LOS ORÍGENES DEL RADICALISMO EN TANDIL
En 1890 la presidencia de Juárez Celman tambaleaba y el Gobernador Julio Costa trataba de sobrevivir al embate, que además tuvo en los enfrentamientos armados cívico-militares, su saldo de sangre vertida, una vez más, por dirimir cuestiones intestinas.
Tandil no fue ajeno a esto, y gracias a un curioso y casi desconocido documento escrito por José R. Benavídez, podemos hoy afirmar que desde nuestra ciudad salió un batallón de Guardias Nacionales por él comandado, convocado por Jacinto Saldivar e integrado por alrededor de 120 hombres que, al igual que en otras partes de la provincia, "... se subleva con una parte del ejército y armada en contra del pésimo gobierno del. Dr. Juárez...".
Este dato, prácticamente sin mención en la historiografía local, nos permite-luego de leer el breve pero detallado folleto-pensar que también aquí soplaban vientos bélicos, que, aunque no tuvieron expresiones de confrontación armada, habiendo llegado a La Plata, daban claras muestras de una influencia directa y no de un aislamiento de la situación general.
En este capítulo en el que haremos referencia a episodios que dieron nacimiento al radicalismo en el país y naturalmente en Tandil, debemos recordar que como consecuencia de esa revolución se produjo la renuncia del Presidente Juárez Celman y el ascenso al cargo del vicepresidente Carlos Pellegrini, quien tuvo en el Gral. Roca su principal apoyo.
Llegado el momento de tener que elegir la fórmula que sucedería a Pellegrini, el partido Unión Cívica se dividió entre quienes deseaban un acuerdo entre su máximo jefe, Bartolomé Mitre y el Gral. Julio Roca y los que se rebelaban al acuerdo - los antiacuerdistas- intransigentes,"principistas", que se separaron y formaron la Unión Cívica, que pronto tomaría el nombre de Radical. Era el año 1891 y Leandro N. Alem sería la cabeza y el caudillo que aglutinaría voluntades a quien acompañarían figuras como su sobrino Hipólito Yrigoyen, Bernardo de Irigoyen, Aristóbulo del Valle, Marcelo T. de Alvear y otros.
Al decir de Peter Snow (en Fuerzas políticas en la Argentina), "...la clase media inmigrante formó la base del primer partido político no aristocrático, la Unión Cívica Radical...".Las elecciones presidenciales para suceder a Pellegrini dieron como vencedor a Luis Sáenz Peña quien gobernó desde 1892 hasta 1895, período en el que en la Provincia pasaron varios gobernadores desde Julio Costa (1890-1893), hasta Guillermo Udaondo (1894-1898).
La situación nacional no había mejorado y la revolución radical había estallado en esos días finales del frío e invernal julio de 1893 siendo nuestra provincia el baluarte-cuando no-del movimiento.
La denominada Junta Revolucionaria se había establecido en Temperley donde sus proclamas habían congregado alrededor de 8000 hombres, tomada oportunamente por otro posterior hombre fuerte del radicalismo: Marcelo T. de Alvear y luego por Hipólito Yrigoyen, quien desde su conocida estancia "El Trigo", dirigió personalmente las operaciones en el interior bonaerense, ocupando Las Flores y luego Azul, Sierra Chica y Olavarría.
En conocimiento y con pleno acuerdo de lo ocurrido, en Tandil los radicales formaron un batallón al mando de Ramón Ballesteros, quien había sido Comisario, ex-militar y director del periódico" El Centinela". Numerosos voluntarios enfervorizados, la mayoría jóvenes, se enrolaron en las filas del entusiasta batallón radical, dispuestos a derramar su sangre, si ello fuera necesario, en pos de lo que estimaban una "causa" digna, marchando hacia la capital para defender la revolución. Apellidos luego muy conocidos y con descendencia hasta nuestros días, fueron al frente de lucha, siendo algunos de ellos, Carné, Proverbio, Lotitto, Ríos Melo, Ibos (h) (de los artistas plásticos pioneros), Farcy, Dhers, Celestino Juldain (posiblemente familiar del maestro pionero), Nigoul y otros.
Los radicales de Tandil, al igual que los de otros 90 partidos de la Provincia, habían decidido tomar la Municipalidad, que en ese momento estaba a cargo de Donato Dufau, por licencia de Almada.
En Tandil con la Revolución de 1893, resuelta aquí, según veremos, con madurez y sin un herido por medio, se consolidó la idea de dar formación a la Unión Cívica Radical, que reconocía en el hacendado Raimundo Piñero a su alma mater, acompañado por los hermanos Juan B. y Daniel de la Canal, los hermanos de origen francés Juan M. y Mariano Dhers y Francisco Sampaul, entre los más conspicuos.
En la ocasión, se integró un Comité Revolucionario Radical presidido por Piñero, con el objeto concretar la toma de la Municipalidad, a cuyo frente estaba, como quedó dicho, el
Intendente Dufau. Ese domingo 30 de julio de 1893, el infortunado Dufau recibió la noticia del Jefe de Policía que debía reunir a los efectivos de Tandil y la zona, para partir en defensa del gobierno, con lo que el pueblo quedaba absolutamente desguarnecido, recomendándole formar "piquetes" (le suena amigo lector...) para mantener la seguridad.
Reuniones varias se sucedían, ya no sólo en el Hotel de los hermanos Dhers,- el célebre de la Piedra Movediza- sino en la estancia de Piñero, aumentando el número de concurrentes con el paso del tiempo. Ellos eran hombres de la "clase media"- como dice Snow- pero también otros de cierta fortuna y algunos provenientes de un mitrismo desencantado.
Ante esta inédita situación, Dufau, en un gesto de dignidad, manifestó que no estaba dispuesto a dejar el cargo por cuanto había sido electo por el pueblo y no lo iba a resignar por el capricho de un partido, aunque el radicalismo arguyera precisamente la invalidez de aquellos comicios y los anteriores, por considerarlos fraudulentos.
La postura de Dufau fue cuestionada por los dirigentes radicales, que alegaban lo expresado en el párrafo anterior, lo que tensionó al máximo la situación. La prudente y sabia intervención del Dr. José Santamarina y la buena voluntad y entendimiento de Dufau, determinaron la renuncia del Intendente interino, lo que ayudó a evitar la posibilidad del temido enfrentamiento armado de carácter político, desconocido en la corta historia del Tandil, pero que sin embargo en otras localidades se había producido con el lamentable saldo de muertos y heridos entre vecinos.
Donato Dufau, en un gesto que honra su civilidad, se retiró a su domicilio acompañado por la Comisión oportunamente citada, dejando en manos de ésta la solución del complejo tema.
De común acuerdo, radicales revolucionarios e integrantes de la Comisión de vecinos, con la anuencia del Cura Párroco Pbro. José F. García, se reunieron en la casa parroquial, eventual "terreno neutral", con el objeto de proceder a arreglar la entrega de la Municipalidad.
A la 1,30 del lunes 31 de julio de 1893 se labraba un acta verdaderamente histórica.
Alrededor de mediodía y ante la atenta mirada de numerosos curiosos que se iban multiplicando, frente a la Municipalidad, se procedió a romper los sellos que lacraban las puertas, para tomar en forma oficial posesión de la misma.
Inmediatamente la Junta Radical, presidida por Piñero y la llamada Conciliadora por Santamarina, conferenciaron acerca de los futuros pasos a seguir.
El resultado de dichas conversaciones fue el acuerdo para que el gobierno quedase transitoriamente en manos de una "Comisión Administradora", la que se constituiría con vecinos de alguna manera poco comprometidos partidariamente y que integraron Eulalio López de Osornio, Blas Barrientos (padre del recordado periodista), Pablo Peñalva, José M. Saraví, Alberto Speroni, Juan B. Echeverría, Jorge Dahl y Pedro Barbé.
Se daba así una curiosa dualidad en el manejo de los destinos comunales: el verdadero poder político lo ejercería la Junta Revolucionaria Radical, que había tomado el Concejo y los asuntos de trámite casi burocráticos, la flamante Comisión, que poco o nada podía hacer, como se desprende del acta firmada ese día y que figura transcripta en los libros del HCD.
Pese a ello, es rescatable el gesto de aquellos hombres que gestaron el radicalismo en nuestra ciudad, que al menos compartieron como "buenos vecinos" algunas de las tareas, las que podrían haber asumido con plenos y arbitrarios poderes.
El acuerdo designó al Dr. José Santamarina como Intendente y a José Capdepont como Presidente del Concejo Deliberante, recayendo la designación de concejales en Eulalio López de Osornio, Juan B. Echeverría, José M. Saraví, Pedro Barbé, Alberto Speroni y Florencio Méndez, como titulares y Pedro Peñalva, Jorge Dahl y Blas Barrientos como suplentes.
Defensor de menores fue designado Felipe de la Canal, continuando el veterano César Prada como Secretario, en tanto Francisco Bellini (director de El Eco del Tandil) lo era del Concejo.
La "democrática" elección respondía a las urgencias revolucionarias, sin participación alguna del vecindario que seguía los sucesos muy interesado, pero casi como mero espectador de esta puja entre las cabezas visibles de los factores de poder de entonces en la ciudad.
Finalmente con el acuerdo suscripto, se llevó serenidad a los caldeados ánimos.
Pasados aquellos momentos difíciles de enfrentamientos, en el orden nacional, en 1895 el país iniciaba un periodo de relativa tranquilidad, conducido por el sucesor de Sáenz Peña, el respetado salteño José Evaristo Uriburu, quien conformaba a los líderes oficialistas Mitre y Roca.
La oposición radical pasaba por un momento de cierta frustración y anarquía, en tanto la estrella de Alem se apagaba y crecía en cambio la de su combativo y entonces brioso sobrino Hipólito Yrigoyen, de gran carisma entre los bonaerenses.
Gobernaba la provincia Guillermo Udaondo desde el año anterior, producto del acuerdo de roquistas- más bien pellegrinistas-y mitristas.
En Tandil, convocadas las elecciones correspondientes para el domingo 14 de abril de 1895, la sesión del Concejo Deliberante del 5 de mayo, consagró como Intendente a Juan Bautista de la Canal, a quien, consecuentemente, se lo considera el primer Intendente radical. Debemos recordar que al Intendente entonces lo elegía el Concejo de entre sus miembros y duraba en su mandato sólo un año.
En esa misma sesión se designó presidente del Cuerpo a Eduardo B. R. Frers y vicepresidente a Florencio Méndez.
El Tandil que le tocó gobernar a de la Canal, contaba según el censo nacional de ese año, con 7.894 habitantes en la campaña y 7.008 en la planta urbana y venía de obtener el incremento poblacional relativo más elevado del último siglo, con un 35,8 % en el quinquenio 1890-1895.
Juan B. de la Canal, que fue reelegido para el cargo por un año más, el 2 de enero de 1896, ejerció sus funciones en forma intermitente, alternando con Frers y Méndez, dado que dedicaba parte de su tiempo a la atención de sus actividades agropecuarias, las que constituían- al igual que la de otros miembros de esta poderosa familia extendida en el sudeste bonaerense-la fuente de una importante fortuna.
En honor a la verdad debemos decir que la gestión de este primer Intendente radical no fue pródiga en hechos destacables para el progreso y desarrollo de Tandil, aunque coincidieron en sus períodos algunas medidas que, como la ley que declaró ciudad a Tandil el 22 de octubre de 1896, le dieron un status deseado.
En su administración se denominó Brig. Gral. Martín Rodríguez a la "plaza frente a las ferias", que era la que aún hoy llamamos popularmente " de las carretas" o "la del tanque", proponiéndose que se levantara allí un monumento al fundador y se colocaran los cañones del Fuerte, que allí permanecieron desde el gobierno de Santamarina hasta que bien entrado el siglo XX, fueron trasladados hasta el Parque, donde hoy se encuentran. También denominó Constitución a la actual plaza Moreno, la del viejo cementerio.
Fue en su gobierno en el que empresas privadas como Clark y Cia y Compañía Internacional de Electricidad, realizaron gestiones para instalar el alumbrado eléctrico, lo que finalmente no ocurrió y que se concretaría recién en 1901 con otra firma, resultando un importante progreso urbano.
En Tandil fueron en realidad hombres de extracción económica poderosa, los principales referentes que llevaron adelante el radicalismo. Los de la Canal constituían un verdadero " imperio" poseedor de miles de hectáreas de campo repartidas en el sudeste bonaerense, contándose alguno de ellos entre los fundadores de pueblos- como en el caso de Necochea- o donantes de tierras para el ferrocarril, como en nuestro partido lo hizo Victorio, dando nombre a la localidad rural que hoy lleva ese nombre,.en oposición a lo que dice Snow sólo aparentemente, por cuanto fueron seguidores en el futuro, hombres de la clase "media" los que formarían sus cuadros.
La elecciones municipales del 29 de noviembre de 1896 dieron nuevamente el triunfo al radicalismo, lo que llevó a que el Concejo eligiera a Eduardo B. R. Frers como nuevo Intendente y al relojero Higinio Plazas como presidente del cuerpo. La labor de Frers fue digna y mereció el elogio del vecindario. En su gobierno se sancionó la ordenanza de la actual nomenclatura y numeración de las calles, el reglamento de control del Matadero, el apoyo a la creación del Asilo de Huérfanas y el impulso a la instalación de nuevas industrias lácteas.
Al finalizar su mandato, las elecciones de fines de 1898 consagraron nuevamente la lista radical, con lo que el Concejo, en su primera sesión de 1899, eligió Intendente al caudillo radical de la época Raimundo Piñero, siendo presidente del cuerpo Federico Demarchi con quien alternó el Ejecutivo en razón de sus numerosos viajes.
Sería precisamente Demarchi quien-previas elecciones- sería electo Intendente en 1900, siendo reelecto en 1901, año en que en Tandil, como en todo el país se rindiera homenaje a Bartolomé Mitre al cumplir éste sus 80 años, realizándose aquí un gran homenaje por parte de la Comisión presidida por Martín Iparraguirre.
La administración de Demarchi se caracterizó por un honesto manejo de los bienes y finanzas municipales e iniciativas que, como la del alumbrado eléctrico, tuvieron principio satisfactorio.
Finalizado su período y luego de las elecciones respectivas retornó como Intendente el jefe radical Raimundo Pîñero, en 1902, siendo secundado por Julián Dufau- hermano de Donato, el Intendente que afrontó la revolución de 1893-como presidente del Concejo.
En la nueva gestión de Piñero, Tandil cobró renovadas energías y su floreciente comercio dio nacimiento al primer banco de origen local, en 1902: el Banco Comercial del Tandil, que durante décadas fue orgullo de la ciudad y que lamentablemente cayó pesadamente en años recientes.
De ese ejercicio dice Piñero en sus memorias: " Mi atención se ha dirigido con especialidad al arreglo de los caminos para facilitar la vialidad pública...". Fue en su gestión en la que finalmente la luz eléctrica se hizo realidad.
En 1903 Piñero fue reelecto., pero las desinteligencias políticas entre la provincia y el gobierno local, ejercido en 1904 por Demarchi, electo nuevamente, terminó con la intervención policial de la Comuna y la designación de Emilio Vivot por parte del gobernador Marcelino Ugarte.
Fue en ese año en que apareció el primer diario de Tandil, "La Democracia" dirigido por José A. Cabral, de militancia radical y también en el que- enfrentados políticamente-el director del panfletario periódico "El Murciélago", de extracción radical, A. Setzes, moría a manos de otro director de un periódico, Antonio G. del Valle, en un episodio emblemático de la historia de nuestro periodismo.
El creciente prestigio e influencia de Cabral, pronto se encontraría con la oposición de hombres como Demarchi, cuya personalidad distaba de ser sumisa. Comenzaba un período de divisiones internas que se prolongarían en el tiempo y que culminarían con escisiones del partido a nivel local, como consecuencia de los diferentes enfoques y las divisiones en el orden nacional, las que prácticamente han durado hasta nuestros días.
En ese mismo año-1904- el legendario Alfredo Palacios fue electo como el primer diputado socialista de América, se formaba el Partido Conservador en la provincia y el destacado político Lisandro de la Torre daba nacimiento a la Democracia Progresista. En Tandil comenzaba un período de gobiernos conservadores.
Casi una década y media después, se producía en la historia argentina un trascendente hecho: el 2 de abril de 1916 se realizaron las primeras elecciones nacionales poniendo en vigencia la Ley Sáenz Peña- voto universal y secreto-que consagró la fórmula radical que llevó a Hipólito Yrigoyen a la presidencia, superando a la fórmula conservadora.
En la provincia, en cambio, había triunfado el conservadorismo por lo que fue intervenida por Yrigoyen, designándose a José Cantilo como interventor, quien por su parte intervino la comuna de Tandil con el comisario de policía Víctor Roberts. Se repetía, inversamente, el episodio de 1904...
Luego de esta alternativa, la Intervención radical de la provincia designó Comisionado a José A. Cabral, quien estuvo unos pocos meses al frente de la Comuna. Fue éste el primer cargo público que alcanzó este político, que luego se prolongó en una larga y fecunda trayectoria y que además fue periodista y hombre de la cultura de Tandil.
El 5 de mayo de 1918 se constituyó el nuevo Concejo Deliberante- que como novedad contaba entre los concejales electos a los primeros socialistas, Anacleto Farías y Carlos Dhers,- este último de origen radical- que designó a Esteban Maritorena como nuevo Intendente, quien tuvo como secretario a Luis Lunghi y ejerció el cargo durante cuatro años.
La citada vocación periodística de Cabral, lo llevó a fundar otro diario, en 1919, el que con el nombre de "Nueva Era" perdura hasta los días que corren, llevando en sus páginas la voz del radicalismo como expresión política y manteniendo duras polémicas con otros colegas, incluido "La Revista" periódico católico fundado y dirigido por el Pbro. Julio Chienno. Años antes - en 1908- había fundado la Biblioteca "Bernardino Rivadavia" que llegó hasta nuestros días como un bastión de la cultura.
En el orden municipal, le correspondió a Maritorena llevar adelante los trabajos finales del hermoso Palacio Municipal, que había sido comenzado en la etapa conservadora, de tal suerte que en 1920 era una realidad, aunque las arcas municipales estaban exhaustas y hubo que recurrir a una colecta pública para dotarlo del mobiliario necesario.
Fueron los años en que se aproximaba el centenario de Tandil por lo que convocó a una Comisión popular de festejos que, entre otras cosas, nos dejó el Parque Independencia con el monumento al fundador, la portada donada por la colectividad italiana y el castillo morisco donado por la española.
Maritorena fue un pionero en el estímulo del turismo hacia nuestra ciudad, así como apoyó la labor del maestro Vicente Seritti y los Salones de arte de aficionados, que habían comenzado como estímulo a las artes plásticas.
Cumplido su mandato, nuevamente el radicalismo obtuvo las preferencias del vecindario y decidió la sucesión al frente de la Comuna, en favor de Alfredo Martínez, quien había ejercido la presidencia del Concejo.
Fue en su administración en la que se concretaron los actos del Centenario, siguiendo la obra de Maritorena, y quien dotó de luz hasta la cima al Parque, así como de la escalera de piedra de acceso y quien autorizó definitivamente a la Comisión Oficial a contratar al gran escultor Arturo Dresco, para erigir el hermoso monumento a Martín Rodríguez que hoy contemplamos en la cima del Parque.
Sucedió a la administración de Martínez, Miguel Antonena que ejerció el máximo cargo de la Municipalidad entre 1924 y 1925.
Una vez más el radicalismo veía agitarse las aguas ante las posturas internas encontradas de Cabral y Antonena, que habiendo sido Inspector General de la Municipalidad había ganado adeptos asumiendo la Intendencia en medio de la nueva división que conmovió el ambiente político lugareño.
Eran los años del gobierno radical en la Nación y en la provincia, bajo las presidencias de Yrigoyen (1916-1922), Marcelo T. de Alvear (1922-1928) y nuevamente de Yrigoyen hasta su derrocamiento en la revolución del 5 de setiembre de 1930.
En el orden local, Nicasio Sánchez ganaba las elecciones que lo consagraron como Intendente entre 1926 y 1927, prosiguiendo la labor de los que le precedieron, sin que merezca destacarse en particular alguna obra o acontecimiento especial.
Los sucesos nacionales y provinciales determinaron que entre 1928 y 1930- año de la citada revolución que derrocó a Yrigoyen-el gobierno comunal fuera ejercido por comisionados, designados por los gobernadores Valentín Vergara (1926-1930) y Nereo Crovetto (1930), destacándose entre ellos a Juan C Zerillo y Beltrán Benedit.
Casi una década duró pues la segunda etapa de gobiernos radicales en Tandil, casi coincidente con su nacimiento, en los que contó con un importante apoyo electoral por parte de la población.
Habría que esperar casi treinta años para que otra expresión de origen radical, la UCRI -escisión encabezada por el Dr. Arturo Frondizi-con Juan Roser retomara el gobierno local y luego José Emilio Lunghi, comerciante y mutualista -padre del actual Intendente- desde l963 a l966, para luego recién en 1983, con el retorno de la democracia ,volver a ganar las elecciones municipales con Américo Reynoso como Intendente y donde ya la consagrada figura política del Dr. Juan Carlos Pugliese asumía por varios años la conducción de la Cámara de Diputados de la Nación, constituyéndose, con su dilatada y brillante trayectoria política, en uno de los dirigentes tandilenses que alcanzó los más altos cargos , responsabilidades y reconocimientos en el orden nacional.
La brevedad que nos impone el espacio, sólo nos permite brindarle, estimado lector, esta crónica muy apretada de los comienzos del accionar del radicalismo en nuestra ciudad, la fuerza que se alternó con conservadores y peronistas en la conducción de los destinos de nuestro Tandil.
Daniel Eduardo Pérez
jueves, 17 de junio de 2010
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Daniel: Solo con el ánimo de aportar algunos datos genealógicos de los De la Canal tandilenses mencionados en su trabajo, debo decir que Daniel Casimiro y Juan Bautista eran dos de los catorce hijos que tuvo Isidoro de la Canal, quien, mellizo de una mujer, nació el 7/5/1818 y fue bautizado en Chascomús el 15/5/1818. Isidoro se radicó en Dolores, casóse en Azul con Daniela Martínez (21/6/1849)y falleció en Tandil donde se había radicado el 18/3/1881. Dentro de sus campos se levantó la estación de ferrocarril que lleva nuestro apellido, De la Canal. Isidoro era hijo de Mariano de la Canal (n.1763; f.1826), y nieto de Juan León de la Canal (n.1740; f.1819). Juan León era hijo de Vicente de la Canal (n.1712; f.?). Vicente era el penúltimo hijo de Francisco Fernández de la Canal, soldado del Rey que vino de España y se casó en Buenos Aires con una criolla: Gregoria González de Leiba. De un hermano de Mariano, Juan José desciende el fundador de Necochea, Victorio; y de otro hermano de estos, Manuel, la ramma a la que pertenezco.
ResponderEliminarLe felicito por su página y por la abundancia de datos históricos que aporta.
Atte.,
Roberto Rodolfo de la Canal
Chascomús, Buenos Aires, Argentina.
Daniel Eduardo, aqui te envío datos sobre Isidoro de la Canal.-
ResponderEliminarIsidoro Canales - bautizado el 15 de Mayo de 1818 en la Parroquia de Ntra. Sra de la Merced - Chascomús - Pcia. de Buenos Aires - según consta el Acta Nº 12 de la página 170 del libro de Bautismos de dicha Parroquia.- Mellizo con Isidora.-
Aqui te envío la página Web de donde podes extraer el acta de Bautismo.-
https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QJRM-YF6D
Lo saludo muy atte.-