EL GENERAL SAN MARTÍN EN TANDIL
La refulgente campaña del Libertador Gral. José de San Martín a partir
del cruce de los Andes hasta la liberación de Chile , encendió en muchos
hombres de la Independencia, verdadero fervor y admiración hacia el adusto
militar.
No fue raro entonces que pronto
se impusiera su nombre a un
bergantín corsario, el patente Nº 83,
cuando era Jefe del Ejército de los Andes, en 1817, siendo éste el primer homenaje en vida del Libertador.
Años después, en 1829- el mismo en que intentó regresar a la patria- en
el gobierno de Lavalle, se bautizó con su nombre a una goleta, siendo así el primer buque de guerra de la incipiente
Armada en llevarlo, la que siguiendo
esta tradición, impuso-ya en el siglo XX- el nombre del ilustre prócer al
famoso y legendario rompehielos botado en 1954.
En ese mismo sentido, un informe escasamente difundido del Gral. Juan
Ramón Balcarce, cuando era comandante general de la campaña de Buenos Aires,
propuso la fundación de un fuerte de
avanzada de frontera en el interior- más precisamente en el Tandil- con el nombre de " San Martin".
Si bien este informe y las gestiones de Balcarce acerca de esta
iniciativa son muy interesantes, dejaremos para otra oportunidad el extendernos en este aspecto poco estudiado
del tema. Lo cierto es que finalmente el fuerte fue a parar a la zona de la
laguna Kakel Huincul ( actual partido de Maipú), como una guardia y a la que
nos hemos referido en el capítulo I,
porque desde allí salió Cajaraville con sus Blandengues, para sumarse a las
tropas fundacionales del Tandil..
Por lo pronto podemos afirmar con certeza, que cinco años antes de
fundarse, Tandil casi nace como el "Fuerte
Gral. San Martín", a instancias del Gral. Balcarce.
Esta relación de nuestro Tandil con el Libertador, que se aprestaba a
dar fin a su labor en Chile, luego de la batalla de Maipú, para seguir hacia el
Perú, tuvo de alguna manera no buscada ni pensada, continuidad con la
participación de importantes oficiales de su Ejército de los Andes en la
fundación, tal como lo reflejamos en el
capítulo 1º.
Ya fundado el Fuerte de la Independencia y demarcado el pueblo, una de
las primeras calles en ser nominadas lo fue con el nombre del ilustre
correntino, lo que aún hasta hoy perdura.
Pasarían muchos años para tener en nuestro pago otro homenaje al Gral.
San Martín. Efectivamente, creada la Escuela Normal Mixta en 1910, recién ésta
llevó el nombre del prócer luego de una
gestión del director Lázaro Fernández, en 1919,
tanto es así que la medalla acuñada para su inauguración lleva en el anverso la
efigie del Gral. Belgrano, lo que motivó, oportunamente, una consulta a la
Asociación Numismática Argentina que se expidió sobre el tema.
Ya con el nombre Escuela Normal Mixta "Gral. José de
San Martin", pronto se puso en
marcha la iniciativa de dotar al flamante establecimiento - que,
recordemos, funcionaba en el antiguo edificio donde había estado el Asilo San
Juan, en Maipú y Alem- de un busto que presidiese el patio para todas las
ceremonias.; inmediatamente comenzó la colecta
para pagarlo, habiendo sido encomendada la obra al prestigioso escultor Juan Carlos Oliva Navarro (1888-1951),
conocido por otras obras similares. De esta manera el 14 de abril de 1926 quedó inaugurado el busto de la Escuela Normal,
siendo el primero en homenaje al
Libertador en nuestra ciudad, y que luego-con la inauguración del nuevo
edificio en la Av. Santamarina en 1943-quedó en el jardín del frente hasta
nuestros días.
Con posterioridad también una escuela primaria, la Nº 34, fue puesta
bajo la advocación del Gral. San Martín.
Los homenajes al Libertador fueron por esas épocas concentrados entonces
en el busto normalista, especialmente los escolares, pero se acercaba una fecha
importante: el centenario de la muerte del prócer y esto llevó a mover
espíritus y medidas de tal suerte que en
1949, a iniciativa del Coronel Raúl
Racana se impulsó la creación de una filial del Instituto Nacional
Sanmartiniano, la que a su traslado quedó con el Dr. Francisco J. Vistalli en la presidencia, participando entre otros:
Jorge Lester, Carlos Alfaro, el Dr. Eduardo Tuñón y Roberto Balbarrey.
Esta comisión fue la que desarrolló una intensa actividad al aproximarse
el año 1950, que sería denominado " Año
del Libertador General José de San Martín".
Fue en ese año también en el que, por iniciativa del intendente Silverio Serrano, el Concejo
Deliberante sancionó la Ordenanaza Nº 306, el 13 de agosto, imponiendo el
nombre del máximo prócer de los argentinos a la que antiguamente se denominaba
"Plaza del Rosedal" y que
era en realidad, hasta 1949, una manzana baldía con las cavas , laguna y
basural que quedaron luego de
abandonarse el horno de ladrillos de los Calamante, familia que entregó la
misma a la Municipalidad a cambio de condonación de impuestos, lo que fue
aceptado en 1949, y por la cual corría el arroyo Blanco ( hoy entubado) y que
así estaba, en ese lamentable estado,
cuando se inauguró el Calvario el 10 de enero de 1943..
La nominación y la proximidad de la fecha del centenario, impulsó a la
Municipalidad a poner en condiciones la desastrosa situación en la que se
encontraba, de tal suerte que el mismo 17
de agosto de 1950, se colocó la piedra fundamental de lo que sería en el
futuro un monumento al Libertador. Pasaron los años y retornó el semiabandono,
hasta que en 1956 el comisionado Domingo Otero dispuso la urbanización y
alumbrado de la misma. Lentamente la Plaza
Gral. San Martín fue adquiriendo su actual diseño hasta que recién el
domingo 3 de abril de 1966, a las
16, se llevó a cabo la inauguración del proyectado homenaje al prócer, con el
bajorrelieve del Padre de la Patria, realizado por el escultor Hidelberg Ferrino-a quien nos
referiremos más adelante-constituyéndose en otro hito sanmartiniano.
Retomando la historia de la presencia sanmartiniana en Tandil, digamos
que luego del año del Centenario, la primera comisión entró en un
"impasse", hasta que en 1959
el Gral. Juan Carlos Onganía, a la sazón al frente del Comando de la Tercera
División de Caballería de nuestra ciudad, convocó a vecinos para reorganizar
aquella incipiente institución sanmartiniana, retomando la idea de un
monumento.
En 1961 el Gral. Onganía fue trasladado y asumió la presidencia de la Asociación Cultural Sanmartiniana de Tandil,
nombre que desde entonces lleva, el Dr. Juan
Manuel Ortiz, quien lo hizo en forma interina, hasta que una nueva comisión
asumió con la presidencia de don Leonel Acevedo Díaz, decidiéndose
en esos tiempos que fuera el entonces
denominado " Cerrito Municipal", el lugar elegido para levantar un
monumento importante. Así las cosas, en 1964 asumió la presidencia de la
institución el docente Raúl J. Llano, quien
fue el que conjuntamente con la comisión que lo acompañaba, tomó contacto con
el Intendente José Emilio Lunghi para exponerle la idea, la que fue
rápidamente aceptada, destinando una partida de $ 50.000 m/n para el futuro
emprendimiento en el ya por entonces denominado "Cerrito de la Libertad".
El mismo Intendente presentó, al año siguiente, al escultor Hidelberg Ferrino, radicado en Mar del
Plata, quien accedió a realizar primero
el ya descripto bajorrelieve de la Plaza citada en párrafos anteriores, y luego
comenzar con los bocetos y posterior maqueta del monumento a emplazarse en el
Cerrito, la que terminada, y luego de
algunas sugerencias de carácter técnico- militar formuladas por el Gral.
Cáceres Monié,- por entonces Comandante de la Brigada- fue elevada al Instituto
Nacional Sanmartiniano para su aprobación, lo que así ocurrió. Rápidamente se
firmó el contrato- redactado por el inolvidable Dr. Osvaldo Zarini, miembro de
la Asociación Sanmartiniana- y el 5 de enero de 1966 se firmó por un valor
inicial de $ 1.955.000.
Inmediatamente se puso en marcha una campaña y colecta para recaudar los
fondos necesarios, mientras el escultor comenzaba su trabajo, el que a medida
que avanzaba tenía más costos, solicitándose en 1967, al entonces Intendente Victorio Mazzarol, un mayor apoyo
económico para no demorar su inauguración, mientras las obras de preparación
del cerro era llevada a cabo por generosos picapedreros al mando de Juan Pisculich.
Finalizadas las obras básicas y emplazado el conjunto, el 20 de octubre de 1968, a las 10 quedó inaugurado el monumento más importante
al Libertador, con la presencia del gobernador Francisco Imaz, ministros, el
Intendente Municipal, el presidente y comisión de la Asociación Cultural
Sanmartiniana y el presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano Gral. Carlos
Salas.
En el nicho, al pie del monumento, con la leyenda "Tandil al Libertador", se depositó
una rama de higuerón de la plaza de Yapeyú
y se colocaron tres cofres conteniendo tierra de Chacabuco, Maipú y
Yapeyú, esta última traída en el recordado raíd a pie efectuado por los Boy
Scouts de la compañía "Cnel. Benito Machado", Gerardo
Estévez, Zoar González, Alfredo Duret, Oscar Retondaro y Fernando Ferraiuolo,
en 1951.
La figura del Gral. San Martín erguida, mira hacia el noroeste, meta de
la campaña al Perú, catalejo en mano y con su ropaje de general y su famoso
sable corvo. Detrás de la misma, un
imponente y brioso caballo de guerra árabe con los enseres correspondientes;
más atrás está un picacho artificial
simbolizando un nido de cóndores, sobre el cual había dos parejas de los
majestuosos reyes de las alturas, cada uno de los cuales mira hacia los puntos cardinales ( lamentablemente pronto
fue robada una); al pie- como custodios- dos granaderos: uno representando al
heroico Sargento Juan Bautista Cabral y otro a un granadero de la provincia de
Buenos Aires, ambos en posición de descanso con los sables desenvainados.
Todo el conjunto está hecho en escalas diferentes en cada componente- a
la usanza de algunos artistas de la antigüedad-lo que le da una característica
especial.
Luego de la inauguración, todos los actos centrales de efemérides
sanmartinianas fueron hechos allí con la organización de la Asociación Cultural
Sanmartiniana, cuyo representante fue siempre el único orador. La Asociación
tuvo unos años de receso entre 1971 y 1976, fecha en la que don Raúl Llano
convocó a una reunión donde asumió una nueva comisión presidida por el profesor
Lauro
P. Castorino, la que al aproximarse el bicentenario del nacimiento-
en 1978- logró la realización de mejoras que incluyeron patio de lajas,
iluminación, mástiles y la construcción de diversos hitos desde su acceso en
Avellaneda hasta el mismo monumento, enriqueciendo al ya por entonces "Parque Libertador General D.José de
San Martín ".
Asimismo se restauraron piezas que los vándalos de siempre deterioraron,
con la colaboración desinteresada de Horacio del Giorgio, Antonio Rizzo y
Joaquín Martínez.
Sin prisa ni pausa, el paseo- homenaje fue transformándose en un lugar
de permanente visita y recordación, especialmente en los 17 de agosto, donde se
destaca la presencia de los gauchos de la guardia que hacen "Los Criollos de Tandil", en su momento acaudillados por el inolvidable don Genaro Villar.
En 1989 asumió como presidente de la Asociación el profesor José Pasucci quien, junto a los
miembros de la Comisión mantuvieron viva la llama de los ideales sanmartinianos
en nuestra ciudad, que supo de la presencia fundadora de hombres que lucharon
junto al "Santo de la Espada". Desde 2006 y hasta 2012 presidió la
institución el autor de esta nota, siendo su sucesor Mario N. Juárez a quien sucedió Jorge Menéndez y quien suscribe, presidente honorario.
San Martín en Tandil es una presencia permanente gracias a los
monumentos y recordaciones mencionadas pero debería ser una presencia mucho más
intensa y vívida en la conciencia colectiva, porque sus ideales y su conducta
son un legado de vigencia extraordinaria en cada momento de la historia que nos
toca vivir, aunque no parece ser un signo de nuestros tiempos, en nuestro país,
la gratitud hacia quienes nos dejaron como herencia nada menos que la patria.
Daniel Eduardo Pérez
Buenas tardes, señor Pérez. Como esposa y viuda del escultor Hidelberg Ferrino, solicito que se corrijan tres importantes detalles que son erróneos en esta historia. El primero, referente al "Nido de Cóndores" (tal es su nombre), lamentablemente vandalizado, porque de origen era una pira de rocas que medía tres metros más de lo que mide ahora. Si bien es cierto que hay dos parejas de cóndores apuntando cada uno a un punto cardinal, hay un quinto cóndor enorme en la cumbre, hembra, de alas desplegadas, que simboliza a la "Libertad". Por lo tanto, no es uno, sino dos, los cóndores robados, así como se robaron reiteradas veces las espuelas, las borlas, los sables, hasta que el escultor lo hizo reproducir de nuevo y hoy se colocan para los actos solamente, quitándose luego y evitar así nuevos robos.
ResponderEliminarEl segundo error es el del caballo, NO es árabe, es CRIOLLO. Ferrino puso mucho énfasis en eso porque, siendo un gran estudioso de la vida de San Martín, sabía que jamás montó un caballo árabe, y se ve claramente en su estructura que el del monumento no lo es. Para realizarlo usó de modelo vivo a un auténtico y puro caballo criollo que le proporcionaron, y Ferrino era un verdadero maestro en esculturas equinas.
El tercer detalle es sobre los granaderos al pie de la figura del Gran General: si bien uno (el de bigotes) es el Sargento Cabral, el otro es la representación del Soldado Desconocido, no es un granadero de Buenos Aires, sino EL Granadero en general, que sirvió en batalla y del que nadie se acuerda.
Todos estos son detalles muy importantes que hacen a la interpretación de tan magna obra.
Muchas gracias por su atención, y deseo que estas aclaraciones puedan servir para enriquecer aún más su historia, para los buscadores de datos de nuestro pasado y presente cultural. Saludos.