LA GLORIA DE
DON ENRIQUE
LARRETA EN TANDIL
Acelain
Hoy queremos referirnos a una de las grandes plumas de la literatura
argentina y su relación con nuestro Tandil. Hablamos de Enrique Larreta.
Leyendo autores que han escrito sobre la vida de don Enrique, poco o nada
hemos encontrado referido a su relación con Tandil, a través de su famosa y
bellísima estancia Acelain, por lo
que nos pareció interesante volcar algunos datos acerca del tema. La excepción
más notoria es Yuyú Guzmán, quien en su libro “El país de las estancias”, le dedica un capítulo a esta joya de la
arquitectura rural argentina, y es una
de las fuentes esenciales de esta nota.
El nombre completo del
célebre escritor era Enrique Rodríguez Larreta, nacido en Buenos Aires el 4 de marzo de 1873 del
matrimonio de Carlos Rodríguez Larreta y Agustina Maza y Oribe, pertenecíentes
a dos tradicionales familias uruguayas de ascendencia vasca, que se habían radicado
en Buenos Aires. Realizó sus estudios en el Colegio
Nacional de Buenos Aires; una licenciatura en Ciencias Sociales y se graduó de abogado en la Facultad de Derecho de su ciudad natal.
Durante su etapa estudiantil publicó, en la revista La Biblioteca, su primera novela, Artemis. Después de finalizar sus estudios, en 1897, permaneció en el mismo Colegio Nacional, donde dictó las cátedras de Historia Medieval y Moderna; allí fue donde desarrolló su interés por la España del siglo XVI.
Durante su etapa estudiantil publicó, en la revista La Biblioteca, su primera novela, Artemis. Después de finalizar sus estudios, en 1897, permaneció en el mismo Colegio Nacional, donde dictó las cátedras de Historia Medieval y Moderna; allí fue donde desarrolló su interés por la España del siglo XVI.
Se casó en 1902 con Josefina Anchorena Castellanos, hija de Mercedes Castellanos y
Nicolás Anchorena, y en la luna de miel se enamoró de España y su cultura. Su
esposa era hija de una de las familias más ricas de Argentina, por ambas
ramas. En Europa fueron a España y
visitaron Ávila, ciudad de la que el escritor se prendó y que luego será
el escenario de una novela que venía imaginando desde hacía tiempo. Así, durante los siguientes cinco años,
Enrique se sumergió completamente en la investigación.
Seguramente Larreta no pensó
en su momento, que por la herencia recibida por su esposa, a la muerte de su
madre, pasaría a poseer 8000 ha. en Tandil (parte de la enorme extensión de
tierras en Azul y el mismo Tandil).
Fue allí donde la propiedad
existente y su rica imaginación y exquisito gusto, amen de la visión de las
viejas aldeas españolas (especialmente vascas y andaluzas), confluyeron para el
nacimiento de una nueva y extraordinaria
estancia: Acelain.
Además, en mayo de 1902, Larreta, adquirió en remate
el campo Santa Rita, de
Enrique Casares, de 4000 ha., anexándolo a los heredados por su esposa. De esa manera comenzaba la intensa relación del gran
escritor con los pagos del Tandil por más de medio siglo.
Dentro de esa anexión va a ubicar el casco de la estancia que recuerda el nombre del solar de los Larreta en Guipúzcoa y que significa “campo quebrado”.
Dentro de esa anexión va a ubicar el casco de la estancia que recuerda el nombre del solar de los Larreta en Guipúzcoa y que significa “campo quebrado”.
En 1904
llamó al renombrado paisajista alemán Hermann Bötrich (…..-1944) para que proyectara un jardín que respetara la propuesta de la naturaleza.
Larreta eligió para
construir Acelain los campos
pedregosos y la cúspide de un cerro, en contra de la práctica de los
estancieros pampeanos, que optaban por zonas no muy altas para protegerse
del viento, captó la rusticidad del paraje y las posibilidades
decorativas de esas piedras redondeadas que moteaban los cerros.
En 1905
Enrique Larreta y su familia pasaron su primer verano en "Acelain". “Hay fotografías que recuerdan ese comienzo. En ellas se ve un bonito
chalet muy galano, con el inequívoco aspecto de haber sido comprado en los
países del norte de Euro desarmado y vuelto a armar en esta pampa. Tiene pinta
de pertenecer al lugar donde se levanta, hecho para lucir junto e: o en el
claro de un bosquecillo”,.nos dice Guzmán.
Cuando Imaginamos los viajes del escritor a su estancia y
sus peripecias (FFCC, galera, etc,., hasta llegar el automóvil) de las que no
quedan relatos de su puño y letra que conozcamos, pensamos en el cariño que
tendría por ese paisaje agreste y rememorativo de sus ancestros, para hacerlos
infinidad de veces…
En 1907 regresó a España con los manuscritos de La Gloria de don Ramiro, que se
publicó allí en 1908 y que se
constituyó en la novela histórica de referencia, tanto para escritores de
lengua castellana como de otros idiomas. La obra causó gran sensación en los
ambientes literarios europeos y americanos, convirtiendo a su autor en un
personaje famoso y, por sus características, motivó que - según Rubén Darío -
se convirtiera en la obra cumbre de la prosa
modernista, “un referente para los
escritores de ambos lados del Atlántico”. En pocos años fue traducida a
todos los principales idiomas cultos de la época, algo sin precedentes en la novelística
iberoamericana.
En 1910, cuando se disponía a regresar, Roque Sáenz Peña
lo nombró ministro plenipotenciario en Francia aprovechando
esa fama, y Larreta dedicará los siguientes seis años a la actividad
diplomática, publicando algunos discursos y una obra de teatro. Entre1915-16, residió en Biarritz, y frecuentó Ávila, en España, donde
actualmente una calle lleva su nombre. Se vinculó allí con Miguel
de Unamuno, al que admiraba, colaboró en publicaciones periodísticas de su
época y estudió minuciosamente la historia española. En los años
siguientes el autor combinaría su residencia en Argentina con viajes
periódicos a Europa. Entre los autores que admiraron a Larreta están el
francés Anatole France, el italiano Gabriele D'Annunzio, dos de los
máximos exponentes de la literatura europea de principios de siglo XX, y Unamuno. Ya avanzada la Primera Guerra Mundial,
regresó a su país.
Sobre Larreta y su obra, nos
parece interesante recordar dos opiniones. El historiador Enrique de Gandía, en
el prólogo de las Obras Completas,
nos dice: “Larreta, a pesar de lo mucho que se ha escrito
sobre él, es un gran desconocido entre nosotros. Los mismos intelectuales no
han entendido su pensamiento. Han estudiado la belleza de sus frases, han
clasificado sus imágenes, han disertado sobre su estilo; no han penetrado en
sus ideas…. Larreta ha vivido como un monje entre sus libros o un gran cardenal
en lujosos salones, pero siempre con el misticismo en su espíritu…”.
Por su parte Arturo Berenguer Carisomo manifiesta:”… ser artista
y nada más que eso, es, en la Argentina de hoy, casi un acto heroico. Larreta ha señalado, dramáticamente, ese dolor, como
un grito propio, en el soneto a Leopoldo Lugones, ese otro heroico cruzado
contra el desamor y la indiferencia… lleva a
cuestas su arte como una condena. Ha querido, también, tener otras vidas,
bajar a la realidad como un forzado: la cátedra, la política, ha hecho de la
nada una maravilla de "estancia criolla", y la gente podría decir, para respetarlo, es un
"poderoso hacendado"; pero no, el fuego de la inspiración, la llama
de la poesía ha subido crepitando por encima de ese nivel”.
Fue el primer escritor que trató de
hacer cine argentino al dirigir El linyera,
según su guión sobre su obra teatral homónima, que se estrenó en 1933.
A su regreso de España, retomó entonces a su idea de levantar una estancia
en los campos tandilenses ya citados.La construcción y diseño del casco de la nueva estancia se
los encomendó al ya prestigioso arquitecto Martín Noel (1888-1963), a comienzo
de la década del 20, cuando en Tandil se levantaban edificios monumentales como
el Palace y la Municipalidad.
Arquitecto, historiador del
arte hispanoamericano, ensayista y político, Noel fue el principal impulsor del estilo neocolonial en Argentina. La hija de don Enrique recuerda-según
Guzmán-que”la casa se terminó de construir en
1923, mi padre la quiso de cal, tejas y galerías, bien típica del sur de España.
Martín Noel lo interpretó magistralmente”.
Años después de terminada la
estancia, cita
muy bien Andrea Reguera, ocupaba el 5º lugar entre las de más de 10.000 ha. como
consta en la guía de 1928. Los principales propietarios eran:1) Antonia Iraola de Pereyra:
18254 ha.; 2) Agustín García: 15.345 ha.,3) Mercedes
Castellanos de Anchorena: 14.153 ha; 4) Jerónimo
Rocca; 14.122 ha., 5) Enrique Larreta: 12.171 ha. y 6) Sara Wilkinson de Santamarina.: 11.553 ha. Como curiosidad se aprecia que de
los seis casos, la mitad corresponde a mujeres, que eran herederas de viejos
y grandes patrimonios.
En
Acelain era leyenda que cuando a don Enrique no le gustaba como había quedado
algo que había hecho construir, la mandaba a deshacer y luego a levantar en otra
forma hasta lograr el efecto que le satisfacía. Cada uno de estos elementos, enriquecidos
por detalles arquitectónicos inusuales en nuestro medio rural, acompañados del
entorno de una abundante arboleda y un suelo quebrado y siempre esmeraldino,
proponen cuadros de mucho colorido y gracia, dice Guzmán.
Toda
la zona de servicio de Acelain recrea una aldea vasco española. El estilo
arquitectónico de la casa principal, en cambio, recuerda los tiempos del
Renacimiento en España y la época de
Felipe II, tan admirada por Larreta. Tanto su arquitectura como su decoración
reflejan el arte mudéjar, utilizando como modelo el Generalife de Granada.
En España buscó reunirse con
los sitios de origen de sus gentes. La estancia que fundó poco después en las
cercanías de Tandil, llevaría el nombre
de “Acelaín” en recuerdo del solar
guipuzcoano ya que, como destaca en una de sus obras: “Mi sangre sabía mejor que mi intelecto lo que
significaba toda aquella resurrección de sombras en mi propia conciencia”.
Aquel primer contacto con el Azelain
original quedó plasmado en un soneto temprano, el XII de su no muy extensa
producción rimada, “Acelain en
Guipúzcoa”.
Un pariente, el “seco mayorazgo” de quien nos habla
Larreta, es el famoso personaje guipuzcoano, Juan Bautista de Larreta Arzac, el “azelainko nagusia” como el mismo Larreta le llama, propulsor de los
estudios del euskera y político nacionalista que llegaría a ser alcalde de
Andoain. Por esas extrañas paradojas del tiempo, el Acelain andoaindarra
desaparecería por completo años después, víctima de la modernización del sistema
de carreteras español En tanto, el nombre y la descripción de Acelain se
harían, merced a la pluma de Larreta, de un espacio propio en el campo
literario, mientras que otro nuevo “Azelain”, el del soneto que citábamos antes, surgiría en Tandil.
Resulta curioso que, al recrear un Azelain en Argentina, no pudo nunca
el autor llegar a suponer que el sitio original que le cediera el nombre,
desaparecería completamente unos cincuenta años más adelante…
Aunque residían
habitualmente en la quinta de Belgrano, regalada a su hija por Mercedes (hoy
Museo Larreta), pasaban largas temporadas en el campo.
En
tanto don Enrique disfrutaba sus días recreando permanentemente la estética y
atendiendo a sus amigos visitantes, dedicando buen tiempo a la lectura, su
esposa Josefina-nos dice Guzmán-era usual que se ocupara de las necesidades
espirituales y cristianas del personal del establecimiento y
muchas veces de los demás lugareños. Cuentan
quienes pasaron la niñez por aquellos campos, que al iniciar la larga temporada
veraniega en "Acelain", doña Josefina se dedicaba a visitar todos los
puestos de la propiedad y las estancias vecinas en busca de las parejas que
querían regularizar su unión, recién nacidos para bautizar y niños en edad de
hacer la primera comunión para inducirlos a cumplir con los sagrados preceptos
de iglesia. Para esto, ofrecía los servicios religiosos de su capilla los
oficios dominicales. Ella misma enseñaba el catecismo a chicos que se
preparaban para tomar la primera comunión, obsequiándoles la indumentaria
tradicional para acercarse al altar. También se ocupaba de los festejos de
la Navidad, haciendo participar a todo el personal y a quienes se acercaban a
la iglesia nadie que lo viera ha olvidado el clásico pino adornado de guirnaldas
y regalos navideños con los que obsequiaba a los chicos de la comarca, así como
se ocupaba que los Reyes Magos pasaran y vaciaran sus bolsas generosas sobre
los zapatitos humildes. Prueba de la práctica de oración de esta familia
piadosa son tres oratorios levantados en distintos puntos del monte, cuyas paredes blancas destacan la simpleza rural de
sus líneas.
La capilla; una joya que
Guzmán y más recientemente José M.
Ortiz, describieron magníficamente, poseía un órgano Mutin - Cavaillé-Coll de
dos manuales y pedalera, con 15 juegos reales. El mismo habría sido trasladado
desde otro templo de Bs. As. El interior de la capilla es austero, pero con
imágenes de santos similares a las que pueden apreciarse en el citado Museo de
Arte Español de Bs. As. ; existe además una reliquia del Convento de Santa
Teresa de Ávila. El costo del órgano podría rondar los u$s 200.000
aproximadamente y se trata de un instrumento construido a escala para capilla o
salón.
Por su parte a Larreta no le
encontramos relaciones más que fugaces con la población del Tandil y alguno de
sus hombres, según nos atestiguaba José P. Barrientos. Los viajes y las
caminatas por la estancia y las visitas, eran más frecuentes que la salida del
matrimonio a la cercana Tandil o al Azul. En ese sentido recordamos los que
alguna vez nos contó nuestro tío, el citado periodista de Nueva Era Barrientos, en el sentido que lo recordaba
como alguien muy respetado pero también “recluido” en su estancia sin casi contactos con Tandil.
Aunque Barrientos lo conoció ya muy grande, radical como él y el diario, recordaba su porte de
aristócrata de finas maneras, de hablar pausado y que le otorgaba a su estancia
tandilense el valor de una recreación “pintada” por su mano, de las tierras de
sus antepasados, embelesado por nuestras
serranías, Tandil guardaba para
él-nos decía-el “secreto de los tiempos”…
Larreta siempre había querido formar un lago, pero fue
después de su muerte que su hijo Agustín encontró la solución requerida e hizo
levantar un terraplén para la contención de las aguas del arroyo, logrando
inundar una extensa área. Así fue como "Acelain" llegó a lucir su propio lago que hoy: presta varias
utilidades y además tiene buena pesca. En verano constituye un centro de
interés muy importante para las vacaciones, aquí se pesca y se realizan
diversos deportes náuticos. Por otro lado es un nuevo elemento de gran valor
decorativo que realza aún más la naturaleza generosa de esta tierra.
Durante sus primeras décadas de existencia la producción
de este establecimiento se desenvolvía en la forma tradicional o sea, algo de
agricultura y predominio de la ganadería.
Enrique Larreta, comprendiendo quizás que su dedicación y amor por el
campo era ciertamente más romántico que práctico, delegó la
parte productiva y administrativa de la estancia en sus dos hijos varones y en
su yerno Adolfo Zuberbuhler, esposo de su hija Josefina.
Durante los años ’40 comenzaron con
la cría de vacunos de pedigree de la raza Aberdeen Angus. La cabaña se inició
con un plantel de un millar de animales, en su mayoría colorados, que se
compraron a dos criadores escoceses. Esta cabaña tenía un alto prestigio, ya que había obtenido importantes premios
en diversas exposiciones. La mayor parte de la producción era vendida en los
famosos dos remates anuales en el mismo establecimiento, donde también se
realizaban las inseminaciones artificiales. Durante muchos años, la cabaña
constituyó el rubro más importante de la estancia, pero luego la agricultura
pasó a ser la producción principal.
En el
fastuoso marco de la tradicional estancia, Luisa Zuberbühler -una de sus
descendientes- logró una verdadera transformación de la que fuera la antigua
casa de los peones. Realizó una obra llena de magia en base a color, ideas
prácticas, conexión con el exterior y el lujo de lo simple
Entre
los huéspedes ilustres que tuvo esta estancia, se encuentran el Rey
Leopoldo de Bélgica (1962), los Príncipes Imperiales del Japón (1967) (hoy
emperador Akihito) , Henry Kissinger y Sra. (1978), además de una larga lista de celebridades internacionales que
se han hospedado en la estancia, que incluye
a Ortega y Gasset en una de
sus tres visitas a la Argentina, donde se vinculó con un grupo de intelectuales
entre los que se contaban Enrique
Larreta, Leopoldo Marechal, Ignacio Anzoátegui y Federico Ibarguren, entre
otros otros.
El matrimonio
Larreta-Anchorena tuvo cinco hijos: Mercedes,
Enrique,
Josefina
, Agustín y Fernando
Larreta Anchorena.
Don Enrique Larreta murió el
6 de julio de 1961, a los 86 años, en su casa de Buenos Aires.
Hoy en día, la Estancia “Monte Indio”,
una de las tres secciones que constituían el primitivo “Acelain”, ha abierto sus puertas al público ofreciendo la posibilidad
de acceder a las bellezas “acelainas”.”Cerro Indio Safaris”, se
ocupa de ello, donde Gonzalo Llambí – bisnieto de don Enrique- tiene para hospedar, la antigua escuela de la estancia que
reacondicionó para recibir cazadores y turistas interesados en avistar ciervos,
antílopes, búfalos y jabalíes. Los visitantes llevan sus retinas impregnadas de
la belleza sin igual de este privilegiado lugar y así lo manifiestan en sus
impresiones escritas: “Desde la llegada al Aeropuerto de Ezeiza, fui muy bien
atendido por los anfitriones quienes organizaron mi traslado hacia el coto,
ubicado al Sur de la Provincia de Buenos Aires (Tandil).Al llegar a destino fui
recibido por Gonzalo Llambi …. Luego
de mostrarme las instalaciones de la casa y mi habitación (muy buena por
cierto), me brindaron un almuerzo típico argentino consistente en un buen bife
con ensaladas y vino….Allí, por primera vez, pude ver a los ciervos rojos dama
y axis y no obstante ya comenzaba a oscurecer, me fue posible divisar algunos …”--manifiesta un peruano; en tanto un americano de
Montana nos dice: “Acelain es la herencia más hermosa que he
visto. La comida estaba detrás de buena, era excepcional. Ahora sé por qué
mucha gente vuelve y me uniré a ese grupo muy pronto”.
Estimado lector nuestra intención
fue dejarle un brevísimo panorama de quién fue Larreta y su maravillosa
creación “estanciera”, que como orgullo de Tandil, recientemente, ha sido-además-
el marco donde se han filmado películas (El mural) y series de TV, como Tierra rebelde, de la RAI (la TV
italiana)….En resumen: una de las joyas inapreciables que tenemos como
patrimonio histórico-cultural.
Daniel Eduardo Pérez
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