de Maderni, traído por Fuschini, marcó
otra etapa en la atención de la salud y la bendita "botica popular
municipal", cuya trayectoria e historia, Fontana califica de
"cómica" y que sólo provocó quebrantos económicos a la Comuna, pasó a
ser superada por la acción profesional de Maderni.
Entre 1870 y 1871 la lucha de Fuschini contra
las epidemias fue incansable, contando con la colaboración del recién llegado
Dr. Ángel Gianelli, a quien Fuschini
elogió por su espíritu de solidaridad en
los momentos más difíciles.
Pasada esta verdadera pesadilla, el pueblo
retomó su calma y en 1874, el Dr. Fuschini,
convenció al Dr. Eduardo Fidanza,
su cuñado, para que se radicara en nuestro pueblo para colaborar en su
infatigable tarea en favor de la salud pública..
Llegó así a Tandil otro médico que dejaría
una huella profunda no sólo en la medicina, sino en la política y en el
progreso general.
Precisamente en 1870 nacerá la primera entidad de carácter mutual en Tandil: la
"Sociedad Filantrópica La
Caridad", que designó al Dr. Fuschini
como médico para sus asociados, transformándose así en el primer médico mutual de Tandil.
Los doctores Fuschini y Fidanza (quien luego
contrajo matrimonio con la hermana del gran naturalista E. Holmberg), abrieron
una " Casa de Sanidad",
que sería precursora del primer hospital.
Poco tiempo después de la masacre de Tata
Dios, se conformó en Azul primero y en Tandil luego, una Logia Masónica, que aquí se llamó "Luz del Sud" y a la que adhirieron hombres de importancia
en el medio local como Santamarina y
también los doctores Fuschini y Fidanza.
Correspondió precisamente a esta Logia, a
impulso de los citados médicos, la creación del denominado "Asilo San Juan", en 1880, que ubicado en el edificio de la
intersección de la entonces Río Bamba (hoy Alem) y Maipú, atendería
gratuitamente a pacientes, internación incluida.
La lectura de normativas de la época, nos
revelan como de tanto en tanto, ante el recrudecimiento de la aparición de
casos de difteria y de viruela, se disponía la clausura de las escuelas y la
obligatoriedad de la vacunación y revacunación, tareas éstas a cargo
habitualmente del Dr. Fuschini y del Dr. Fernando Peré, quien había comenzado a ejercer en Tandil, colaborando activamente en
el cuidado de la salud ciudadana.
El Dr. Fidanza había ganado además el favor
popular y fue Juez de Paz, bregando por la llegada del ferrocarril y hasta
fundando un periódico para llevar adelante esa lucha, que culminó con el arribo
triunfal del mismo en 1883.
En 1887, el gobierno Municipal- ya ejercido
desde 1886 por el primer Intendente Pedro Duffau- tomó
medidas con los casos de viruela originados en las canteras de Cerro Leones,
designando a los Dres. Fuschini y Peré
para vacunar, prohibiendo " la entrada al pueblo de los referidos
inmigrantes y demás canteros (sic) con quienes trabajen juntos",
estableciendo una especie de cuarentena, obligados por el temor de la población
urbana que presionaba para establecer esta suerte de "apartheid".
Además
de los vecinos que harían las veces de administradores, se designó a los
Dres. Fuschini y Peré, como los dos primeros en conducir los destinos
profesionales del Hospital, incorporándose a fines de agosto de ese año a los
doctores Camilo Gil e Ignacio Lizarralde y por la misma resolución a Benito
Somoza como conserje y a Virginia Gatti como enfermera, ambos con un sueldo
mensual de $ 30 m/n.
Asimismo dividió en dos secciones al
hospital; una de medicina a cargo del Dr. Peré y otra de cirugía a cargo del
Dr. Fuschini.
Ambos médicos desarrollarían su labor con
alternancias, hasta que en 1893, el Intendente interino José Santamarina
designó Director al Dr. Fuschini e
incorporó junto al Dr. Peré, al Dr. Alberto Vivot.
El
veterano Dr. Fuschini, ya anciano, no cejaba sin embargo en su labor y fue
hombre de consulta de colegas que se habían incorporado al pueblo, como Alfonso
Esquerdo, Juan Gatti, Fernández Blanco y el llamativo Dr. Vernetti Blina, que
fue quien instaló en Tandil el primer aparato de Rayos X.
Como ya vimos, fue director
del Asilo San Juan de Tandil y también presidió en 1875 y 1876 la logia masónica Luz del Sud Nº 39. En el Libro del cincuentenario de Tandil lo llaman
"el Doctorazo".
Ejerció hasta avanzada edad. Murió por herida de arma de fuego en
su casa de Tandil, ubicada en la calle Riobamba (hoy Alem) 452, el 18 de diciembre de 1898, según consta
en el certificado de defunción correspondiente-afirma su bisnieta
Mónica Dufour. Su sepelio fue acompañado por un cortejo numeroso y compungido
hasta el cementerio local, donde Giuseppe había adquirido en 1892
una bóveda para reunir a todos sus hijos y familiares después de muertos, pero
las circunstancias no quisieron que la familia estuviera reunida, ya que sus
hijos se mudaron a Buenos Aires y a otros puntos de Argentina y el
proyecto de Giuseppe se vio trunco por el hecho de que ninguno de sus hijos
quedó viviendo en Tandil.
Por su parte la vida de su
cuñado Eduardo Fidanza, también fue intensa y prolífica para Tandil. Había
nacido
en Buenos Aires el 17 de junio de 1849, graduándose en medicina, obteniendo
su doctorado con la tesis,” De la reglamentación de la
prostitución pública considerada como medio profiláctico de la sífilis”, en
la Universidad de Buenos Aires, Escuela
de Medicina, en 1875.
Afincado en Tandil-como vimos- ejerció junto al Dr. Fuschini como los primeros
médicos titulados.
Fue
además destacado vecino fundando el periódico El Ferrocarril para luchar por la llegada de este medio, lo que
obtuvo en 1883. Fue Juez de Paz desde 1880 a 1883. Ingresó a la masonería y ya
en Buenos Aires, donde fue médico de Policía y de Tribunales, alcanzó el grado
33, el máximo de esa institución, siendo uno de los fundadores de la Sociedad
Médica Argentina. Falleció en la Capital el 8 de julio de 1927.
Apreciados
lectores, quisimos brindarles una
semblanza sintética de dos hombres fundacionales: Fuschini y Fidanza, que
fueron los dos médicos que abrieron el surco de la especialidad en Tandil.
Bibliografía básica consultada: Dufour,
Mónica: “Los Fuschini Fidanza” y “Giuseppe
Andrea Gapare Fuschini Sambi”, en monicacha.blogspot.com/2010/
y monicacha.blogspot.com/2013/los-fuschini-fidanza.html-
15/2/2013; Pérez, Daniel Eduardo:”Historias del Tandil V”, cap. VIII, Tandil,
2012.
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