EL HOSPITAL
MUNICIPAL DE TANDIL
ANTECEDENTES
Con la erección del Fuerte de la Independencia el 4 de abril de 1823, se instaló, dentro del mismo, el primer
hospital. Era de carácter militar y de campaña y por lo tanto precario pero el
primer antecedente sobre el tema. La concepción respondió a la idea del gran
médico Cosme Argerich (h) que fue el que entendió en las provisiones de los medicamentos e instrumental
indispensables.
Pasados los años fundacionales, algunos curanderos y presuntos médicos
llegaron hasta el Tandil sin una organización específica. Fue por el reclamo enérgico del prefecto Elguera, que
arribó a Tandil el Dr. Juan Pedro
Córdoba, en marzo de 1858, poniendo fin a una situación de abandono de la
atención médica, haciéndose cargo del denominado "Hospital Militar", que no era sino los restos del equipamiento
que había traído la expedición fundadora
y cuyo inventario apenas registraba doce catres maltrechos, unas pocas
frazadas y escasos elementos más.
El Dr. Córdoba puso orden y además solicitó la presencia de otro médico
para ayudarlo, lo que ocurrió en 1862, con la llegada de Manuel Verdier, quien además
fue portador de vacunas contra la viruela, flagelo que con sus epidemias
dejaba el tendal de muertos y el terror entre los pueblos.
Córdoba, al parecer hombre de rectas intenciones y sólida formación,
supo también poner en "caja" a falsos médicos, denunciando sus
actividades y alzando la voz ante las
autoridades. Lamentablemente para el pueblo, el Dr. Córdoba dejó Tandil en
1863, con lo que retomó un lugar de preferencia
el desprestigiado “médico” Cruz, ante la
ausencia de verdaderos facultativos, quedaron a
merced de este hombre, soldados y población, hasta que partió con las tropas
del Cnel. Benito Machado en 1865, cuando el "Toro" trasladó sus
cuarteles a Tres Arroyos.
A todo esto, ya las autoridades municipales habían solicitado el
nombramiento de quien remplazase a
Córdoba.. Respondió el 11 de octubre de 1864 el
ministro de Gobierno que se satisfaría la solicitud, con el nombramiento del
Dr. José Fuschini, como médico de
policía, quien asimismo portaría vacunas.
La llegada del Dr. Fuschini , dadas
su formación y personalidad señaló sin
duda el comienzo de la medicina organizada en Tandil, en manos hasta se momento de improvisados.
Ya en 1861 los vecinos del pueblo Miguel García y Manuel Letamendi
habían fundado la que sería la primera
botica de origen local: " La
Amistad", de corta duración y
que estuvo a cargo de Honorio Guilbaux, también de ostentaciones curanderiles.
Al año siguiente el noruego Juan Darjap instaló la botica El
Progreso, pero el Juez Romero se quejaba por entonces que en el pueblo
" no hay médico ni botica. Mallo no
tiene credenciales y Darjap es un estafador., debemos seguir la suscripción
pública para traer un médico..."
La idea fructificó y así nació la " botica popular", donde hasta el mismo Fugl la apoyaba al
entender que una botica de características como la propuesta," cuasi" municipal, sería
importante. La permanente amenaza de la difteria, la viruela, la fiebre
amarilla y el cólera, tenían en vilo a la población, por lo que muchas veces
aceptaban lo que tenían a mano en materia de presuntos "doctores", para calmar sus miedos.
Juan Fugl, convencido de la importancia de Fuschini, propuso otorgarle
un subsidio de $ 3.000 mensuales, lo que fue aprobado con complacencia.
En tanto Fuschini se debatía en la soledad en su magnífico y denodado
accionar, el dependiente de la botica municipal y sus sucesores, se
transformaron una vez más en un dolor de cabeza para la Corporación, que
intervino la botica, a esta altura verdadera protagonista de malos tragos en el
pueblo.
Quiso la suerte que Fuschini en uno de sus viajes a Buenos Aires se encontrara con otro italiano
como él, también graduado en Padua, pero como farmacéutico, Flaminio Maderni y lo convenciera de
venir al Tandil para ejercer su noble profesión.
Entre 1870 y 1871 la lucha de Fuschini contra las epidemias fue
incansable. Pudo contar para ello con la
colaboración del recién llegado Dr. Ángel
Gianelli, a quien Fuschini elogió por su espíritu de solidaridad en los momentos más difíciles.
Precisamente en 1870 se fundó
la primera entidad de carácter mutual en Tandil: la "Sociedad Filantrópica La Caridad", que designó al Dr. Fuschini
como médico para sus asociados, con lo que se
transformó en el primer médico
mutual de Tandil.
Surgirían más tarde la Sociedad Cosmopolita, la Española (1873) y la
Italiana (1877), que significarían etapas muy
importantes en la atención de servicios solidarios y también médicos.
Fueron años que quedaron marcados en la historia local, por la presencia
de un curandero que excedía el marco normal de los "cura empachos".
Nos referimos a "Tata Dios",
que ejercía en la estancia de los Gómez, La
Argentina y tuvo fieles seguidores, no sólo
como pacientes sino como "soldados de su causa", la que nunca quedó
en claro, pero que fueron los ejecutores de la masacre de treinta y seis
extranjeros, cuando aquel 1 de enero de 1872. Estos
asesinatos sacudieron no sólo a Tandil sino al país.
Pasada esta pesadilla, el pueblo retomó su calma y en 1874, el Dr.
Fuschini, que estaba casado con Blanca Fidanza, convenció al Dr. Eduardo Fidanza, su cuñado, para que se
radicara en nuestro pueblo para colaborar en su infatigable tarea en favor de
la salud pública. Llegó así a Tandil otro médico que dejaría una huella
profunda no sólo en la medicina, sino en la política y en el progreso general.
Los doctores Fuschini y Fidanza (que luego contraería
matrimonio con la hermana del gran naturalista E. Holmberg), abrieron una
" Casa de Sanidad", que
sería precursora del primer hospital.
Para la época también actuaban otros médicos, de quienes han quedado
anécdotas a través de algunos relatos, que señalaban verdaderas
"proezas" realizadas por algunos de ellos, especialmente en materia
de cirugía.
Poco tiempo después de la masacre de Tata Dios, se conformó en Azul
primero y en Tandil luego, una Logia
Masónica, que aquí se llamó "Luz
del Sud" y a la que adhirieron hombres de importancia en el medio
local como Santamarina y también los
doctores Fuschini y Fidanza. Correspondió precisamente a esta Logia, a impulso
de los citados médicos, la creación del denominado "Asilo San Juan", en 1880,
que ubicado en el edificio de la intersección de la entonces Ríobamba (hoy Alem) y Maipú, atendería gratuitamente
a pacientes, internación incluida.
Fue en realidad ese "asilo" el primer centro de atención que podríamos denominar hospitalaria, con
exclusión del antiguo "hospital militar", donde
colaboró también el Dr. Fernando Peré, quien había comenzado a ejercer en Tandil por
ese tiempo.
EL HOSPITAL MUNICIPAL
En 1887, el gobierno Municipal- ya ejercido desde 1886 por el primer
Intendente Pedro Duffau- tomó medidas con los casos de viruela originados
en las canteras de Cerro Leones, para lo que asignó
a los Dres. Fuschini y Peré la responsabilidad de
vacunar a la población. En esa oportunidad
prohibió " la entrada al
pueblo de los referidos inmigrantes y demás canteros (sic) con quienes trabajen
juntos", para ello estableció una especie de cuarentena, ante el temor de la población urbana que presionaba
para establecer esta suerte de "apartheid".
Como corolario de las buenas
intenciones de Duffau, el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza el 24 de julio de 1888, que constaba de once artículos, por la que se accedía a
la propuesta del concejal Juan M. Dhers, de adquirir el Asilo San Juan para que se
constituyera en el Hospital Municipal, ordenanza que
Duffau promulgó el 3 de agosto de ese año.
La vieja esquina fue así convertida en el primer nosocomio municipal y se invirtieron en el edificio los
presupuestos necesarios para su mejoramiento, Además de los vecinos que harían las veces de
administradores, se designó a los Dres. Fuschini y Peré, como los dos primeros
en conducir los destinos profesionales del Hospital. A
fines de agosto de ese año, se incorporaron
los doctores Camilo Gil e Ignacio Lizarralde y por la misma resolución a
Benito Somoza como conserje y a Virginia Gatti como enfermera. Asimismo dividió
en dos secciones al hospital; una de medicina a cargo del Dr. Peré y otra de
cirugía a cargo del Dr. Fuschini.
Ambos médicos desarrollarían su labor con alternancias, hasta que en
1893, el Intendente interino Dr. José Santamarina designó Director al Dr.
Fuschini e incorporó junto al Dr. Peré, al Dr. Alberto Vivot.
El Hospital satisfacía la demanda poblacional aunque su edificio ya se
encontraba muy deteriorado. En 1897 fue designado en reemplazo del Dr. Vivot, el
Dr. Ricardo López, quien desde esa
fecha y por varias décadas se constituiría en otro de los pilares de la salud pública en Tandil. El veterano Dr. Fuschini, ya
anciano, no cejaba sin embargo en su labor, siendo hombre de consulta de
colegas que se habían incorporado al pueblo, como Alfonso Esquerdo, Juan Gatti,
Fernández Blanco y el llamativo Dr. Vernetti Blina- famoso porque usaba jacquet
y andaba en bicicleta- que fue quien instaló en Tandil el primer aparato de
Rayos X. En 1899, falleció el Dr. Fuschini . Dejaba
el recuerdo de su figura pionera. Un cortejo numeroso
y compungido acompañó sus restos hasta el cementerio local.
EL HOSPITAL MUNICIPAL “RAMÓN
SANTAMARINA”
Si bien la atención de la salud disponía de servicios como los ya
comentados, un hecho desgraciado como lo
fue el fallecimiento del pionero Ramón Santamarina, en 1904, devino en una obra extraordinaria que tiene
hoy una vigencia plena. Su viuda, doña Ana Irasusta y su hijo el Dr. José Santamarina, donaron, éste los
terrenos, y aquélla y sus hijos, el edificio completo de lo que sería el nuevo Hospital Municipal “Ramón Santamarina”, obra inaugurada el 25 de abril de 1909, con la participación de una multitud como lo reflejan las imágenes de la época. En su
interior luce un bello busto de mármol de doña Ana Irasusta de Santamarina obra
del escultor Paulín, hecha en París
y en su frente la hermosa escultura en
bronce de don Ramón , obra del catalán Miguel Blay (1866-1936).
Dotado luego del mobiliario e instrumentos adecuados, en 1912 se integró al patrimonio
municipal, como una joya destacada que ponía a Tandil en la cima de la calidad
de la atención sanitaria en toda la
provincia, merced al gesto generoso de esta familia que tanto dio a su pueblo y
que ya centenario su núcleo original, es
ineludiblemente el centro asistencial más importante no sólo de Tandil sino de
la región.
El viejo Hospital, se trasladó al nuevo espacio,
bajo la atenta supervisión de su Director,
el Dr. Ricardo López y de una comisión administradora, integrada por los
destacados vecinos. Eduardo Arana, José Carrau y Francisco Fernández en
representación de la familia Santamarina
y por los señores Capdepont,
Antonio Usandizaga y Joaquín Belauzarán por la Municipalidad
Junto al Dr. López, los
médicos. J. J. Gatti, Alejandro Zavala y Juan C. Tuculet, actuó la
primera partera diplomada, doña Amara N. de Suárez y la caritativa atención
espiritual y material de las Hermanas de la Congregación Hijas de Nuestra
Señora de la Misericordia, que ya estaban en Tandil y habían sido
fundadoras del Hogar de Niñas y Huérfanas y del Colegio de la Sagrada Familia en 1896. La asistencia médica se
prestaba en las cuatro grandes salas generales y en las habitaciones especiales
destinadas a pensionistas y parturientas. Brindaba asimismo servicio a los
enfermos particulares en la sala de pensionado donde podían internarse bajo la
asistencia de los médicos de la ciudad.
En años posteriores, se incorporaron al Hospital los profesionales: Dr.Alfredo
Vitón (1910), Ferruccio Domeniconi (1912), Rogelio Arecha y el Dr. Ángel Olmos,
Ramón Rey (1915), Pedro Maíz (1919) y Juan C. Tuculet en 1921.
La
familia por nota del 15 de junio de 1907, había dejado constancia de la donación del Hospital, en ese momento en
construcción, a la Municipalidad. Asimismo quedó definido el nombre que
llevarían las salas: la primera: Dr. Ramón Santamarina, que había fallecido en
el año de la inauguración; la segunda
Dr..José Santamarina por la donación del terreno; la tercera Isabel Arana
Drago, que falleció aún pequeña, hija del Intendente Eduardo Arana en el
momento de iniciarse las obras y la cuarta María Avellaneda Santamarina ( nieta
de doña Ana) niña fallecida prematuramente, hija de Nicolás Avellaneda y María Santamarina.
En
la segunda década del siglo XX, Don Antonio Santamarina, compró en París, el
primer aparato de Rayos X que se instaló en el Hospital, equipo que luego de
muchos años de uso, quedó en depósito, hasta que en el año 1939, cuando se inauguró el Dispensario de Vías
Respiratorias de la Cruz Roja, fuera reparado por Don Américo Sinka y siguió prestando útiles servicios en esta nueva institución de salud
A partir de entonces el Hospital no dejó de crecer bajo
las distintas administraciones municipales que lo tuvieron como eje de la salud
pública tandilense y con la conducción de médicos respetables, que bregaron por
lograr ampliaciones y la colaboración de comisiones de apoyo, lo
engrandecieron. Los Directores que cumplieron más años en sus funciones fueron:
el primero Dr. Ricardo López (1909-1917), su sucesor Dr. Juan C. Tuculet
(1921-1929) y el Dr. Dardo J. Fernández Tasende ( 1961-1973). En su Centenario
es su Director Médico el Dr. Vito Mezzina y el Administrativo el Lic. Daniel
Binando.
Daniel Eduardo Pérez
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