LOS GREMIOS EN EL
TANDIL
Breves referencias
históricas
En
esta nota luego de una
breve introducción general, haremos una breve referencia histórica al origen de
los gremios más antiguos y destacados
del Tandil, con la ineludible limitación del espacio.
En la
Argentina
En nuestro país el desarrollo del sindicalismo fue
tardío, como lo fue el desarrollo industrial, en el contexto de un país
esencialmente agropecuario.
Los nacientes sindicatos fueron agrupaciones de tipo gremial, producto de la aparición
de la incipiente industria, de la llegada de inmigrantes y el tendido de redes
ferroviarias. Los primeros fueron dirigidos principalmente por extranjeros, y
transcurrieron su existencia en la clandestinidad, sustentados por ideas
anarcosindicalistas y comunistas, traídas por esos inmigrantes.
En 1857 se creó la primera organización obrera: “La Sociedad Tipográfica Bonaerense”,
con carácter de tipo mutual, pero la primera que surge para defender los
intereses más generales de los obreros, como un verdadero sindicato, fue la “Unión Tipográfica” en 1871, en la cual ocupó cargos directivos importantes Rafael Pites, quien se desempeñó como
periodista en Tandil al frente de varias publicaciones.
En 1881 nacieron dos nuevas agrupaciones gremiales:
la “Unión de Obreros Panaderos” y la “Sociedad de Obreros Molineros” y un año
más tarde surgió la “Unión Oficiales Yeseros”, en tanto en 1883 apareció la
“Sociedad de Obreros Tapiceros y la de “Mayorales y Cocheros Tranways” y en 1887, nació “La Fraternidad”, que agrupó a los maquinistas y fogoneros de los
ferrocarriles.
La diversidad ideológica de los sectores obreros,
impidió la unificación de la organización, y debilitó con ello, la fuerza de
los sindicatos. En 1890, con ideas socialistas surgió la “Federación Obrera
Argentina” (FOA) pero, simultáneamente, con ideas anarquistas y socialistas
nació la “Unión General de Trabajadores” (UGT), en tanto el grupo anarquista de
tendencias más violentas y revolucionarias fundó en 1901 la “FORA” (Federación
Obrera Regional Argentina).
En
1919 se creó la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y como representante argentino, el presidente
Yrigoyen envió a un miembro de La Fraternidad, más allegado a su gobierno que
los que integraban la FORA.
En 1922
ya hay un giro hacia la legalidad, cuando la asociación obrera “Unión
Ferroviaria” obtuvo la personería gremial dos años después y en 1926, junto
a “la Fraternidad”, formaron la
Confederación Obrera Argentina.
Así nació
la idea de la creación de una organización fuerte y única, la Confederación General del Trabajo, CGT,
surgida de un plenario llevado a cabo ese año, en el mes de septiembre, entre
la Unión Sindical Argentina y la Confederación Obrera Argentina, representando
en esa época a alrededor de 200.000 obreros de distintas ramas de actividades.
Sus estatutos fueron aprobados en 1936 y
en 1943, al crearse la Secretaría de
Trabajo y Previsión Social, su acción e importancia creció notablemente.
TANDIL
La relativa escasa
documentación en torno a diversos aspectos de la actividad sindical desarrollada
en Tandil desde hace más de un siglo, no facilita reconstruir un panorama
completo de tan prolongado período.
Antes de 1900 comenzaron a
exteriorizarse las primeras manifestaciones sindicales en Tandil. La llegada de
inmigrantes, especialmente los que trabajaban en las canteras, portadores la
mayoría de ideas “revolucionarias”, fue haciendo germinar los primeros intentos
de lucha. Simultáneamente, se extendía a Tandil el deseo de agruparse
gremialmente de los maquinistas ferroviarios, quienes poco después constituían
aquí su filial de La Fraternidad.
En los años que siguieron, en 1902 y 1906, surgieron formalmente los gremios de los empleados de comercio y el de los canteristas, respectivamente.
En los años que siguieron, en 1902 y 1906, surgieron formalmente los gremios de los empleados de comercio y el de los canteristas, respectivamente.
El Centro de Empleados de Comercio fue
fundado el 1 de Julio de 1902.
Sus jóvenes fundadores que aspiraban a mejores condiciones de trabajo, comenzaron por luchar solidariamente, entre ellos Pío Juan Dionisio Proverbio (1877-1947), que fue elegido presidente de la Comisión Fundadora y Ambrosio Coira, su tesorero, de escrupulosa administración, curador de los bienes que quedaron tras el fallido ensayo inicial que duró dos años. Los acompañaron Faustino Pazos como vicepresidente, Dámaso Rodríguez como secretario; y Benigno López, José Thalp, Lino Martínez, Ernesto Briera y Luciano Sabatté, en otros cargos.
Sus jóvenes fundadores que aspiraban a mejores condiciones de trabajo, comenzaron por luchar solidariamente, entre ellos Pío Juan Dionisio Proverbio (1877-1947), que fue elegido presidente de la Comisión Fundadora y Ambrosio Coira, su tesorero, de escrupulosa administración, curador de los bienes que quedaron tras el fallido ensayo inicial que duró dos años. Los acompañaron Faustino Pazos como vicepresidente, Dámaso Rodríguez como secretario; y Benigno López, José Thalp, Lino Martínez, Ernesto Briera y Luciano Sabatté, en otros cargos.
La
segunda fundación
Después de algunos inconvenientes, el Centro sufrió un impasse, pero el 22 de mayo de 1904 se recreó la organización, con el nombre de Sociedad Empleados de Comercio de Tandil, en una asamblea a la que asistieron 66 empleados de distintos comercios de Tandil.
Después de algunos inconvenientes, el Centro sufrió un impasse, pero el 22 de mayo de 1904 se recreó la organización, con el nombre de Sociedad Empleados de Comercio de Tandil, en una asamblea a la que asistieron 66 empleados de distintos comercios de Tandil.
Su
primera Comisión Directiva fue presidida por Juan Gutiérrez, acompañado por Ángel Machado, Dámaso Rodríguez,
Teodoro Álvarez y Adrián González en los principales cargos. Ellos fueron los
que afianzaron los pasos iniciales, centrando la lucha especialmente en la
aplicación del descanso dominical (resistido por los patrones) y por supuesto,
en la duración de la jornada de trabajo que requirió largas negociaciones.
Durante
los siguientes cuarenta años la Sociedad luchó incansablemente por los derechos
de sus afiliados. En 1946 se
adhirieron a la Confederación General de Empleados de Comercio, época en que
Borlenghi era el mandamás y ministro de Perón, que había estado en Tandil en
1938, 1939 y ya funcionario, en 1945, hablando en un acto en el club Ramón
Santamarina.
De
1940 a 1944 la entidad fue presidida por Francisco Arozarena acompañado de dirigentes tandilenses reconocidos y luego por dos hombres de militancia radical: Bautista A. Roberti, como presidente y
Félix Nabarrot, como secretario.
Hacia fines de la II
Guerra Mundial, la duración de la jornada de trabajo, el descanso dominical y
el “sábado inglés” habían quedado incorporados ya en forma inamovible y hasta
el pago de las vacaciones anuales era aceptado sin inconvenientes al igual que
las normas de la Ley que regulaba el trabajo de mujeres y de menores.
Desde 1948 hasta 1955, la conducción estuvo marcada por la figura dominante de Santiago H. Ithurrart, que había ingresado en la comisión en 1942, e imprimió al accionar de la Sociedad una activa presencia en la vida gremial tandilense. En 1950 concretaron el anhelo del local propio y adquirieron una propiedad en Alem 560, la que luego fue reformada.
Desde 1948 hasta 1955, la conducción estuvo marcada por la figura dominante de Santiago H. Ithurrart, que había ingresado en la comisión en 1942, e imprimió al accionar de la Sociedad una activa presencia en la vida gremial tandilense. En 1950 concretaron el anhelo del local propio y adquirieron una propiedad en Alem 560, la que luego fue reformada.
En 1955, días después
de producida la Revolución Libertadora, una asamblea dispuso la
autointervención y designó a Camilo Fava y luego a Filiberto Satti, como interventores
hasta que el Tte. Puig se hizo cargo de la misma.
Finalmente, el 24 de
septiembre de 1956, se efectuaron
las elecciones gremiales-la primera desde la Revolución Libertadora- para elegir
la nueva comisión directiva, resultando electo como Secretario General Jorge Rotonda, quien tuvo como objetivo
primordial buscar “la mejor manera de
organizar al SEC…”.
Le sucedieron en
1957, Héctor Lenzi; en 1959, Rino Rubianco; en 1960, W. Montero y J Solimanto; en 1961, R.
Corsini y luego Eduardo Calvo, reelecto
varias veces al frente de la SEC.
Entre
los años 1967-1978, hay un vacío documental que dificulta la reconstrucción de
esa etapa, la que parece cerrarse en 1978,
cuando una nueva comisión se hizo cargo de la Sociedad,
al ordenar la intervención la Confederación General de Empleados de
Comercio, a pedido expreso del entonces secretario general Eduardo Calvo, quien informó que la filial se encontraba en un
estado de acefalía y requería la designación de un delegado
normalizador designación que recayó en Leopoldo Arias y en Marcelino Mansilla, entre 1978 y 1983.
Con
el retorno a la democracia en 1983, la Sociedad se planteó otros objetivos de
mayor envergadura, Así se generaron diferentes medidas tendientes a favorecer
el estrechamiento del vínculo con los afiliados, logrando la reorganización de
la biblioteca, el descuento en medicamentos, servicio de peluquería, clases de
gimnasia gratuitas, servicio de odontología, la construcción de la Guardería Osito Blanco, etc., acciones
que sirvieron para que los empleados de comercio y sus familias se sintieran
más cerca de su sindicato.
El 20 de noviembre de 1984 se realizaron nuevas elecciones, resultando ganadora la lista que llevaba al frente a Horacio Ivorra, quien fue reelecto en sucesivos periodos. Su activa y extensa gestión fue desarrollada en casi todas las actividades desde la Mutual de Empleados de Comercio de Tandil.
El 20 de noviembre de 1984 se realizaron nuevas elecciones, resultando ganadora la lista que llevaba al frente a Horacio Ivorra, quien fue reelecto en sucesivos periodos. Su activa y extensa gestión fue desarrollada en casi todas las actividades desde la Mutual de Empleados de Comercio de Tandil.
Tras
el fallecimiento de Ivorra, en 2000, los destinos del Sindicato, en esos años
de incertidumbre para la Argentina, quedó en manos de Cecilia Bagessen de di Tada, quien con mucho esfuerzo, pudo
mantener la organización en esos difíciles momentos
y afrontó la tarea de empezar a enmendar desajustes que se habían
producido durante los años ’90.
El
22 de septiembre de 2006, las elecciones dieron el triunfo a la lista
encabezada por Hugo Mouhapé, quien acompañado
por un grupo de jóvenes, inyectó una dosis de bríos propio de la sangre nueva.
El
cambio de denominación de Sociedad de Empleados de Comercio por Sindicato de Empleados de Comercio de
Tandil, nació de una concepción arraigada en los directivos, que aprobó la Asamblea Extraordinaria del 15 de diciembre del 2006. Desde
entonces la conducción puso el acento en la capacitación y la ayuda social,
inaugurando en 2008 su Casa de la Cultura, que
pueden disfrutar quienes trabajan en los más de 5000 comercios de
Tandil.
La
Comisión Directiva 2010 – 2014 la
integran: Secretario General Hugo
Luis Mouhapé, Sub Secretario Adjunto Claudio A. Rosso., Secretario de
Asuntos Laborales Darío H. Arias., Secretaria de Finanzas y Administración
Nancy Clementi,,Secretaria de Acción Social Lorena Bruni, Juan Carlos
Bertolín,
Secretaria de Cultura y Difusión Eglez Montero, Secretaria de Deportes, Turismo y Recreación Fernando Rezola.
Secretaria de Cultura y Difusión Eglez Montero, Secretaria de Deportes, Turismo y Recreación Fernando Rezola.
PICAPEDREROS
Las
condiciones de trabajo que se registraban en las numerosas canteras que
funcionaban en el Tandil alrededor del año 1900, hacían difícil la vida a los
trabajadores de la piedra, que sumaban
ya millares.
Cerro
Leones, al igual que Villa Laza,
nucleaba a la mayoría de los obreros de esa industria, donde el personal
percibía sus magros haberes en forma de "plecas",
con las que adquirían mercaderías en negocios de la misma compañía, todo lo
cual fue haciendo germinar la idea de nuclearse en un sindicato que defendiera sus
intereses, sus fuentes de trabajo, y a la vez,
al que pudieran recurrir en procura de ayuda los que quedaran desocupados. En
la historia gremial tandilense, fueron los trabajadores canteristas quienes
llevaron adelante la lucha más ardua, más
violenta y que más sacrificios exigió.
De acuerdo a lo relatado por el colega Hugo Nario, en 1906 se creó la Sociedad Unión Obrera de
las Canteras de Tandil, con 536 afiliados. El mentor de aquella movida
fue el carpintero Luis Nelli, un anarquista italiano que llegó a esos pagos para
construir casillas para el campamento de los obreros.
El 30 de septiembre de 1906 se realizó una reunión
preparatoria para la Asamblea General Constitutiva con los picapedreros,
herreros, barrenistas y peones de Cerro Leones. De ella surgió una comisión
provisoria presidida por Nelli y por su secretario el picapedrero Roberto Pascucci. El sindicato de las
canteras logró constituirse el 6 de
octubre de 1906 y fue uno de los que más influyó sobre la clase trabajadora
del Tandil de aquellos tiempos.
El objetivo de esta sociedad quedó expresado en el artículo 1° de su reglamento “el móvil de esta sociedad tiene por objeto defender los intereses de sus asociados y proporcionarles por cuantos medios estén a su alcance y cuando se necesario recabar leyes que mejoren la actual situación de los trabajadores de las canteras”
El objetivo de esta sociedad quedó expresado en el artículo 1° de su reglamento “el móvil de esta sociedad tiene por objeto defender los intereses de sus asociados y proporcionarles por cuantos medios estén a su alcance y cuando se necesario recabar leyes que mejoren la actual situación de los trabajadores de las canteras”
El sindicato de las Canteras fue aguerrido y
disciplinado, pero no echó mano a la violencia casi nunca, salvo para contestar
represiones y solo hubo derramamientos de sangre en luchas internas o por
cuestiones ideológicas. En cambio, varios de sus miembros fueron víctimas de la
represión, con trabajadores baleados, presos, amenazados de ser deportados y
hasta en algunos casos muertos.
Quedó
fundada así la Unión Obrera de las Canteras,
que en la Asamblea realizada en Villa Laza elegió su primera comisión
directiva, que quedó así constituida: Presidente,
Luis R. Nelli; secretario general, Roberto Pascucci; tesorero, Cosme Stiglich;
vocales: Juan Spinardi, Vicente
Palacios, Francisco Bilbao, Andrea Maronich, Matea Guedas, Humberto Satti,
Antonio Luzzardi, Luis Mangioni, Lorenzo
Mollard, Zacarías Rizzardi, Mateo Galván y
Gaetano Banicelli.
Las
reuniones se efectuaban en principio, en las sierras o terrenos prestados y
debían cambiarse permanentemente para evitar la persecución policial.
En
oportunidad de cada paro y cuando se celebraba el primero de mayo columnas de
obreros de la decena de canteras, se formaban en el “puente del Azul”, para
marchar hacia el centro de la ciudad, avalando sus peticiones. Se recuerdan manifestaciones de cuatro o cinco
mil hombres, en el momento más difícil. El gremio tuvo en su historia hombres
que gravitaron mucho entre los afiliados como Roberto Pascucci y años después Bogdan Vucomanovich.
En 1907 ingresaron a la FORA (Federación Obrera de
la República Argentina), y en octubre de 1908
lanzaron la primera gran huelga. Entre otras reivindicaciones exigían: el
reconocimiento del Sindicato y que las empresas dieran trabajo únicamente a los
obreros organizados, pago de remuneración con moneda argentina en lugar de
plecas, reducción de la jornada de trabajo a 9 horas en verano y 8 en invierno,
descanso dominical y libertad de comer y dormir donde se quisiera. Esa lucha
duró once meses y se la conoció como la Huelga
Grande que culminó en setiembre de 1909 con la obtención de todos los
puntos solicitados. En su transcurso hubo episodios de violencia, actos
organizados por socialistas y anarquistas, en los que participaron
oradores foráneos y hasta dirigentes
nacionales de la UGT (Unión General de Trabajadores) para interceder en el
conflicto que terminaron presos.
A
partir de ese momento se intensificaron las acciones y la historia se fue
nutriendo de hechos heroicos que dan la pauta de lo duro que fue el camino de
las conquistas.
La prolongación de la huelga dificultaba el
aprovisionamiento de adoquines a Buenos Aires, principal destino, y finalmente
las empresas tuvieron que ceder y aceptar las condiciones. Una de ella fue
cesantear a los obreros que habían trabajado durante el conflicto, y aceptó
contratar solamente a los que pertenecieran a la Sociedad Obrera. El triunfo de
los picapedreros en esta huelga los transformó "de sometidos casi
esclavos en los obreros mejor pagos de la Argentina y sus luchadores sindicales
los más prestigiosos", al decir de Nario en su libro "Los Picapedreros".
En los años de más intensa actividad de las canteras, el gremio llegó a tener casi seis mil afiliados, número
que fue decreciendo paulatinamente luego de la crisis del 30, y después que los
buenos convenios obtenidos hasta 1944 fueron decreciendo, lo que provocó una “estampida”,
especialmente de los obreros especializados. La mecanización terminó por llevar
al sindicato a los pocos afiliados con que cuenta hoy día.
La producción más alta de toda su historia se
registró en 1913: 410.087 tn con unos 2500 trabajadores ocupados. En ese año fue construido el salón
de la Unión Obrera de las Canteras en Villa Laza, que fuera alquilado en su
momento a Metalúrgica Tandil
Hacia
1930 se comenzó a utilizar hormigón y concreto asfáltico para la pavimentación
urbana, declinando la demanda de adoquines, cordones y granitullo de piedra. La
producción se volcó a la piedra
triturada y las canteras
debieron despedir gente y muchos empresarios quebraron, emigrando buena
cantidad de operarios a Mar del Plata a trabajar en las canteras de piedra
blanca.
En 1954 pasó a ser una seccional
de la Asociación Obrera Minera
Argentina-AOMA, aprobada por la
asamblea que designó a los afiliados
Núñez, Bisogni, Bravo, Conforti y
Cadona como Comisión Administrativa.
Hoy en día continúa la actividad en algunas canteras de Tandil, aunque ya no de la manera artesanal de las primeras épocas. Por otra parte la mecanización y la reciente Ley de paisaje protegido han dejado muy menguada la actividad canteril tandilense, por lo que el otrora numeroso y combativo gremio hoy ha quedado reducido a una mínima expresión.
Hoy en día continúa la actividad en algunas canteras de Tandil, aunque ya no de la manera artesanal de las primeras épocas. Por otra parte la mecanización y la reciente Ley de paisaje protegido han dejado muy menguada la actividad canteril tandilense, por lo que el otrora numeroso y combativo gremio hoy ha quedado reducido a una mínima expresión.
En
1962 una comisión encabezada por Celestino Ghezzi concretó la
construcción de la actual sede social. Apellidos tradicionales de la actividad
pasaron por las comisiones directivas hasta el día de hoy en que es Secretario
General Rubén Marcelo Marcovich.
Bibliografía principal consultada: Nario, Hugo: “Los picapedreros”.Ed.del Manantial,
Tandil, 1997. “90 en el 92”, publicación de SEC, Tandil, 1992.
LOS FERROVIARIOS
El nacimiento del
gremio ferroviario en el país, marca un momento fundamental en la historia sindical. A instancias de delegados de asociaciones obreristas de Estados
Unidos, que visitaron el país en 1887, comenzó a gestarse en Buenos Aires la
constitución de La Fraternidad, que
agruparía a los maquinistas del entonces Ferrocarril de la Provincia de Buenos
Aires. El 20 de mayo de ese año, la agrupación
nacía en una asamblea de escasos trabajadores del riel, que debieron vencer muchas resistencias para ir atrayendo al gremio a los restantes maquinistas y el 19 de enero de 1889, La Fraternidad contaba con 157 asociados y entre sus fundadores, había dos
tandilenses: Juan Malacalza y Santiago Henry.
La actuación de los nombrados nucleó a los maquinistas que aquí se desempeñaban, en base al
Estatuto que había confeccionado el Ing. Carlos Echagüe. Varios
objetivos contenía el mismo para el gremio:
propender al mejoramiento de sus condiciones
de vida, difundir conocimientos técnicos
entre los compañeros y hasta fomentar los hábitos de economía entre los socios, mediante la creación de cajas de ahorro. También se
especificaba, claramente, la exclusión de cuestiones políticas o religiosas
en sus debates.
La Fraternidad, en definitiva, fue la primera entidad gremial de
alcance nacional, ya que hacia fines del siglo XIX la extensión de las
distintas líneas férreas llegaba a casi 6.000 km. en todo el país. En cada
localidad donde existía un galpón de locomotoras, la organización contaba con
una seccional, la que se regía por una
Comisión Ejecutiva nombrada por los socios y legalizada por la Comisión
Directiva.
Por
poseer galpón de máquinas, Tandil-adonde el ferrocarril llegó en 1883- constituyó su seccional propia
con un considerable número de socios y fue cabeza de zona de las delegaciones
cercanas. La fecha exacta de apertura no se conoce, pero las
primeras actas datan del 24 de enero de
1908.
Asimismo Tandil
fue, además, una de las primeras seccíonales
en todo
el país que construyó su
sede social: en 1923, conjuntamente con la Unión Ferroviaria, que nucleaba al resto de
los trabajadores ferroviarios, la concretó con el nombre de Confraternidad Ferroviaria,
en 4 de Abril 1371, cobijando a ambos gremios del riel y proporcionando un lugar emblemático que, como teatro, fue recuperado
recientemente.
Son numerosos los dirigentes de La Fraternidad que merecen destacarse por su acción en tan prolongada trayectoria: Gregorio
Bruno, Ángel La Banca, Enrique Colombo, Casildo Araya, Juan Albornoz, entre
otros…
Por su
parte, “la Unión Ferroviaria, constituyó
el sindicato más poderoso del país logrando consolidar una red de seccionales a
lo largo del territorio organizada a través de una rígida estructura
centralizada entre la dirección nacional y las distintas comisiones locales”, señala Hugo Mengascini.
A
comienzos de 1940, en Tandil, La
Fraternidad contaba con 115 socios activos y 29 jubilados, mientras que la
Unión Ferroviaria tenía 600 socios. Con un componente predominantemente
socialista, ambas entidades gremiales experimentaron, a partir de la llegada de
Perón al poder, conflictos y cambios que se manifestaron tanto en la relación de los sindicatos con el
Estado como en el interior de las organizaciones ferroviarias.
Después
del golpe militar del 4 de junio, la CGT había sido disuelta y La Fraternidad y
la Unión Ferroviaria intervenidas y si
bien se opusieron a los interventores,
la opinión se tornó favorable cuando asumió la intervención el Cnel. Mercante,
hijo de maquinista, lo que hizo que muchos trabajadores y dirigentes se vieran
identificados. Al mismo tiempo, se dejaba fuera de la ley a los sindicatos
controlados por los comunistas que estaban concentrados entre los trabajadores
industriales, siendo encarcelados algunos dirigentes-señala Mengascini.
En 1944,
los sindicatos ferroviarios elevaron una proclama en la que se expresaba que “Hemos participado y contribuido, en
cumplimiento de un alto deber moral y hermanados en un ideal superior
concordante en un todo con los sublimes postulados de la revolución del 4 de
junio de 1943, con todo desinterés y patriotismo, para asesorar a la
intervención en busca de los beneficios”
En
Tandil, los trabajadores ferroviarios
también brindaron su apoyo a Perón, lo
que se refleja en un comunicado de las actas de comisión ejecutiva de La
Fraternidad que afirmaba que “...se da
curso correspondiente a Circular Especial Nº 3 la cual menciona que en homenaje
al coronel J. Perón se debe de parar el sábado desde las 12 horas hasta las
13,30 horas...”
Sin
embargo en 1945, resurgió el malestar político y la comisión ejecutiva de La
Fraternidad- Tandil solicitó a la comisión directiva nacional la convocatoria
de un congreso mixto de seccionales; ambas entidades comunicaron una
resolución, a través de la prensa local manifestando que “Hace más de dos años que el país vive en una anormalidad institucional
por el golpe revolucionario del 4 de junio de 1943, desde cuya fecha las
libertades individuales, de prensa, de reunión y asociación y demás que
acuerdan nuestra magna Constitución Nacional han sido cercenadas por decretos
del gobierno Revolucionario. No es
posible que la clase trabajadora organizada esté en la pasividad mientras el
resto de las fuerzas democráticas y amantes de la libertad y justicia social,
piden la vuelta a las normas constitucionales…” por ello la Unión
Ferroviaria y La Fraternidad, reunidas en Asamblea Mixta, resolvieron acciones
conjuntas. Hasta 1951 se vivió así una ola de huelgas y conflictos, entre ellas
estaban la de los ferroviarios y Tandil no fue ajeno al movimiento
huelguístico, la dura posición antiperonista de La Fraternidad culminó con la
gran huelga de 1951 y su posterior intervención.
La
Unión Ferroviaria, por su parte, es el principal sindicato en el que están
nucleados los trabajadores ferroviarios argentinos. Fue fundada el 6 de octubre de 1922, como unión de
los gremios de Talleres y de Tráfico ferroviario. Desde su fundación formó
junto con el sindicato de maquinistas, La Fraternidad, la Confederación
Ferroviaria, que sería el sindicato de rama modelo en la Argentina, y pilar
del movimiento obrero hasta mediados de ladécada del ‘40, cuando comenzó a ser
reemplazada en su liderazgo por la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
La
Unión Ferroviaria junto con La Fraternidad constituyeron, por muchos años, el
núcleo de la Confederación Obrera Argentina (COA), primero, y de la Confederación
General del Trabajo (CGT), después, tras su fundación en1930. La cobertura médico asistencial a los
trabajadores del gremio fue una preocupación prioritaria, por lo que en1940,
con la creación del Hospital Ferroviario Buenos Aires, se creó la Obra
Social Ferroviaria, destinada a ese fin
siendo la primera obra social sindical del país.
La Fraternidad, originada en una mutual, como muchos otros
sindicatos, fue el primer sindicato argentino en organizarse nacionalmente-como
quedó dicho-, aprovechando la estructura de las empresas ferroviarias; debido a
ello, jugó un importante papel ayudando a organizar otros sindicatos.
Las estancias, los ferrocarriles, los frigoríficos,
el puerto, los buques, eran las herramientas de la economía de la época y de
ellas, los ferrocarriles eran los que
jugaban un papel decisivo que permitía conectar todo el sistema, el que estaba principalmente en manos de empresas
inglesas, llegando a conformar una de las redes más extensas del mundo.
La primera huelga ferroviaria se realizó en 1888 y
se originó a raíz de un accidente que causó la muerte de una persona en la
estación San Martín (actual Ferrocarril Gral. B. Mitre.).
Como manifestamos, la salud fue una inquietud
muy importante y los Policlínicos
comenzaron a gestarse en 1939 cuando los sindicatos ferroviarios, a
nivel nacional, obtenían la autorización de sus afiliados para descontar de sus
sueldos una determinada cuota que voluntariamente aportaban los socios de los
gremios a esta iniciativa. En 1952, con un significativo respaldo estatal,
abrió el Policlínico Ferroviario Central en la ciudad de Buenos Aires con más de
600 camas.
En el ámbito local, el Policlínico Ferroviario tuvo como gestores
a los dirigentes Francisco Saux, José
Lebonato y Benjamín Escudero en
representación de La Fraternidad, la Unión Ferroviaria y la Sociedad de
Socorros Mutuos “La Mutual “, respectivamente. En julio de 1945, la
Municipalidad donó $ 5.300, durante la gestión del comisionado Dr. Rozzi, para
la adquisición de un terreno constituido por 38 lotes, una manzana, ubicado en
Villa Italia donde se levantaría el sanatorio regional. Luego de ocho años de
intensos esfuerzos y gestiones, el 31 de
octubre de 1953, se llevó a cabo el acto de inauguración del Policlínico
regional para ferroviarios con la presencia del gobernador Aloé, abriendo sus puertas a la comunidad el
16 de noviembre, con 74 trabajadores de la salud. En 1999,
el cierre del Policlínico Central arrastró a todos los centros de salud del
resto del país incluido el de Tandil, y así el Policlínico Ferroviario local
cerró, privando a la ciudad de un centro de salud muy importante.
Hoy los ferroviarios tandilenses, como
gremio, han perdido fuerzas por la lamentable desarticulación de la red
ferroviaria que los afectó casi
mortalmente.
Dirigentes como A.Sívori, B. Saux,
J.Lebonato y Silverio L. Serrano-que
fue el primer intendente municipal de extracción obrera-entre otros,
enaltecieron la función gremial de los hombres del riel.
LOS METALÚRGICOS
El .primer intento de los metalúrgicos
tandilenses de constituir un sindicato se llevó a cabo en el taller Bariffi
durante el año 1936, como resultado de una situación laboral muy mala, de
la existencia de un núcleo de trabajadores antiguos y calificados y el
activismo comunista.
Era
el establecimiento más grande de todos ellos
con 123 obreros y empleados. Lo habían instalado los hermanos italianos
poseedores del oficio de “clasificar y fundir hierro", en el año 1918 y su
relación con las actividades agrícolas fue estrecha desde el comienzo, las que
se intensificaron durante la década del ’30, cuando el encarecimiento de los
repuestos de máquinas y herramientas
importados desde Estados Unidos, obligaron a la sustitución por otros,
más o menos semejantes, construidos en el país, elaborando asimismo cocinas y estufas a leña para el alojamiento
de los trabajadores rurales, que llegaban a la zona durante la cosecha.
“Los jornales escasos y
la modalidad de trabajo a destajo y "la contrata" (consistente en el
pago por kilogramo piezas bien fabricadas) durante los meses de mayor
actividad. Estas formas que asume el trabajo implican una doble coerción sobre
el obrero individual, por un lado para conseguir más intensidad y calidad en el
rendimiento, y por otro lado para debilitar sus lazos colectivos.
Un grupo de obreros,
entre los más calificados y experimentados,-señala Daniel Dicósimo- se movilizaron entonces en el mes de marzo de 1936 para formar un sindicato con los obreros del taller. La prensa
señala como organizadores a José
Schiaffino, Inocencio Puntelli, Juan Montepietro, Pedro Papini, Ram Zumpano,
Rodolfo Maschio y Francisco Yagüe.
El sindicato constituye para ellos un medio para defenderse de la
inestabilidad laboral, que comienza de modo recurrente al agotarse el período
de mayor actividad del campo”.
Se
constituyó así el Sindicato de Metalúrgicos Mecánicos y afines que hacia
el año 1943 quedó reducido a una pequeña y débil cantidad de afiliados, que
poco podían hacer ante la desmoralización de los obreros del Taller Bariffi
Hnos. y la constante persecución policial.
A
mediados de la década del ‘40, el Taller Bariffi se amplió, favorecido por la
escasez de importaciones que causaba la Segunda Guerra Mundial, fabricando
nuevos productos y con el agregado de más talleres y más trabajadores se
transformó en la sociedad anónima Bariffi
Industria Metalúrgica Argentina (BIMA). Entre sus productos se siguieron
destacando los repuestos para maquinarias agrícolas, las cocinas y estufas, y
aparecen las autopartes. En todos los
casos presentaban características de "segundo mejor”, copias de diseños extranjeros y, aunque no
alcanzaban la calidad original, tenían asegurado un buen mercado:
"Constituye
uno de los principales renglones, y también
uno de los que pone en evidencia la capacidad técnica de la
organización, la fabricación de tapas para block de cilindros adaptables (la cursiva
es del autor) a motores de automóviles Ford ( ... ) Miles de automóviles
que circulan en nuestro país y otros sudamericanos -se han exportado
importantes stocks- usan ya tapas de
cilindro BIMA con resultado muy satisfactorio " –manifiestan los autores Katz y Kosacoff en
el suplemento de Nueva Era de 1944.
El
agregado de otros talleres a la fundición originaria, como herrería, calderería
y niquelado, fue de gran importancia por introducir una división del trabajo
más compleja que la anterior, lo que
implicaba una mayor ocupación de
trabajadores en el establecimiento que pasaron de 123 en 1936 a 290 en 1946.
A
mediados de la década de 1940, BIMA era la mayor fábrica de Tandil, con sus
casi trescientos ocupados, aportando una
importante cifra del empleo del sector, que en 1946 sumaban 450 puestos
de trabajo. Por su parte, pese a los cambios, el ambiente metalúrgico local siguió poblado por
una decena de herrerías metálicas y cuchillerías, que abastecían de
herramientas, máquinas y repuestos a las actividades agrícolas del partido de
Tandil.
En
este contexto, el 7 de octubre de 1944,
se constituyó la Unión Obrera
Metalúrgica en la sede de Yrigoyen y Las
Heras, y su primera comisión, provisoria,
estuvo integrada por los afiliados: Alfredo Tueso, presidente;, Francisco Bossio, secretario; Inocencio
Puntelli, tesorero, Fortunato Maggioni
protesdorero y vocales: Carlos Viola, Hugo
Palazzo, Julio García y Julio Brunal; suplentes: Salvador Médico, Martín
Nielsen y Nicolás Fabíanich.
A
partir de 1946 estuvo al frente del
gremio Nicolás Pecchia, actuando como secretario Juan Capellutti, que después pasó a ser secretario general.
La
creación de Metalúrgica Tandil, en 1948,
incorporó numerosos operarios del ramo, siendo la empresa que más mano de
obra ocupó hasta su decaimiento en la década del ‘90, proporcionando un
importante grupo de afiliados a la UOM que se fue haciendo el sindicato más
poderoso.
Tras
la denominada Revolución Libertadora, vino la intervención a cargo del mayor (r.e.) García
Prado y luego se mantuvo al frente del gremio Miguel Angel Bardelli,
hasta la designación de la siguiente comisión.
La
sede propia de Montevideo y Gral. Rodríguez, donde funciona
ahora el gremio metalúrgico, fue adquirida el
19 de julio de 1952, siendo secretario general el citado Juan Capellutti.
A fines
de 1958 se eligió la nueva Comisión Administrativa, con Miguel Bardelli como secretario general, Juan R. Estanga,
secretario adjunto, que era un tornero de Metalúrgica Tandil, de origen
peronista, que reemplazó al comunista
Jelusich. En los cinco años posteriores, Estanga
desarrolló su carrera política (llegando
a presidir la delegación local de la CGT, la Seccional Tandil de la UOM, y
alcanzando una senaduría provincial) y se restableció el vínculo con el Cuerpo de delegados de Metalúrgica Tandil,
ya desplazado Jelusich que era
resistido, incorporándose como Tesorero Miguel Chiarullo, quien había ingresado
a la sección Mecánica y ya ejercía cierto liderazgo entre sus compañeros.
Este
núcleo obrero, que en su momento fue
mayoritario en Tandil, fue el gestor de las "62
Organizaciones", de activa militancia entre los sindicatos justicialistas.
A Estanga lo sucedió la comisión presidida
por Miguel Chiarullo como secretario general
desde 1967 y hasta el golpe del ’76, siendo secretario adjunto, Héctor R. Turri
y secretario administrativo, Miguel E. Rizzi, en cuya gestión levantaron la Clínica Vandor en 1971.
Retornada la democracia, Julio Lester asumió como secretario general en 1984, acompañado de Oscar
Dicósimo como adjunto, hasta 1988 cuando la misma fórmula ganó. Lester renunció
en 1990 y asumió Dicósimo hasta
finalizar el mandato en 1992. En esa
fecha ganaron las elecciones Walter
Martín, Sec. Gral. y Carlos Reyes como adjunto, quienes estuvieron tres
periodos: l992-1996, 1996-2000 y 2000-2004. En
2004 asumió como Sec. Gral. Carlos
Reyes y Carlos Romano como adjunto; ambos estuvieron dos periodos:
2004-2008 y 2008-2012; finalmente, en 2012, Reyes y Romano se enfrentaron en
elecciones ganando Carlos Romano acompañado de Pablo Vallejos como adjunto quienes tienen mandato hasta
2016.
Bibliografía
principal consultada: Dicósimo, Daniel: “Más allá de la fábrica”,Bs.As., La
Colmena, 2000; Mazzone Nicodemo V.:”Chispas del alma”, Tandil,2013; Mengascini,
Hugo: “El Salón de la Confraternidad Ferroviaria”, UNCPBA, 2005; “ Huelgas y
conflictos ferroviarios. Los trabajadores de Tandil en la segunda mitad del
siglo
DANIEL
EDUARDO PÉREZ
Soy Aurora CHEVES ECHAURI, nacida en Iraola, hace ya muuuucho tiempo . Estoy escribiendo las memorias de mi infancia en "El Destino", propiedad de mis padres: Saturnino Cheves y Teresa Echauri. Tuve una infancia preciosa y muy feliz junto a mis 5 hermanas y 2 hermanos. En especial quiero destacar que en mi casa natal se instaló, de un día para otro, la Escuela N°13 y todos fuimos con vecinos y amigos a tomar clases con la Señorita Pilar, casada años después con Luis López de la estancia "Las Toscas".
ResponderEliminarQuisiera, del mismo modo, tener información de los almacenes Esnaola y Arríen y sus dueños; y sus bailes. Si alguien puede pasarme información, le agradecería, por favor, se comuniquen conmigo a mi e-mail: aurorachevesechauri@yahoo.com.ar
Muy interesante!!
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