miércoles, 15 de agosto de 2012

LA VILLA ITALIA DE TANDIL




APUNTES PARA LA
HISTORIA DE VILLA ITALIA DE TANDIL

                                            

Los barrios de Tandil tienen una rica historia, que a través del tiempo se fue acrecentando con perfiles que los distinguen hoy con rasgos indentitarios en algunos casos inconfundibles. Tal es el caso de Villa Italia.
Barriada que hoy posee una población importante que congrega casi al 25 % del total de la ciudad, si bien su “partida de nacimiento” la ubica en los primeros años del siglo XX, era una zona que desde mucho antes se encontraba con asentamientos especialmente de chacras y quintas, las que en algunos casos fueron verdaderamente históricas, como es el caso de la quinta del Cnel. Benito Machado que, conocedor del terreno, aprovechó el lugar para tener allí sus hombres del famoso 14 de Guardias Nacionales.
Lugar de privilegio, la gran lomada tenía la visión panorámica de la entonces aldea, que originalmente rodeaba al Fuerte, la escasa forestación permitía divisar un horizonte lejano que sólo chocaba con los perfiles de las sierras.
Los hombres del célebre Regimiento Sol de Mayo de Machado ocupaban con sus vivacs parte de la loma, luego de los combates de 1857.
La casa-quinta del “toro de las pampas”, fue años después, la fábrica de jabón de Redolatti, y luego la de Antonio Pagés y ya más cerca de nuestros días, estuvo establecida la empresa Beta Ingenieria.
Hasta hace unos años se podía apreciar la arcada de entrada, en la finca que era de Fernández Míllara, declarada como patrimonio histórico y luego lamentablemente destruida…
La llegada del ferrocarril en 1883 y consiguientemente de la instalación de la Estación respectiva, en Alem y Del Valle, abrieron una nueva etapa para ese vasto sector geográfico y si bien el tránsito se canalizaba especialmente desde el pueblo a la estación y viceversa, por la Av. Colón, creciendo Tandil en esa dirección, con la multiplicación de fondas, despachos de bebidas, almacenes, caballerizas etc., también comenzaron a surgir interesados por el otro lado de las vías, hacia donde se extendían grandes baldíos cubiertos de pajonales, interrumpidos por alguna que otra solitaria huerta, cultivada por inmigrantes, separada del resto del poblado tandilense por e cauce del arroyo Blanco y-por supuesto.-sin demarcación alguna de calles interiores.
Entre los antiguos propietarios del siglo XIX se encontraban Ramón Santamarina, Basilio Barraza, el francés Claude Brunand y el danés Federico Christensen.
Don Ramón Santamarina, por ejemplo, poseía una quinta que abarcaba parte de la loma y se extendía hacia la actual Av. Del Valle desde Dinamarca; contigua a su propiedad estaba la de Basilio Barraza que tenía alrededor de diez manzanas, ubicándose la finca principal entre las actuales calles Ameghino y Dinamarca, Mosconi y Beiró.
Era por la época un conocido hacendado que poseía además campos en Rauch, desde donde traía su ganado para faenar en la Villa, donde después instaló una carnicería frente a la Estación, en la Av. Machado entre 4 de Abril y Alsina.
Sus yernos, Gil Suárez y Manuel Casas, fueron también los precursores del transporte público de pasajeros, en especial Casas, que fuera el padre de Juan Carlos, un cantor de tangos ilustre que llevó el nombre de Tandil a los mejores escenarios porteños, con las orquesta más destacadas de su época, hasta su fallecimiento en 1986..
Por su parte el citado francés Brunand impulsor de la industria molinera, sería quien vendió a Juan .las tierras que posteriormente darían lugar a la primer subdivisión de tierras importante en la luego Villa Italia.
A su vez Federico Christensen y su esposa Catalina habían construido la mansión de la quinta”Villa Luisa”, en 1886, la que refaccionada en 1896, es hoy la sede del Comando de la Primera Brigada Blindada, considerado patrimonio histórico de la ciudad.
Las quintas mencionadas fueron las que primeramente fijaron topónimos a la zona
La decisión de uno de los vecinos propietarios de la zona,  don Juan Basso, casado con  doña Josefa Aguirre y padre del que luego fuera conocido industrial de la piedra y hacendado, don Juan Basso Aguirre de vender sus lotes significando la primera subdivisión importante y el origen de la urbanización de Villa Italia, nombre con el que ya se conocía el lugar y sobre cuyo origen según la tradición oral es algo confusa, salvo el hecho de nominar esa zona como homenaje al país que tantos vecinos aportó a nuestra tierra.
Una vez tomada le decisión el remate le fue confiado al prestigioso martillero Marcelino T. Arano, radicado en Tandil desde 1882. El 12 de febrero de 1911 apareció el primer aviso publicitando el remate en el periódico El Eco del Tandil”, el que se repitió con le mismo texto hasta la fecha fijada para la venta.
Este es el documento textual por el cual el 5 de marzo de 1911 (y no el 12  como alguna vez se hizo) es la fecha correcta del nacimiento villense.
Dice el Aviso:

M.T.Arano. En la ciudad de Tandil, Barrio de la Estación, Villa Italia. El domingo 5 de marzo, a las dos p.m. en los mismos terrenos. 160 lotes de terreno en 60 mensualidades, sin base, sin interés, con opción. Las cuatro manzanas de Villa Italia son las más importantes de este barrio,  tan sólo a trescientos metros de la planta urbana de la ciudad.
“Todo el que compre uno ó más lotes de terreno en Villa Italia hará de cuenta que ha colocado su dinero en una caja de ahorros y  ganando el interés desde el primer día.
“Sin base, sin interés, con opción y amojonados. El domingo 5 de Marzo a las dos de la tarde.
“Solicitar planos e informes a mi Escritorio (Constitución 828, Tandil).
“Nota: Antes de dar principio al remate se servirá cerveza. M.T.Arano”.

El domingo del remate, en el que la celebración del carnaval, con su tradicional corso, atrapaba la atención de los tandilenses que todavía comentaban la carrera ciclística De la Canal-Tandil, que había organizado el Club Velocípedo Tandil, se publicaba en el mismo periódico:

“Llegó el día. Hoy Domingo  5 de Marzo a las dos de la tarde en Villa Italia. M.T.Arano. “Rematará 160 lotes de terrenos en 60 mensualidades. Sin base, sin interés y con opción.
“En la cochería de los señores Nicasio y Emilio Sánchez habrá carruajes hasta las 5 de la tarde, para conducir a todos los interesados.
“Antes de empezar el remate se servirá cerveza.
“Los cocheros tienen orden de llevar a todos los que lo soliciten hasta Av. Colón y Av. Aristóbulo del Valle de donde hay tan sólo 300 m. hasta Villa Italia”.

Resulta curioso el aviso, tanto por los servicios y facilidades que se otorgaban para el remate (transporte, cerveza, etc.) como por lo visionario de la inversión.
Finalmente de los 160 lotes, se vendieron la mitad, correspondientes a las manzanas A y B, informando detalladamente “El Eco” del  9 de marzo, acerca de los compradores, el valor de las cuotas y el total.
Fueron los primeros adquirentes de aquel loteo : Domingo Purita, Víctor García, Pedro Verdi,  Elías García, Francisco Carraturo,  Eladio Blanco, Cándido Martinenghi, Berlio Salvatore, Guillermo Falcinella, Juan Montero,  Roberto Farinelli,  Hnos. Giuseppe Fruttiferi, Roque Paladino, Francisco Canturo,  Cristóbal Nosey, Emilio Romero,  Macaya y Ayerdi,  José Guadagna, Demetrio Breccia, Cayetano Ferrer,  Nicolás de Federico,  Domingo Formaini, , Antónimo Garmendia, Cecilio Bargas, Alfredo Duré,  F. E. Salvador,  J. de Nicolás y Eustaquio Ferrer
La venta total alcanzó a $ 22779 de la época, pagándose entre $ 3,25 y $ 12,20 la mensualidad.
Gente de trabajo la mayoría comenzó al tiempo con  la construcción de algunas viviendas. Quinteros, canteristas, ferroviarios, empleados de la fábrica La Tandilera, del Molino El Progreso, fueron conformando el núcleo inicial de los antiguos propietarios y a  otros como Martín Paggi, Luis Cavallieri, Francisco Pasucci, Simón Chimondegui, José Cabarcos, Ciriaco Martínez- que luego instaló un almacén y despacho de bebidas que llamó  El Recreo”-Carnevale y Antonio Tapia, inquilino del último mencionado  que abrió un horno de ladrillos.
Pocos años después del loteo, los pequeños comercios  comenzaron a multiplicarse, surgiendo así en 1919 la después legendaria peluquería de don Pascual Guadagna, en Vicente López 612; la panadería de Jesús España; las fondas “Garibaldi” y “Chapa” de Ramos y Casas; el despacho de  bebidas  de Antonio Irastorza; el de Pedro Fracchia y el de Pedro Donadío.
Por su parte, Ciriaco Lezcano vendía carne a domicilio, distribución que hacía en el típico carrito de la época, luego de faena en la calle…
Otros vecinos que fueron incorporándose como inquilinos o propietarios en la primera hora de la barriada villense fueron: Gil Suárez, la familia Rigotti, Pablo Mazza,  Pedro Giamberardino, N. Brusin, Juan Taberna, M. Colombo, N. Pretti,  N. Crivelli,  Víctor y Ricardo  Falqueiras,  Antonio Bianchi, Eduardo Pérez, Manuel Dalla Valle,  Pedro Dambos, Angel Cutini,  E. Baretta,  Juan Belsito, Antonio Mendioroz, Juan Vinsennau, Juan Ezama y tantos otros…

Daniel Eduardo Pérez

3 comentarios:

  1. Gracias por la nota, pase mi infancia en ese barrio, mi apellido es Rey, recuerdo apellidos como el de Guadagna, que mi padre nombraba mucho.
    Allí vivía mi abuela y mis tíos Esther y Mario, que los quise mucho y el tiempo nos alejo.
    Un gran abrazo

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  2. Gracias por la nota, pase mi infancia en ese barrio, mi apellido es Rey, recuerdo apellidos como el de Guadagna, que mi padre nombraba mucho.
    Allí vivía mi abuela y mis tíos Esther y Mario, que los quise mucho y el tiempo nos alejo.
    Un gran abrazo

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