EL TEATRO EN
TANDIL
Apuntes
históricos
En este ejemplar de Tiempos
Tandilenses, pondremos al lector en contacto con los albores del teatro en
nuestra ciudad y el comienzo de su desarrollo, en un panorama acotado al
espacio disponible.
Recordemos que el teatro (del griego
Theatrón, "lugar para contemplar") es la rama del arte escénico
relacionada con la actuación, que representa historias frente a una audiencia
usando una combinación de discurso, gestos, escenografía, música, sonido y
espectáculo. Es también el género literario que comprende las obras concebidas
en un escenario, ante un público.
El teatro moderno proviene
de las realizaciones dramáticas de la antigua Grecia, que tuvieron su origen en
las fiestas anuales del dios Dionisos, documentadas a partir del siglo VI a. de
C. La primera obra crítica sobre literatura y teatro es la Poética (330 a. de
C.) de Aristóteles, quien afirmaba que la tragedia griega se había originado en
los ditirambos, (himnos corales en homenaje a Dionisos, en los que generalmente
se contaba una historia). La tradición griega afirmaba que el director de un
coro del siglo VI a. de C. habría creado el drama al separar por primera vez el
personaje principal del resto del coro, con lo que abrió el camino a la entrada
de otros actores y personajes.
La palabra teatro llegó a
nosotros a partir del latín theatrum (del griego Theatron, que a su vez se
derivó del verbo theasthai, mirar, observar, contemplar).
Algunos autores atribuyen los
orígenes del teatro a antiguos ritos prehistóricos,
donde el hombre empezó a ser consciente de la importancia de la comunicación
para las relaciones sociales. En África,
los ritos religiosos mezclaban el movimiento y la comunicación gestual con la música
y la danza
con las máscaras,
que servían para expresar roles o estados de ánimo En América precolombina se desarrolló una
forma de teatro entre los mayas, incas y aztecas: el
maya estaba relacionado con fiestas agrícolas, e ilustraba historias del Popol Vuh;
el azteca desarrolló notablemente la mímica, y tenía una vertiente religiosa y
otra burlesca; el inca, escrito, en quechua,
servía a intereses del Estado.
Como arte dramático originado
en Grecia, evolucionó de antiguos rituales religiosos; que pasaron a mito y, a
través de la «mímesis», se añadió la palabra, surgiendo la tragedia.
Más adelante surgió la comedia, con un primer componente de sátira
y crítica política y social, derivando más tarde a temas costumbristas y
personajes arquetípicos, apareciendo luego la mímica
y la farsa.
El teatro romano-por
su parte- recibió la influencia del griego, aunque originalmente derivó de
antiguos espectáculos etruscos, que mezclaban el arte escénico con la música y la
danza; al añadirse la música vocal, surgieron los histriones –
«bailarines» en etrusco–, que mezclaban canto y mimo. En Oriente
se destacó el teatro indio,
que tiene su origen en el libro sagrado de Brahma, donde
se habla de canto,
danza
y mímica.
Generalmente, la temática es de signo mitológico, sobre las historias de los
dioses y héroes indios. La representación es básicamente actoral, sin decorados,
destacando únicamente el vestuario y el maquillaje.
El teatro en la Argentina,
aunque con aislados antecedentes en ritos indígenas, manifestaciones africanas
y representaciones coloniales y poscoloniales de origen
español-americano, nació del circo criollo
en las últimas décadas del siglo XIX,
con un carácter eminentemente popular, combinando elementos, como la pantomima,
la farsa
y el monólogo
crítico, tomando identidad a través de expresiones como el sainete
-principalmente-, la pieza cómica, el grotesco
y la revista criolla.
Tuvo antecedentes coloniales,
dado que en 1783 el virrey Vértiz mandó crear en Buenos Aires
una casa de comedias. La sala, que fue la primera que existió allí, se levantó
en la esquina de San Carlos y San José, actuales Alsina y Perú,
y se la conoció como Teatro de La Ranchería, donde se representaron obras de Lope de Vega
y del porteño
Lavardén, quien se consagró en 1786, al presentar
su tragedia en verso Siripo, primera obra de teatro de tema no
religioso escrita en nuestro territorio. La Ranchería permaneció hasta 1792, cuando un
incendio lo destruyó por completo. En su homenaje, cada 30 de noviembre, día de su inauguración, se celebra el “Día del Teatro Nacional”.
A comienzos del siglo XX,
brillaron los nombres de Roberto J. Payró , Florencio Sánchez y Gregorio de Laferrere. En 1930 Leónidas Barletta fundó el Teatro Del Pueblo, piedra fundamental del
movimiento independiente, contrapartida del comercial, que tuvo su período más fructífero entre 1937 y
1943, con un repertorio universal y de autores nacionales como Roberto Arlt
, R.González Tuñón , Álvaro Yunque y Nicolás
Olivari. Más cercana en el tiempo, una variedad de gran importancia
para la cultura fue el radioteatro
y el teleteatro.
EN TANDIL
En Tandil, la expresión
teatral tuvo tempranamente su presencia. Entre lo más antiguo documentado, en
1882 apareció un aviso en El Eco
que anunciaba la venta del drama “La tragedia de Barracas” del periodista Pedro
Ugalde y San Martín, que había fundado el periódico “El Correo del Sud”, en
1872.
También en El Eco del año siguiente, se da cuenta
de actividades que podríamos denominar proto
teatrales, en la casa del danés C .Mackeprang,
citado repetidamente en nuestras notas de Tiempos.
Sin embargo será con la
inauguración del Teatro Cervantes,
en 1887, que se concretaron las primeras expresiones. Tal como Nancy Pastor nos anoticia, en la velada
inaugural, ante la imposibilidad de traer un elenco de la Capital para estrenar
el Teatro, se aceptó el ofrecimiento de un grupo de aficionados, entre los que
no había mujeres, razón por la cual los roles femeninos fueron cubierto por
varones.
La crónica de la época
aparecida en El Eco, nos da cuenta de
ese 8 de setiembre en que desde el Intendente a un público fervoroso, se dio
cita para apreciar luego de la actuación de una orquesta y la banda local, el
“juguete cómico” “Robo y envenenamiento” y una puesta de “Independencia española”, además de poesías
alusivas.
Luego llegaron las visitas
de elencos foráneos que trajeron al pago la representación de sainetes, zarzuelas,
el teatro de comedia y el drama gauchesco que eran las expresiones en aquellos
lejanos tiempos.
Con el correr de los años
fueron surgiendo los denominados cuadros
o teatros filodramáticos y más tarde los vocacionales e independientes.
Hugo
Mengascini rescata así que “El 24 de mayo de 1911 se creó el Cuadro Filodramático Flor de Mayo, cuya
comisión directiva estaba integrada por Francisco Brazzola, Julio Habarna,
Domingo Desimone Depietro, entre otros, la escenografía estaba a cargo de Ernesto
Valor y la dirección por Roberto N. Jiménez. Las puestas en escena, se hacían en el local donde funcionaba la
secretaría del partido socialista y
usaban el teatro Cervantes para realizar los ensayos. Este grupo funcionó hasta
principios de 1912.”. “Más adelante, a mediados de la década de 1920, se forma el cuadro filodramático Siempre Verde en el que también
participaban algunos integrantes del cuadro Cervantes, integrado por
aficionados. En marzo de 1926 Siempre
Verde realizó un espectáculo teatral en la Confraternidad Ferroviaria, pero en
junio, durante el aniversario de La Fraternidad varios integrantes de ese
elenco vuelven a participar en el lugar con el nombre Alborada. Esta fue la primera formación de Alborada que dará lugar
más tarde, en 1929, a un segundo
momento de la agrupación con la participación de obreros ferroviarios”
Por su parte, Liliana Iriondo y Teresita Fuentes
sostienen que en las dos primeras décadas del siglo XX fueron muchas las
compañías nacionales, españolas y hasta italianas que llegaron a Tandil, en
tanto grupos de
teatro de aficionados surgieron de los sindicatos anarquistas y del partido
socialista: Aficionados Unidos
Tandilenses, Arte y Pensamiento y
Aurora Libertaria, pusieron en escena obras de Fontanella y González Pacheco, dramas sociales
presentados en ocasión de conmemoraciones cívicas junto a conferencias y otras
actividades sociales.
“Los grupos locales Pensamiento y Arte, Siempre Verde, Sol
Naciente, Florencio Sánchez, más tarde,
Alborada, Pablo Podestá y Roberto
Casaux, entre otros, y,
posteriormente, Renacimiento, Arte y
Estudio y Elevación, fueron los
que lograron cierta continuidad teatral. A partir de 1926 observamos un trabajo
ininterrumpido, especialmente de los grupos
Alborada (1926-1942) y Roberto Casaux (1929-1933), secundados
en número de presentaciones por los demás y enmarcados en una dinámica de relaciones que derivaba en situaciones
polémicas en pos del reconocimiento artístico”.
El grupo Alborada -que desarrollaba sus actividades en la sala de la Confraternidad
Ferroviaria- presentaba un repertorio diversificado e incluía obras de Martínez Cuitiño, González Pulido, A. Novión. Florencio
Sánchez, Juan M. Calvo, autor local, Monner Sanz y Gómez Masía. Por su parte,
el grupo Roberto Casaux, que se presentaba
como el elenco oficial de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos, puso en
escena obras de Pedro Aquino, González Pulido, Vacarezza y Novión, comedias
asainetadas, sainetes, dramas costumbristas, textos populares que priorizaban
el entretenimiento y la diversión, sin olvidar la intención moralizante. .
Hugo Nario, por su lado, cita que “en un
artículo documentado en su memoria, don Jorge Lester recordaba en 1969 los
nombres de algunos conjuntos, como el “Orfilia
Rico” de Cerro Leones, el Francisco
Ferrer, seguramente anarquista;”·Pensamiento
libre” de la misma: orientación, pero nucleado en la cantera de la Movediza, “Sol naciente”,”Arte y labor”, el "Roberto Casaux", vinculado a
jóvenes directivos de la Sociedad Italiana (entre ellos el mismo Lester y José
E. Lunghi), “Siempreverde”, “Alborada”, “Renacimiento”
y ”La Máscara”, de Villa Italia,
todos ellos en la década de 1920”.
Asimismo
recordaba la actuación en esos elencos de los jóvenes: Juan y Antonio Nigro, E.
Alzuagaray, Juan Saracca, R. Útile, Ángel
Díaz, los hermanos Valor, Torzillo, Eyras,
Serafín Villar y su familia, Riera, F. Cimino, Sandalio Giménez. R. Porfiglio,
Vicente Paladino, Luis Tangorra y entre las muchachas, las pertenecientes a la
familias Betelú, Rampoldi, Dellavanzo, Ferrari, Britos y Stagnoli,- entre
muchos otros.
Alrededor de 1948, un grupo que integraban Adela
Domeniconi, Tito Víctor y Juan
Marcos, además de otros, pusieron con solvencia "Los árboles mueren de pie" de A. Casona. Fue un disparador que
poco después recogía el recordado Fray Norberto Fiori, quien convocó a los nombrados
Víctor y Marcos, al sastre Luis Lenti, italiano como él y a Roberto Villar, para
montar “El Paje del Mariscal”. Poco después Atilio Abálsamo y Bosco
Martignoni, desde el Club Independiente, creaban el grupo “Rojo y Negro” y se atrevían con obras importantes
.y jóvenes que nunca habían mostrado en público sus condiciones actorales debutaron
allí, como Graciela Farcy, Tere Suárez García, Victorio Pessano, Carlos
Spreafico y otros. Enrique Ferrarese,
por su parte, vinculado a la Acción Católica, impulsó desde el Salón Parroquial
(luego Estrada, hoy del Fuerte) la creación del grupo "Elevación" que integraron Ana María Mereb, Imelda
Rizzardi, Carlos Sprovieri, Rodolfo Guidi (padre e hijo) y varios aficionados
más.
La fiebre
creadora seguía y Abálsamo proponía a la Biblioteca Rivadavia el aprovechamiento
del subsuelo creándose "El
Teatrillo" (nacido en la Confraternidad), acompañado por Marilena Rivero y Norberto Salgueiro, además de actores "prestados" por otros
elencos. En el Club Excursionistas se estrenaba
“En familia” y veteranos regresaban
en memorables actuaciones como Vicente Paladino, Tito Santamaría y Luis Ciccopiedi.
Al
tiempo se creaba el TIT, (Teatro
Independiente Tandil) por inspiración de
Bosco Martignoni y en el que Juan Carlos Gargiulo actuaba, dirigía y
escribía. Allí un adolescente alternaba sus estudios e interpretaba papeles
secundarios con fervor. Se llamaba Víctor
Laplace.
Por su
parte Iriondo y Fuentes señalan que los comienzos del
"teatro del arte" “pueden encontrarse en la década del '40 cuando se abrieron nuevos espacios. A los
conocidos Cine Teatro Americano, Cine Teatro Cervantes, Super Cine, se
agregaron el Cine Bar París, el Círculo Ítalo Argentino, el Cine Avenida y numerosos clubes deportivos que prestaban sus instalaciones para
las compañías teatrales provenientes de Buenos Aires. Estos ámbitos se abrieron también a
los grupos vocacionales Fue el caso del Conjunto Arte
y Estudio en el popular barrio de
Villa Italia y del conjunto Elevación del Salón Parroquial. En esos mismos años, desde la Biblioteca
Rivadavia y a través de las actividades del Ateneo Rivadavia (1942-1960)
se promovió la visita de numerosos intelectuales "comprometidos"
con la realidad política y social”. Entre ellos, la presencia de Leónidas Barletta como
conferencista y director de debates en
los "miércoles polémicos" que inició y, estimuló el desarrollo de un teatro caracterizado como "de
arte" para diferenciarse de un "otro teatro", ligado a lo
comercial y al puro entretenimiento. A
su vez, promovió la representación de Julio César, de Shakespeare a
cargo del Apolo
dirigido por Néstor Tirri y la
conformación posterior del citado Teatro
Independiente Tandil.
A partir de 1952
y hasta 1957, Tandil recibió las visitas del Conjunto de Estudio y Arte
Dramático Fray Mocho con obras
de Chancerel, Moliere, Canal Feijóo y textos
de Osvaldo Dragún. Las prestaciones de este grupo porteño se hacían paralelamente al dictado de
conferencias a través de las cuales explicitaba su ideo le estética: el teatro
como vehículo comunicativo y la educación popular como prioridad, presentándose en clubes, sociedades de fomento
y en el Salón Parroquial, entre otros espacios.
Asimismo Mengascini sostiene que “Hacia
1930 surgieron en la ciudad de
Tandil numerosos elencos de aficionados que tuvieron una destacada actuación en
los escenarios locales: Roberto Casaux,
Alborada, Sol Naciente, Belisario Roldán, Francisco Ferrer, Orfilia Rico (de
Cerro Leones), Arte y Labor, Luz (infantil).
Esta proliferación de elencos le dan fundamento a la expresión popularizada por
Germinal: "Los cuadros en
nuestra ciudad surgen como los hongos después de una fuerte lluvia."
La
prensa otorgaba muy poco espacio a las actuaciones de los .grupos locales y además
fue diferente el tratamiento que le otorgó a algunos como el cuadro
Roberto Casaux, al que pertenecían "señoritas de destacadas familias de
nuestro medio" que otros ligados a sindicatos y clubes periféricos.
Los artistas carecían de una formación sólida; eran simples aficionados sin una
técnica depurada, la intuición y la observación eran
los elementos más necesarios para aprender. Con respecto a las actuaciones de
los aficionados de las agrupaciones Alborada y Casaux, Germinal expresaba en 1930: "Creemos que a los aficionados hay que tratarlos
con cierta benevolencia pero nunca llevada a la exageración. El elogio
desmedido es tan peligroso para los aficionados la crítica acerba, máxime cuando
ella es equivocada o apasionada. Pero creemos también que entre nosotros hay
cuadros que ya han llegado a la edad adulta, como lo son el Casaux y Alborada. Y por lo tanto merecen cierto rigor en los juicios, sin
más objeto que el apuntar errores y contribuir a su perfeccionamiento."
Sin embargo es más riguroso para señalar las limitaciones sobre la actuación
del cuadro Belisario Roldán:"Sobre el conjunto del Roldán ... hay de todo
como en la viña del Señor; buenos, regulares y…de ahí para abajo. El conjunto
nos parece poco disciplinado aún pero cuenta
elementos, algunos jóvenes sobre todo, que con más actuación y mejor pulidos, harán carrera."
Gargiulo también recordaba al mencionado
"Teatro Independiente Tandil”, el "Teatro
Vocacional Juventud” y al "Grupo
Bambalinas", así como la labor de don Enrique Ferrarese, la: gestión fecunda e
incansable de Jorge Lester, a Luisa Ballé y también a aquel director y maestro:
que se llamó Bosco Martignoni y su teatro "rojinegro" de! Club Independiente
y al "Pequeño Teatro Experimental",
que puso el primer espectáculo de “café
concert", concretado en la Confitería
"Grisby" allá por los años 1965”. Otros apellidos recordados por
Gargiulo eran: Juan Beristain, destacando
además los nombres de Cataldo Aiello y Luis Ciccopiedi..
En 1966
Y 1967 la Biblioteca Rivadavia promovió, a través del Fondo Nacional de las
Artes, dos cursillos de iniciación teatral, y al año siguiente otro para niños.
La Dirección Municipal de Cultura recibió el aporte de organismos provinciales
que enviaron al actor y docente Enrique
Ryma iniciaría la etapa de los estudios sistemáticos actorales. Tiempo
después lo hacía Jacobo Ben Hassan,
y posteriormente el recordado Juan
Beristain.
El
Municipio creó el Centro de Formación con la participación de Ricardo García Navarro (discípulo de
Ryma), de Ciccopiedi y de José María Guimet que, iniciado en Mar
del Plata y radicado en Tandil por razones profesionales, había vuelto a la
actividad .En 1980, sucedió a
Ferrarese y asumió como Director de la flamante (y hoy desaparecida) Comedia Municipal hasta 2004.
A esta
altura, no podemos dejar de mencionar algunos actores y actrices que dejaron lo
suyo en el teatro tandilense. Tal los casos de
Pilar L. de Camps (en la
Alianza Francesa); los hermanos Carlos y Pascual Pina, Jorge Bruno, Cora Ávila, Guillermo Marcos,
Gladys Carnevale, Piero Montaruli , Julio Lester y…tantos otros que el
espacio no nos permite mencionar. Asimismo los autores que desde H. Santomauro y J.C. Nigro a Julio Varela y Raúl Echegaray aportaron sus plumas a
las obras de teatro.
En los
últimos veinte años Tandil perdió lamentablemente dos salas muy queridas: El
Teatrillo y el Auditorium Municipal; en el haber positivo ponemos la
recuperación del Salón de la Confraternidad y las salas del “Club de Teatro”.
A finales de la década del ’70, por
iniciativa de Carlos Catalano comenzó
a funcionar en la Universidad un elenco de Teatro
Universitario En la Asamblea
Universitaria de 1988 se resolvió
por unanimidad la creación de la Escuela
Superior de Teatro, convalidándose así una década de trabajo. Este fue el
inicio de la etapa de institucionalización, seguida de un período de
organización y consolidación a partir de su normalización en 1999.
Finalmente, en noviembre de 2002, en el marco de una Asamblea Universitaria Extraordinaria, se creó por unanimidad la Facultad de Arte, cuyo primer Decano fue Carlos Catalano..
Finalmente, en noviembre de 2002, en el marco de una Asamblea Universitaria Extraordinaria, se creó por unanimidad la Facultad de Arte, cuyo primer Decano fue Carlos Catalano..
Hoy numerosísimos
elencos cubren con amplitud el espectro teatral tandilense, de larga tradición,
como hemos podido apreciar en este muy apretado resumen.
BIBLIOGRAFÍA
PRINCIPAL CONSULTADA:
Gargiulo, Juan
Carlos: “El teatro de Tandil”, en El Eco de Tandil, Supl. 100º aniversario, 1982.
Iriondo,
Liliana y Fuentes Teresita: “Tandil.(1887-1959)”, en “Historia del
Teatro Argentino” de Osvaldo Pellettieri, Galerna, Bs. As, 2005.
Mengascini, Hugo: “El Salón de
la Confraternidad Ferroviaria”. UNCPBA, Tandil, 2005.
Nario, Hugo: “Tandil
Historia Abierta”, Tandil, 1996.
Pastor, Nancy: “Historia del
Teatro Cervantes de Tandil desde su creación hasta su transformación en cine, 1887-1924”.UNCPBA,
1996.
Daniel Eduardo Pérez
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