miércoles, 9 de enero de 2013

EL PALACE HOTEL DE TANDIL



EL PALACE HOTEL
El hotel que marcó una época

                   

Tandil debe mucho a los Santamarina, quienes supieron devolver generosamente en obras imperecederas, parte de lo que estas tierras les dieron.
En estos pagos había nacido el primogénito de don Ramón, de su matrimonio con  Ángela Alduncin Gaspui, el 15 de mayo de 1861, al que bautizaron con el nombre de su padre y que al cabo de sus 47 años de vida, desarrolló una labor que lo llevó a ocupar altos cargos en la política local, provincial y nacional.
Aquí encontró el amor de su vida en María Gastañaga, de pura cepa tandilense, con quien tuvo diez hijos.
A su muerte, en 1909, su madrastra (don Ramón había enviudado de doña Ángela) Ana Irasusta, donó -entre otras cosas- los terrenos que conforman la gran cruz que integran el Hospital Municipal, como centro, el templo de Santa Ana, la hoy Plazoleta Yrigoyen y las instalaciones del Poder Judicial, la zona del ex -Centro de Salud Mental (hoy Hospital de Niños) y la Plaza José Santamarina.
Eran tiempos en que don Antonio Santamarina, hijo de doña Ana y de don Ramón, ejercía el cargo de Intendente de Tandil, cuando comenzaron a proyectarse obras que, como la Plaza Independencia, el Palacio Municipal  y otros edificios, en la década del ´20, darían la fisonomía que hoy reconocemos en el corazón céntrico de Tandil.
La vida de María Gastañaga de Santamarina, por su parte, fue dedicada a la crianza de sus hijos, a su preparación en los estudios y también a la administración de los bienes heredados, así como a encarar empresas que para la época fueron verdaderamente pioneras.
La Piedra Movediza, caída en 1912, con su "muerte" no significó un detenimiento excesivamente significativo en el turismo que Tandil atraía. La aristocracia porteña, seguía concurriendo a sus estancias, pero faltaba un hotel de gran categoría que hospedara a quienes quisieran habitar en la ciudad en pleno centro.
Fue así que María Gastañaga de Santamarina, adquirió los terrenos de la esquina de Gral. Pinto y Chacabuco- que según hemos recogido de la tradición oral, habrían pertenecido originalmente a don Ramón, quien habilitó una carnicería, en el siglo XIX, a Cayetano Durazzo, el recordado director de la Banda de Música que llevaba su nombre, para levantar allí un hotel como Tandil y la zona no tenía, diríamos hoy un "5 estrellas" para la época.
Para concretar la obra, encomendó al arquitecto italiano M. Pancetta Bisighini, residente en Buenos Aires y prestigioso profesional, el proyecto con los planos respectivos -los que están a buen resguardo en el archivo de la Dirección de Obras de la Universidad- y la construcción propiamente dicha al constructor José Staneck, quien había llegado de su natal Checoslovaquia en 1909, radicándose a partir de esta obra en nuestra ciudad y dando origen a la familia de su apellido que hoy son apreciados vecinos.
Los profesionales de Obras de la Universidad, nos dieron cuenta con lujos de detalles, de la nobleza de la construcción, la que sobre una estructura de hierro y con bovedillas en los entrepisos -no se usó losa de cemento en ningún caso, obviamente- fueron dando forma a la planta baja y a los dos pisos originales del proyecto.
Maderas especialmente traídas de Francia y Alemania, cristales templados y biselados para sus puertas originales de acceso que era giratoria, hasta completar la pintura, decoración y mobiliario, íntegramente enviados desde Inglaterra y Francia, permitieron que se llegara al final de la obra, cuya explotación comercial estaría a cargo del renombrado Hotel "Savoy" de Buenos Aires, por el acuerdo al que llegó doña María.
Finalmente el sábado 20 de diciembre de 1919, se inauguraba el Palace Hotel de Tandil, con un "te concert", que fue un acontecimiento para la ciudad y en el cual actuaron músicos como Fernando Alitta, que luego, en 1923, compusiera el Himno al Centenario de Tandil.
Sus habitaciones con baños privados, su comedor, sus salones de fiestas y de estar, estaban lujosamente amoblados y lucían señorialmente. Mármol de Carrara por doquier, estucos artesanales en sus columnas, espejos franceses, loza y porcelana, vajilla y platería, completaban este fabuloso edificio que hoy integra el patrimonio histórico de Tandil.
Pocos años después se agregó el tercer piso, que le dio la fisonomía que hoy le conocemos. Huéspedes de la aristocracia porteña, prominentes políticos y diplomáticos encontraban en el Palace su lugar de descanso y entretenimiento.
A partir de 1920, fue acompañado por obras que, como el Palacio Municipal, el Banco Hipotecario, la residencia Manochi, expresaron una arquitectura importante, sólida, representativa de la época que vivía el país.
En las suites principales (hoy Rectorado ), se alojaron las personalidades más destacadas de la política, la economía, la producción, la diplomacia y las ciencias de aquellos años; desde Figueroa Alcorta -quien gustaba recorrer la calle Chacabuco hasta el Parque Independencia- hasta el Presidente Dr. Ramón S. Castillo, cuando vino el 10 de enero de 1943 a inaugurar el Calvario, se fueron sucediendo las visitas ilustres.
Ya por entonces era Ramón III (hijo de María Gastañaga de Santamarina),  el responsable que manejaba los negocios del Palace Hotel y fue quien trabó  amistad, en Buenos Aires, con los dueños de la Confitería "Proa", propiedad de la firma Las tres F, que integraban el puntano José Fusta, el asturiano Miguel García Fuertes y el francés Francisco J. Fourcade, quienes después de venderla, adquirieron el Hotel "Mundial" y posteriormente el Gran Hotel Provincial de Mar del Plata.
Finalizaba la década del ‘40, cuando Ramón Santamarina III, llegó a un acuerdo con los titulares de "Las tres F", para venderles el Palace Hotel, que por entonces explotaba en concesión J. Gramuglia.
Dado que tanto Fusta como Fourcade se domiciliaban en Buenos Aires y García Fuertes en Lomas de Zamora, tomaron contacto en Tandil con don Aurelio Balin (también español) que en esta ciudad estaba radicado, y como hacendado y comerciante,  dueño del Hotel "Kaiku", conocía el medio y disponía de capital para asociarse y tomaron la decisión de adquirir el edificio a los Santamarina y la "llave" a Gramuglia. La sociedad tomó el nombre de Palace Hotel Tandil S. R. L., publicándose el contrato firmado por los citados socios el 10 de agosto de 1951, inscripto en octubre de 1953, en el Boletín Oficial del 21 de enero de 1954, con lo que la sociedad que explotaba desde la fecha indicada, quedaba legalmente constituida.
Desde entonces el hotel siguió funcionando con la gerencia de Fusta, que se trasladó a Tandil al igual que García Fuertes, quedando Fourcade en Mar del Plata  y naturalmente Balin en nuestra ciudad.
En 1954, el edificio fue provisto de calefacción central a vapor de agua -la que hasta hoy perdura- y agua caliente, reemplazando así a las estufas de kerosén y salamandras, las que desde su comienzo trataban de entibiar los fríos inviernos serranos.
Casamientos, egresos (las famosas cenas y bailes blancos) de estudiantes secundarios, fiestas de "quince", congresos, Jornadas provinciales, nacionales e internacionales, fiestas de instituciones y sociedades comerciales, tuvieron en el Palace el lugar donde lucir.
Cuando en 1964 el recordado maestro Dr. Osvaldo M. Zarini fundó la Universidad de Tandil, y desde la modestia del primer edificio ocupado, de los Hnos. Tangorra en Gral. Rodríguez 1036, pasó a la propiedad de Gral. Pinto 348, seguramente no pensó -¿o sí?- que en la indispensable expansión alguna vez el Palace estaría en la mira.
Creada la Facultad de Ciencias Veterinarias en 1969, que le dio la actual configuración en Tandil, a la Universidad que hoy conocemos, comenzó la relación ininterrumpida entre la Casa de Altos Estudios y el viejo y señorial hotel, puesto que allí los alumnos dirigidos por los primeros profesores hacían sus prácticas anatómicas y quirúrgicas, aprovechando la posibilidad que otorgaba la existencia de la cámara frigorífica.
En 1970 el Dr. Zarini comenzó a dar forma a la idea de hacer del Palace la sede central de la Universidad, en una "quijotada" casi impensable para la época pero propia del fundador. Las gestiones prosperaron luego de superar innumerables dificultades económicas y en enero de 1971 se firmó el boleto de compra-venta respectivo.
El 31 de mayo de 1971, con la intervención del escribano Miguel A. Zubiaurre, se firmó la escritura por un valor de $ 1.270.000 (ley 18188), traslativa de dominio a la Fundación Universidad de Tandil y a la Asociación Amigos. La Provincia, mediante su Gobernador Horacio Rivara, la Municipalidad a cargo de Miguel. A. Usandizaga y la Comisión pro Central Automática de Teléfonos, a cuyo frente estaba Demetrio Brutti, colaboraron sustantivamente para poder hacer entrega de los primeros dineros hasta recibir la ayuda del Estado Nacional a cuyo frente estaba el Gral. Alejandro A. Lanusse, que permitieron pagar el nuevo edificio, inaugurado como sede universitaria el 5 de junio de ese año, cuando ya el Dr. Zarini era Intendente de la ciudad.
Fallecido el fundador a raíz de un accidente automovilístico, el 18 de enero de 1973, siendo Ministro de Educación de la Provincia, la Fundación impuso su nombre a la Universidad y el 6 de diciembre de 1973, ante el escribano Dr. Néstor Caracoix, se firmó la escritura por la que la Fundación Universidad de Tandil "Dr. Osvaldo M. Zarini", representada por su presidente y secretario, el Dr. Lisardo J. Cabana y el profesor Francisco Serrano pasaron a ser los titulares de la propiedad por cesión total de sus partes de la Asociación Amigos, representada por su presidente Manuel Leitao y su secretaria Hilda V. de Capponi.
Finalmente, creada la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, por la Ley 20753/74, la Fundación Universidad de Tandil "Dr. Osvaldo M.Zarini", en un gesto todavía no valorado suficientemente, donó al Estado Nacional la totalidad de los inmuebles de su posesión, entre ellos el edificio del ex Palace Hotel, escriturándose la donación, por ante el escribano Nicolás Pizzorno en 1976, refrendando la escritura, por la Fundación, su presidente el Dr. Lisardo J. Cabana y por el Estado Nacional el Rector -designado en julio de ese año, como continuidad de su gestión al frente de la Universidad privada- el Dr. Raúl Ceferino Roque Cruz.
La historia del viejo y querido hotel, representativo de toda una época de esplendor, tocaba a su fin. Rostros juveniles y esperanzados, recorrían sus galerías y ex habitaciones -desde entonces aulas- sin conocer, en su inmensa mayoría, las historias de "ricos y famosos", que en sus dependencias se habían desarrollado y donde los fantasmas de algunas fiestas, el andar lleno de prestancia y señorío de poderosos estancieros o de recordados políticos o simplemente de nostálgicas -y seguramente ardorosas- noches de bodas son hoy espectadores de un nuevo tránsito hacia destinos de voluntades puestas al servicio del intelecto..

  Daniel Eduardo Pérez

3 comentarios:

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