PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO DEL TANDIL
ALGUNOS EDIFICIOS HISTÓRICOS PÚBLICOS Y PRIVADOS
Tandil posee testimonios
arquitectónicos que no hacen sino
reflejar un pasado que a través de su presencia lo hacen vigente.
Sin embargo y pese a la
legislación de protección y preservación que posee, muchos edificios históricos
han caído bajo la acción de las topadoras…
En esta
nota por razones obvias de espacio daremos sólo un pantallazo de algunos
edificios públicos y privados existentes y de alguno que desapareció y
dejaremos para próximas ediciones más material sobre el tema.
Entre los
desaparecidos está la vivienda donde habitara el danés precursor y pionero de
las artes Cristian Mackeprang.
Ubicada
en Fuerte Independencia 225, su bisnieta Gilda Bianchi nos dice sobre lo que
fue cuando estaba en pie: “ Esta vivienda
posee las paredes de características muy bajas, coloreadas de amarillo apagado,
sobre la construcción simple: de ladrillos y barro actualmente se encuentran
agrietadas. Dando a la calle existen dos ventanas y sobre la derecha existe una
gran puerta construida con tablas de madera muy añejas. Pasando al interior, en
ambas paredes del zaguán ancho, se observan claramente expresiones artísticas
con paisajes de Noruega, Alemania, e Italia, creadas por el dueño de casa. El
cielorraso de madera, se encuentra deteriorado, el piso conserva las antiguas
baldosas formándose curiosos dibujos. La casa consta de cuatro habitaciones
grandes decoradas muy pobremente. En el patio encontramos una altísima palmera
seca por el transcurso de los años, el aljibe, infaltable en esas épocas, yace
en un rincón del mismo. El techo es de chapa con una cornisa de ladrillo. Su
talento artístico además de apreciarse en su vivienda se puede admirar en otra
vivienda de la misma calle, al 271, donde en el zaguán figuran dibujos de
expresivos colores”.
Cristian
Mackepreng, nació en Stege (Dinamarca) el
11 de octubre de 1840. Llegó a Tandil en 1859, junto con otras familias del mismo
origen: Mathiasen, Nielsen, Eigler atraído por la experiencia de
Juan Fugl. Se lo considera el pionero de la plástica en Tandil. Desarrolló una
intensa labor tanto musical como pictórica siendo su casa un centro social y
cultural.
“En el inmueble
contiguo, al 275, perteneciente a la Sra. Berta Nielsen de Blotto,- prosigue su bisnieta- un cuadro del destacado artista luce en
las paredes del living. El artista era amigo de la familia Nielsen por lo que
obsequió dicho cuadro. Mackeprang fue un hombre de fina sensibilidad que además
de pintar ejecutaba el violín, el órgano y practicaba la fotografía, al igual
que varios de los primeros pintores radicados en Tandil."
"Su pintura ingenua de suaves rasgos, sí bien no poseía la exteriorización de una depurada técnica, revelaba la existencia de cualidades óptimas para el arte. Para finalizar, la Iglesia Danesa posee otra de las delicadas pinturas del artista, cuyo cielorraso parece esculpido en mármol. También el altar y los marcos de los vitrales fueron decorados por este artista, hoy reconocido como el iniciador del arte pictórico en Tandil”
"Su pintura ingenua de suaves rasgos, sí bien no poseía la exteriorización de una depurada técnica, revelaba la existencia de cualidades óptimas para el arte. Para finalizar, la Iglesia Danesa posee otra de las delicadas pinturas del artista, cuyo cielorraso parece esculpido en mármol. También el altar y los marcos de los vitrales fueron decorados por este artista, hoy reconocido como el iniciador del arte pictórico en Tandil”
Falleció
en nuestra ciudad el 16 de febrero de 1939 a los 99 años de edad. En su
homenaje una calle lleva su nombre.
Lamentablemente
esta casa fue demolida irresponsablemente a finales de la década del ‘70 por el
comprador, pese a que se estaba en tratativas para salvar las paredes con sus
pinturas…
EL PALACE
HOTEL
La Piedra Movediza, caída en 1912, con su
"muerte" no significó un “parate” excesivamente
significativo en el turismo que Tandil atraía. La aristocracia porteña, seguía
concurriendo a sus estancias, pero faltaba un hotel de gran categoría que
hospedara a quienes quisieran habitar en la ciudad en pleno centro.
Fue así que María
Gastañaga viuda de Santamarina, adquirió los terrenos de la esquina de
Gral. Pinto y Chacabuco- que según hemos recogido de la tradición oral, habrían
pertenecido originalmente a don Ramón, quien habilitó una carnicería, en el
siglo XIX-, a Cayetano Durazzo, el recordado director de la Banda de Música que
llevaba su nombre, para levantar allí un hotel como Tandil y la zona no tenía,
diríamos hoy un "5 estrellas"
para la época.
Para concretar la obra, encomendó al arquitecto
italiano M. Pancetta Bisighini,
residente en Buenos Aires y prestigioso profesional, el proyecto con los planos
respectivos -los que están a buen resguardo en el archivo de la Dirección de
Obras de la Universidad- y la construcción propiamente dicha al constructor José Staneck (1885-1940), quien había
llegado de su natal Checoslovaquia en 1909, radicándose a partir de esta obra
en nuestra ciudad y dando origen a la familia de su apellido que hoy son
apreciados vecinos.
Con materiales de primera calidad, el diseño típico
de hoteles europeos de la época, fue cobrando vida y haciéndose realidad.
En ese sentido los profesionales de Obras de la
Universidad, nos dieron cuenta con lujos de detalles, de la nobleza de la
construcción, la que sobre una estructura de hierro y con bovedillas en los
entrepisos -no se usó losa de cemento en ningún caso, obviamente- fueron dando
forma a la planta baja y a los dos pisos originales del proyecto.
Maderas especialmente traídas de Europa, de Francia
y Alemania más concretamente, cristales templados y biselados para sus puertas
originales de acceso que era giratoria, hasta completar la pintura, decoración
y mobiliario, íntegramente enviados desde Inglaterra y Francia, permitieron que
se llegara al final de la obra, cuya explotación comercial estaría a cargo del
renombrado Hotel "Savoy" de
Buenos Aires, por el acuerdo al que llegó doña María.
Finalmente el sábado 20 de diciembre de 1919,
se inauguraba el Palace Hotel de Tandil, con un "te concert", que fue un
acontecimiento para la ciudad y en el cual actuaron músicos como Fernando
Alitta, que luego, en 1923, compusiera el Himno
al Centenario de Tandil.
Sus habitaciones con baños privados, su comedor,
sus salones de fiestas y de estar, estaban lujosamente amoblados y lucían
señorialmente. Mármol de Carrara por doquier, estucos artesanales en sus
columnas, espejos franceses y hasta ascensor, que sería el segundo en Tandil,
después del de la casa de los Manochi, completaban este fabuloso edificio que
hoy integra el patrimonio histórico de Tandil. Pocos años después se agregó el
tercer piso, que le dio la fisonomía que hoy le conocemos.
Huéspedes de la aristocracia porteña, prominentes
políticos y diplomáticos encontraron en el Palace su lugar de descanso y
entretenimiento
En las suites principales (hoy Rectorado ), se
alojaron las personalidades más destacadas de la política, la economía, la
producción, la diplomacia y las ciencias de aquellos años; desde Figueroa
Alcorta -quien gustaba recorrer la calle Chacabuco hasta el Parque
Independencia- hasta el Presidente Dr. Ramón S. Castillo, cuando vino el 10 de
enero de 1943 a inaugurar el Calvario.
JOYA DE LA ARQUITECTURA TANDILENSE
EL BANCO HIPOTECARIO NACIONAL
El 14 de setiembre de 1886 se sancionó la Ley 1804 por la que
se creaba el Banco Hipotecario Nacional,
siendo Presidente de la Nación el Gral. Julio A. Roca.
Tenía sus antecedentes en el Banco Hipotecario de la Provincia de Buenos
Aires, que había sido fundado en 1871, primera institución que otorgaba
préstamos con garantía real de hipoteca y se proveía de capitales mediante la
emisión de cédulas hipotecarias.
El 15 de noviembre de 1886
iniciaba formalmente sus operaciones con la presidencia de Juan A. García, esta
institución que a lo largo de su historia y con vicisitudes diversas estableció
en el país una política de fomento a la construcción de la vivienda propia.
Fue en la presidencia del Dr.
Rafael Herrera Vegas y por intervención especial del Director Nereo Crovetto,
que en 1919 se decidió la creación de una sucursal en Tandil, donde éste tenía
amistades arraigadas.
De esta manera, el 25 de enero de 1919, comenzó a
funcionar en un local de Gral. Pinto 666 (donde después estaría por muchos años
la joyería Laplace) y hoy existe un
local comercial. Fue designado primer gerente el señor Luis A. Crocci, como
contador Julio B. Bardi; como abogado el Dr. Ramón Baró y como escribanos los
profesionales: José A. Cabral, Juan A. Zerillo y Manuel Cordeu.
Con una amplia jurisdicción
geográfica, la sucursal Tandil se erigía como una de las más importantes, dado
la región agrícola ganadera que abarcaba, adonde se destinaban los primeros
esfuerzos para la adquisición de los predios rurales que favorecieran la
colonización, antes que cobrara importancia la posterior injerencia en la
edificación urbana. Hacia 1921 por los montos otorgados de préstamos y de
escrituraciones, la sucursal local ocupaba el primer puesto en el orden nacional,
lo que reflejaba la rápida expansión de su actividad.
Pronto cobró cuerpo la necesidad
de contar con un edificio propio digno de la institución que estaba en pleno
auge. De tal suerte, se resolvió la adquisición del terreno de Gral. Belgrano y
Chacabuco-solar donde estuviera uno de los extremos del Fuerte
Independencia-colocándose la piedra fundamental el 14 de mayo de 1922. El lugar no podía ser mejor, dado
que del lado contiguo estaba el Palacio Municipal con su hermoso diseño, lo que
obligaba a los arquitectos del Banco a esmerarse para dotar de un edificio
acorde a la construcción aledaña al Banco.
Confeccionados los planos
respectivos, se encargó al constructor Eduardo
Grilli la obra que a la postre sería un verdadero monumento de belleza que
enriquecería el patrimonio de
Tandil e incorporaba un elemento
arquitectural que se sumaba al ya citado Palacio Municipal y al flamante
edificio del Palace Hotel, rodeando a
la Plaza Independencia que por la obra del Intendente Antonio Santamarina,
resultaba ya un atractivo para propios y extraños.
Dotado de vivienda para el
gerente y de una imponencia formidable, el edificio fue avanzando en su
construcción, en la que algún desafortunado obrero perdió la vida, hasta que el
26 de setiembre de 1924 fue oficialmente
ocupado. La inauguración fue realmente un acontecimiento para la sociedad de la
época dado que el volumen de metros cuadrado era desafiante y su porte
imponente-aún hoy lo es- respondiendo a una concepción de la arquitectura que
primaba en esos años para los edificios
públicos. Posee dos grandes y hermosos vitrales
que representan la agricultura y la ganadería respectivamente, no figurando el
autor.
Con un sótano de las mismas
dimensiones que la planta baja y un entrepiso al que se accede por una escalera
cuyo diseño ingenieril es un verdadero misterio-tal como lo resaltan los
testimonios recogidos-,alcanza una altura realmente llamativa, teniendo en
cuenta que se usó hierro para sus soportes y sólo losa de cemento para el
entrepiso.
Recubierto en su exterior por
placas de granito local, sobre plomo que trabaja sobre la inflexibilidad de la
piedra para evitar roturas, una puerta metálica de dimensiones espectaculares,
el Banco Hipotecario Nacional de Tandil poseía la sede adecuada a su
importancia.
La situación política y por ende
económica del país fueron factores decisivos en las distintas etapas del Banco:
cuando la inflación castigaba al país, la descapitalización y la difícil
situación recaía sobre la actividad de esta institución que a la larga prestó
grandes beneficios a la población.
No haremos aquí el inventario de
edificios y barrios a los que dio lugar el accionar del Banco Hipotecario, pero
si podemos afirmar que Tandil le debe una porción realmente importante del
total porcentual construido en su planta urbana
La sucursal Tandil cerró sus
puertas como consecuencia de la política nacional al respecto y merced a la
visión de la Municipalidad local, su edificio fue adquirido para que-luego de
diversas alternativas-funcionen oficinas municipales, rescatando este monumento
para el patrimonio de los tandilenses, hoy, y desde 1999, con el nombre de Palacio Brig. Gral. Martín Rodríguez, incorporado a lo que
podríamos denominar "la manzana de
las luces" local.
PALACIO MUNICIPAL
El
Palacio Municipal fue gestado en la administración de Antonio Santamarina y
luego de construirse fue habilitado en la de Esteban Maritorena en 1920, tal como él mismo lo señala en su
Memoria al H.C.Deliberante de ese año al decir: “Terminado el edificio se pensó en habilitarlo, lo que e hizo de inmediato,
teniendo en cuenta la economía que reportaba al erario público la trasladación
(sic) de las oficina as de la administración a su local propio” Luego da
detalles de lo recaudado en la colecta para dotarlo de mobiliario. Indica
asimismo que el costo total de la construcción fue de $ 419.139,70 m/n.
El
intendente Martínez dotó del mobiliario al llamado “Salón de Fiestas”, hoy
Salón Blanco, para que en el centenario lo encontrara completo (1923)
Sobre
este emblemático edificio nos dice José
M. Ortiz :”Edificio francés borbónico,- como lo simboliza la flor de lis
que luce en su balcón central - proyectado por la administración Eduardo Arana,
construido durante la administración Antonio Santamarina, inaugurado por la
administración de Esteban Maritorena. Arquitecto- ingeniero J. Waldorf ;
Arquitecto constructor Ramiro Penacchi.
A la derecha del edificio estatua de fémina y mosaico recordatorio del
combate de San Lorenzo. Sobre la fachada sobresale un gran balcón sostenido por
columnas, que permiten por medio de una rampa acceder con vehículos a la puerta
de entrada del edificio, quedando cubierto por el balcón. Este tiene un friso
con relieves repetidos de flores de lis, cascos romanos y calaveras zoomorfas.
Atravesando una puerta de reja y cristal se accede a un zaguán que da entrada
al gran vestíbulo central rodeado de columnas y en el centro hay una bellísima
estatua de mármol de un guerrero romano sedente, con fémina y amorcillo. La
obra se intitula "El reposo del guerrero" y su autor es Boero.
Sobre el vestíbulo se abre el piso superior, con una balaustrada
circundante que permite ver desde el primer piso, la planta baja y desde ésta
el vitral que corona la planta alta como claraboya, que da luz a la planta baja
y a los corredores de la planta alta. En el vitral aparece una pareja rodeada
de angelitos, un escudo y frutos.
En la parte posterior del palacio, una ancha escalinata llega hasta un
descanso y se abre en dos ramas que llegan a la planta alta.
En el descanso se puede ver un gran vitral. Éste representa dos efebos,
cuatro niños y la leyenda: "MCMXII Proyecto administración de Eduardo
Arana -MCMXIII-MCMXVII piedra fundamental y (sic) iniciación de las obras
administración de Antonio Santamarina. MCMXVIII-MCMXIX.
Terminación de las obras e inauguración
del edificio administración de Esteban Maritorena". Los autores del vitral fueron Vilela y Thomas. El
vitral-claraboya no tiene referencia al autor, pero es posible que sean los
mismos. En el Salón Blanco hay relieves de yeso del escultor Antonie Adeet.”
LA CASA
DE LA CULTURA
La
denominada Residencia Manochi, en Gral.Rodríguez y Gral.Belgrano, donde ahora
funciona la Casa de la Cultura, puesta en valor y uso por iniciativa municipal
para alojar en ella dependencias de la Subsecretaría de ese rubro, data de 1918.
El amigo
y estudioso Dr. José M.Ortiz registra muchos detalles sobre esta obra,
brevemente señalamos algunos del
piso del vestíbulo principal y de los frisos de la fachada. El piso del
vestíbulo es un solo mosaico, una sola pieza, cuyo material debió de ser
vaciado en el mismo lugar, y luego pulido. En el centro se diseñó, todo al
mismo tiempo, una piedra Movediza inserta e inscripta en un círculo trazado por
una circunferencia de bronce.
El friso
de los muros exteriores es de granito rosado procedente de Olavarría, pero fue
alisado (materlinado) a mano, en una proeza artesanal que fue ejecutada por
nuestros picapedreros.
La
conducción arquitectónica de la obra estuvo a cargo del tandilense Ramiro
Penacchi, quien también tuvo la dirección ejecutiva del Palacio Municipal.
Allí se
instaló el primer ascensor de Tandil.
Vitrales y murales muy bellos, decoran su interior, en una palabra: una joya…
Quedan
innumerables edificios importantes: viviendas, sedes de reparticiones, bancos,
etc., que en ediciones venideras desarrollaremos.
Agradecemos al Dr. José M. Ortiz sus valiosos
aportes, dado que está abocado a un trabajo de largo aliento sobre el tema.
Daniel Eduardo Pérez
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