domingo, 10 de junio de 2018

CAUDILLOS DEL TANDIL


CAUDILLOS DEL TANDIL 

La palabra caudillo proviene del latín: capitelliumcabeza y es empleada habitualmente para referirse a un cabecilla o líder, ya sea político, militar o ideológico, aunque en un sentido amplio este término se utiliza para cualquier persona que haga de guía de otras en cualquier terreno, el uso le ha dado a la palabra caudillo una connotación política.
Caudillismo en Argentina
En la Historia Argentina del siglo XIX, se llamó caudillos a los distintos jefes de los ejércitos de las provincias de Argentina, que combatían entre sí, en particular a los que enfrentaron el centralismo de los gobiernos de Buenos Aires. Tenían arraigo popular, y lograban reunir ejércitos de entre 500 y 7.000 hombres.
El caso del caudillismo argentino, es paradigmático, dado que muchos de los caudillos pertenecían en su origen a la clase de los grandes propietarios terratenientes.
Tulio Halperín Donghi, en el "estudio preliminar" del libro "Historias de caudillos argentinos",  dice que la palabra caudillo "Estaba reservado al gobernante despótico; aludía a quien detentaba un poder no apoyado en títulos legítimos y, durante la década de 1810, iba a ser usado sobre todo por quienes ocupaban la cumbre del nuevo Estado para designar -y también para estigmatizar- a quienes estaban sustrayendo el control efectivo de áreas cada vez mayores del territorio"... Sostiene que es durante los años 60 como consecuencia de los golpes militares de 1962 y de 1966, cuando los caudillos vuelven a ingresar plenamente en la memoria colectiva. En los 70 y los 80, el vocablo "caudillo" se usó en el terreno de la política para designar a los dirigentes que contaban con un número importante de seguidores, que eran fieles a sus figuras y los consideraban personas de consulta obligada.
La historiadora Gabriela Tío Vallejo, en tanto, sostiene que en la persistencia del caudillismo, "subsiste un tipo de liderazgo que supone una cierta inmadurez de, al menos, una parte de la sociedad; o una distancia entre la cultura política de las elites gobernantes y la comunidad que necesita de un poder paternalista; o de un intérprete y gestor de sus intereses”, mientras el politólogo Juan Pablo Lichtmajer, advierte que la reconfiguración del caudillismo” halla su raíz en la crisis de los movimientos políticos de masas”.
En Tandil permanecen hasta hoy rasgos definidos de cierto caudillismo, entendiendo como caudillo al líder, ya sea comunitario, político, militar o ideológico.
Debemos remontarnos al siglo XIX para encontrar a los primeros hombres que ejercieron un fuerte liderazgo fundamentado en el carisma unas veces, en la fortuna otras o en su destacada labor comunitaria.
La naturaleza de sus liderazgos en los diversos casos que expondremos, que no son los únicos y que solo representan una muestra, son diferentes. Así veremos líderes religiosos, comunitarios, políticos, militares…
Entre los que provinieron de la actividad militar se destaca con perfiles propios Benito Machado, nacido en Chascomús el 3 de abril de 1823, (un día antes de la fundación de Tandil), muy joven debió emigrar al Uruguay después del levantamiento de los Libres del Sud que le costó la vida a su padre. Allí nació su vocación por las armas y la política. Regresó al país luego de Caseros y aquí se alistó para los cuerpos que protegían  la frontera interior sur .Fue nombrado comandante del regimiento 17 de Guardias Nacionales con el que combatió en San Lorenzo, Cristiano Muerto y San Lorenzo, evitando males mayores luego de los malones de Yanquetruz al Tandil, donde se afincó con su familia. Se alineó junto a Mitre y fiel a su jefe combatió en La  Verde en 1874.
Caudillo que transfirió a la política su liderazgo militar. Machado convocaba con facilidad a gauchos y baqueanos que seguían el carisma de este hombre que los mismos indios habían apodado con el nombre de "el Toro", haciendo referencia a su fuerza espiritual y a su resistencia física, como verdadero sinónimo de lo que hoy definiría el lunfardo como un "gran macho" de tal suerte que comenzó a cobrar fama, en los corrillos de esta parte de la pampa húmeda, el dicho Dios en el cielo y Machado en el Sur, que se repitió entre el gauchaje hasta después de su muerte.
Los vínculos estrechos que supo construir con algunos caciques indígenas de la frontera, así como también los que cultivó con sus milicianos y oficiales, fueron decisivos para que se erigiera en una figura respetable y prestigiosa en la zona. A ello debemos sumar las relaciones de parentesco que edificó con algunas de las principales familias tandilenses, que aumentaron su presencia en la política y sociedad de la región.
Su incondicional apoyo a Mitre se reflejó, una vez más, en Cepeda primero y Pavón después, donde al mando de 1600 hombres tuvo a su cargo la persecución a las fuerzas ya derrotadas de la Confederación, en 1861.
En Tandil Machado tenía campo, hacienda y su casa, donde vivió hasta sus últimos días, siendo luego del retiro de la actividad militar, un hombre de consejo y de profunda influencia en las decisiones políticas del pueblo, dado la red de amistades y lealtades que había cosechado.
Su domicilio estaba ubicado en la calle Gral. Rodríguez al 500, donde estuvo parcialmente el almacén "La Buena Medida" y años más tarde  la Farmacia Fernández-hoy Farmacia de la Mutual Municipal- y la que fuera librería "Don Quijote", donde puede  observarse la placa que indica que allí vivió este destacado hombre de armas.
Recibió en vida el homenaje de la ciudad, cuando en 1908 el entonces Intendente, Eduardo Arana, firmó el decreto por el que se impuso su nombre a la avenida que continúa denominándose así, frente a la estación de ferrocarril.
Ya anciano contrajo nuevas nupcias con Alicia Knudsen, de ascendencia dinamarquesa y 56 años de edad, el 5 de marzo de 1909 (Machado había enviudado de su primera esposa  en 1893).
Su larga existencia, plena de exigencias físicas y espirituales, encontró su final, casualmente, en otro día especial de conmemoraciones patrias: el 9 de Julio de 1909. Un gran pesar cundió por la ciudad dado el respeto que inspiraba este hombre, que ya gozaba de su fama de patriarca lugareño. Con los honores pertinentes fue despedido y posteriormente sus restos fueron trasladados a Buenos Aires, de donde retornaron solemnemente a Tandil, el 23 de mayo de 1960, con motivo del sesquicentenario de la Revolución de Mayo, a través de las gestiones de una comisión especial en la que actuaron activamente, entre otros vecinos destacados,  don Leonel Acevedo Díaz.
Ya en otro campo, el de la acción comunitaria y pionera, la figura patriarcal de Juan Fugl tuvo una relevancia que trascendió los tiempos. Nacido en Dinamarca el 24 de octubre de 1811, en 1837 se recibió de maestro, ejerciendo en su patria hasta que en 1844 se embarcó llegando primero a Buenos Aires y en 1848 a Tandil. Aquí fue quien sembró el primer trigo y fundó la primera molienda y panadería. Activo vecino fue iniciador e impulsor de la educación y las mejoras del pueblo. Regresó en 1858 a su país, retornando casado en 1859.En 1871 volvió a Dinamarca donde permaneció dos años. Colaboró con el levantamiento de la capilla católica-siendo él protestante- y continuó apoyando decididamente a la incipiente educación. Levantó la primera casa de “altos” en la ciudad. En 1875 regresó definitivamente a su patria luego de haber sido el propulsor de la inmigración danesa en esta zona. Falleció en Dinamarca el 25 de enero de 1900.
Marcó toda una época en actividades en las que fue el pionero, tales como la agricultura, la industria harinera, la educación. Intervino activamente en la política lugareña siendo respetado y hombre de consulta, más allá de la colectividad danesa a la que por otra parte promovió con la radicación en todo el sudeste bonaerense de colonos.
La llegada de connacionales  a su impulso,  fue in crescendo y muchos  buscaron otros horizontes más allá de los pagos tandilenses, dando origen a una corriente migratoria hacia el sudeste bonaerense, especialmente a los actuales partidos de Tres Arroyos y Necochea, originando las colectividades que, en pueblos rurales como Cascallares y Copetonas, se hicieron muy fuertes.
Después de su regreso definitivo, desde su casa Juan Fugl siempre acudió en ayuda de todo danés que quisiera radicarse en la Argentina, así contribuyó a seguir manteniendo viva la emigración de daneses a este país.
Siguiendo al pionero e impulsados por la idea de forjarse un mejor futuro en nuestras tierras, los inmigrantes dinamarqueses que llegaron se asentaron en pocos puntos del país.
Puede considerarse a Juan Fugl, como  el fundador de la primera colonia danesa en Argentina. Ayudó-como  quedó dicho- a sus compatriotas a establecerse en el país y a que tuvieran la misma posibilidad que él tuvo. Al regresar de su primer viaje a Dinamarca en 1858, muchos dinamarqueses llegaron con él y varios se expandieron por la zona ya citada. Se sabe así que un gran porcentaje de los agricultores del partido de Tres Arroyos hoy día, son de descendencia danesa, lo que nos habla de su importancia  en la zona  y su contribución en la economía argentina, por medio de la producción agrícola, promovida por la iniciativa de Fugl…el caudillo distinto…
Ya en el campo propiamente político, Juan Domingo Buzón fue indudablemente el caudillo por antonomasia del conservadorismo tandilense. Nacido en Chacabuco el 30 de septiembre de 1883, allí estudió hasta que los avatares de la vida lo trajeron a Tandil donde abrió una farmacia, enrolándose en las filas conservadoras y ejerciendo el periodismo en El Régimen y en Tribuna. Buzón fue el típico vecino que se transformó en hombre fuerte de su corriente política y que brindó a Tandil logros significativos.
Producida la revolución del 6 de setiembre de 1930, el interventor de la provincia Dr. Meyer Pellegrini, designó Comisionado a Ramón Santamarina (nieto), quien poco después fue reemplazado por Buzón,  que se desempeñó hasta la elección del nuevo Intendente Dr. Armando Alzueta,  en 1932. La labor que realizó Buzón al frente de la Municipalidad fue realmente trascendente,  en especial en lo referido a obras públicas. El mejoramiento integral del Parque Independencia; el Mercado Municipal;  la reconversión del pavimento de numerosas calles; el Estadio Municipal y la autoría del proyecto que culminaría con la creación del Museo y Academia Municipal de Bellas Artes, la construcción del pabellón de niños del Hospital, marcaron algunas de las realizaciones de este hombre respetado e influyente
Según Leonardo Fuentes, a partir de 1920 el control radical de Tandil se vio amenazado por el surgimiento de Juan D. Buzón, por entonces una nueva figura dentro del conservadurismo local. Éste pronto reorganizó su partido y, aprovechándose de las divisiones que afectaban a la U.C.R., se lanzó a la conquista del gobierno comunal. En 1928, los conservadores alcanzaron en las urnas el control de la comuna. Pero, los radicales, aprovechando que el intendente electo Ramón Santamarina (n), viajó a Europa sin pedir licencia al Concejo Deliberante, declararon acéfala la Comuna y solicitaron la intervención de la misma, intervención que el Poder Ejecutivo provincial no demoró en decretar. Pero fue necesario enviar una serie de comisionados para impedir que los conservadores alcanzaran nuevamente el poder. Recién el golpe de septiembre de 1930 modificará la situación, desplazando al radicalismo e instalando al frente del municipio nuevamente a los conservadores, rebautizados “demócratas nacionales”. Así, por más de doce años, la figura dominante de la política local fue el caudillo Juan Domingo Buzón, que ganó elección tras elección. Hay que remarcar que Buzón personalmente no ocupó nunca el cargo de intendente, delegándolo en uno de sus “hombres de confianza”: el doctor William Leeson   quien asumió en agosto de 1932 y gobernó ininterrumpidamente hasta 1943. Buzón fue el caudillo indiscutido, ejerciendo como comisionado en 1931-32 siendo por varios períodos diputado provincial. Murió en Buenos Aires entre la ingratitud y el olvido de muchos, el 14 de agosto de 1955.
En el campo político, pero del inicial peronismo, fue Juan Adolfo Figueroa, nacido en Buenos Aires en 1896, un típico caudillo de origen rural. Luego de cursar sus estudios se afincó en Tandil para atender sus negocios de hacendado en las estancias de sus antecesores, Su atracción por la política lo llevó a enrolarse en la Junta Renovadora del radicalismo que luego se alió con Perón. Él fue quien lo recibió en su única llegada a Tandil. Fue Comisionado en 1946, cargo que debió dejar por su enfermedad, de la que murió el 6 de octubre de 1947, en Buenos Aires adonde fue a atenderse
Las urgencias estaban al orden del día y las giras proselitistas hicieron que Perón llegara a Tandil el 18 de febrero de 1946, siendo recibido en la estación del FF.CC. por los más entusiastas seguidores, ya citados, encabezados por Juan Adolfo Figueroa, quien movilizó trescientos hombres a caballo, en una demostración de fuerza apreciable del caudillo, hasta llegar al palco frente a la Plaza Independencia donde fue  recibido oficialmente por el comisionado Edmundo Carbone, quien se desempeñaba al frente de la Subdelegación de Trabajo. Fue la visita histórica que quedó grabada en la memoria colectiva. Perón fue luego invitado al campo de Figueroa y allí le cedió de regalo su faja en señal de agradecimiento.
Típico hombre rural, finalmente, el nombramiento de Juan A. Figueroa el 16 de agosto de 1946 como Comisionado Municipal, puso fin al pleito institucional creado alrededor de la Comuna, que mantuvo agitadas las filas políticas oficialistas, constituyendo el momento de máxima tensión entre ellas. Con su designación ocupó el ejecutivo municipal el hombre que hasta ese momento había sido el verdadero "poder detrás del trono". Éste resumía en su personalidad abarcativa y férrea, las diferencias dentro del flamante partido, característica que se ha mantenido por la heterogeneidad de sus componentes hasta hoy.
La gestión del caudillo de Gardey duró casi un año, ya que su enfermedad, lo obligó a renunciar, sucediéndole una serie de hombres de su confianza, hasta la asunción del primer Intendente peronista de Tandil, en 1948, el Dr. Proto Torres Ordóñez.
También en el campo de la política, pero de extracción radical, Raimundo Piñero, constituye otro ejemplo.
Leonardo Fuentes en “Política y relaciones sociales en Tandil a principios del siglo XX: el caso de Raimundo Piñero”(2009) nos dice: “En los comicios participaba una proporción muy pequeña de la población tandilense, proporción que oscilaba de elección en elección pero que no experimentó un incremento importante hasta bastante después de la sanción de la Ley Sáenz Peña (1912). Los que concurrían a votar eran los miembros de las clientelas electorales construidas por los distintos caudillos vinculados a la “situación” municipal, clientelas cimentadas en lazos muy difíciles de analizar, construidos a partir de favores, lealtades y deferencias. La vinculación del caudillo con las bases sociales del voto se nutría generalmente de rasgos paternalistas que no omitían la dádiva de dinero al paisano en apuros, la prestación gratuita de algún servicio que generaban un reconocimiento espontáneo entre los beneficiados, o la intercesión para conseguir algún empleo”. Prototipo del caudillo de la época fue Raimundo Piñero. Una semblanza escrita varios años después de su muerte, más allá de lo encomiástico, nos lo pinta de cuerpo entero: ““En el escenario de la política lugareña, D. Raymundo (sic) fue una figura de singular atracción para las masas, disfrutando, generalmente, de ascendiente, entre los hombres de la campaña. El trabajador campesino, hasta el más humilde peoncito, encontraba en D. Raimundo al ciudadano dispuesto a secundarlo, ya satisfaciendo sus necesidades materiales, ya para calmar su angustia solucionar sus problemas inmediatos, y darle un consejo sano, que, las más de las veces, aliviaban pesares y reconfortaba el espíritu de quien se le aproximaba en procura de alguna ayuda. Era, en otras palabras, paño de lágrimas para muchos, y así se ganó, con su campechana manera de ser, haciendo el bien sin mirar a quien, las más sólidas simpatías entre los núcleos que formaban las peonadas de las estancias vecinas. Era un amigo de todos porque siempre estaba dispuesto a “dar una mano”, siguiendo los dictados de su corazón generoso. Así alcanzó la gratitud de muchos, y también -¿por qué no decirlo?- los celos y los rencores de otros, que no concebían ni justificaban el arraigo cada vez mayor de una figura que se popularizó rápidamente, principalmente entre el sector más humilde y sacrificado de los que forjan con su esfuerzo la grandeza de los establecimientos agropecuarios: las peonadas. Vigorosa estampa la suya, que nos recuerda la de los caudillos que en las contiendas de la Libertad, al frente de las montoneras bravías, se jugaron vida y hacienda, todo en homenaje a sus bien arraigadas convicciones. Su fervor cívico –como bien apuntó uno de sus biógrafos-, lo llevó más de una vez –en la encrucijada artera de la urna transformada en depósito falseado de la voluntad ciudadana-, al entrevero vibrante, en las gestas de las ciudadanías cuando el pueblo esperanzado, soñaba con la hora del imperio definitivo de sus derechos.”.
Nacido en Tandil, en 1867, en el seno de una familia de antiguos propietarios rurales–su bisabuelo fue Hipólito Piñero, que en 1838 era dueño de 31.860 hectáreas-, él mismo llegó a ser un productor agropecuario, con un campo de 3.150 has. en el Cuartel X del partido donde estableció una importante cabaña ganadera e incluso llegó a explotar una cantera en la zona de Cerro Chato. Sus múltiples inquietudes, lo llevaron a  participar en la Sociedad Española y el Club Hípico, siendo además uno de los fundadores del Banco Comercial del Tandil, integrando su Directorio. En el plano de las relaciones familiares, se casó con la hija del francés Juan Dhers de destacada actuación en el Tandil de entonces.
Con estos  antecedentes y las relaciones que fue forjando, Piñero conformó una red de vinculaciones que fueron de gran utilidad en su actividad política, la que se inició, a mediados de la década de 1880, cuando se desempeñó como vocal del “club político” Martín Rodríguez, de extracción rochista. Después, se integró en el “Comité Popular”, vinculado al gobernante Partido Autonomista Nacional (P.A.N.) que, a fines de 1890, se puso de acuerdo con los referentes locales de la Unión Cívica para “suprimir la lucha” y concurrir a las próximas elecciones municipales con una sola lista, de la que él formó parte como candidato.
La situación de debilidad de los partidarios locales del P.A.N  así como la de los cívicos, permitieron a los caudillos radicales tandilenses, de los que Raimundo Piñero es el ejemplo más acabado, lograr un marco de consenso y de alianzas que les permitió gobernar sin conflictos la comuna durante casi una década.
En 1893-con motivo de la revolución radical- un Comité Revolucionario presidido por Piñero, debía concretar la toma de  la Municipalidad, a cuyo frente estaba,  el Intendente Donato  Dufau. Las reuniones se sucedían, en el Hotel de la Piedra Movediza de los hermanos Dhers y en la estancia del mismo  Piñero.
De común acuerdo, radicales revolucionarios e integrantes de la Comisión de vecinos, con la anuencia del Cura Párroco Pbro. José F. García, se reunieron en la casa parroquial, eventual "terreno neutral", con el objeto de proceder a arreglar la entrega de la Municipalidad. A la 1,30  del lunes 31 de julio de 1893 se labraba un acta verdaderamente histórica y alrededor de mediodía  y ante la atenta mirada de numerosos curiosos que se iban multiplicando,  frente a la Municipalidad, se procedió a romper los sellos que lacraban las puertas, para tomar en forma oficial  posesión de la misma.
Inmediatamente la Junta Radical, presidida por Piñero y la llamada Conciliadora por Santamarina, conferenciaron acerca de los futuros pasos a seguir. El resultado de dichas conversaciones fue el acuerdo para que el gobierno quedase transitoriamente en manos de una "Comisión Administradora", la que se constituiría con vecinos de alguna manera poco comprometidos partidariamente. Se daba así una curiosa dualidad en el manejo de los destinos comunales: el verdadero poder político lo ejercería Piñero por la Junta Revolucionaria Radical, que había tomado el Concejo y los asuntos de trámite casi burocráticos, la flamante Comisión, que poco o nada podía hacer, como se desprende del acta firmada ese día y que figura transcripta en los libros del HCD.
Convocadas las elecciones correspondientes para el domingo 14 de abril de 1895, la sesión del Concejo Deliberante del 5 de mayo, consagró como Intendente a Juan Bautista de la Canal, a quien, consecuentemente, se lo considera el primer Intendente radical.
Piñero fue luego Intendente de Tandil desde el  2 de enero de1899 al 2 de enero de 1900  y  desde el 2 de enero de1902 al 2 de enero de 1904  y el caudillo indiscutido de los radicales de Tandil, que consolidó la formación de la Unión Cívica Radical, que reconoció en él a su alma mater, acompañado por los hermanos Juan B. y  Daniel de la Canal, los hermanos de origen francés Juan M. y Mariano Dhers y Francisco Sampaul, entre los más conspicuos.
Finalmente digamos que la agrupación radical “piñerista” de a poco fue decayendo hasta desaparecer hacia 1925, fecha a partir de la cual “Don Raimundo” solo tendrá apariciones públicas en algún acontecimiento social o cuando un ejemplar de su famosa cabaña era premiado en exposiciones,  aunque siguió teniendo cierta actividad política- vinculado a los sectores “antipersonalistas” que en Tandil nunca tuvieron relieve- ya había dejado de ser definitivamente un hombre de peso en la política local…
Piñero falleció en Buenos Aires, el 13 de agosto de 1930, donde está sepultado en el cementerio de La Recoleta.


Un caso llamativo en nuestra historia fue el de Luis J. P. Actis, sacerdote que marcó una época. Actis-don Luis para la mayoría-había nacido en Tandil el 3 de febrero de 1904. Se ordenó sacerdote y cursó el doctorado de Teología en Roma. Fue sacerdote en Azul y Cura Párroco de Tandil desde 1944 a 1978 desarrollando una vasta labor hasta su retiro, prosiguiendo intensamente sus tareas, entre ellas escribiendo numerosos folletos espirituales, entre los que se destaca “Caminos de elevación”, traducido a numerosos idiomas y de innumerables ediciones.
En la iglesia católica de Tandil hay un antes y un después de don Luis. Nada le fue indiferente y desde la más pequeña acción comunitaria hasta emprendimientos como el de la Universidad, o sus tradicionales y encendidas intervenciones oratorias en los fogones de la Patria, del Museo Fuerte Independencia acompañado por su amigo Ricardo Ballent, lo encontraron encolumnado firmemente dando su apoyo a estas iniciativas en favor de la ciudad de sus amores, a cuyos habitantes solía hablarles desde la radio, propagando su potente voz por todos los lugares.
Fiel a su negra sotana-la que no abandonó hasta su muerte- “Siempre la usé y espero que con ella amortajen mis restos mortales, el día en que el Señor me llame a rendirle cuenta de mi Sacerdocio” ,dejó escrito – y ya retirado, acercaba ejemplares de la revista Esquiú sobrantes de la venta que hacía después de la Misa en San José Obrero, a don Antonino Pellitero el domingo a la mañana, y allí teníamos una breve tertulia siempre jugosa, donde se mezclaba el comentario político, el cultural y el religioso.
Monseñor Dr. Luis J. Actis vivió humildemente hasta el final de sus días y su patriarcal figura, sombrero en la cabeza, manos enguantadas en invierno y su sotana al viento, es una imborrable imagen del siglo que se fue y un ejemplo de perseverancia, fe, esperanza y caridad, las virtudes que pregonaba y testimoniaba con su vida.
Fallecido el Cura Párroco de Tandil, Pbro. Julio M. Chienno, en 1944, había solicitado  al Obispo ser destinado a su  ciudad natal, a lo que accedió Mons. Cáneva designándolo Cura Párroco de Tandil el 4 de marzo de 1945. Seguramente no pensaría que aquí estaría al frente de la Parroquia durante  casi treinta y cuatro años, dejando una huella imborrable…
Ya en Tandil, rápidamente vio la necesidad de dotar a la Parroquia de un lugar amplio para el desarrollo de actividades diversas, tanto culturales como religiosas, y así entre 1947 y 195l  construyó el Salón de la Acción Católica y el Salón Parroquial, inaugurado el  5 de agosto de 1951 que luego con el nombre de Teatro Estrada cumpliría hasta los días que corren con una función social y cultural extraordinaria, aunque ahora de propiedad municipal desde fines de la década del ‘80 y que habiendo tomado la decisión de refaccionarlo desde la gestión del autor de esta nota como Director de Cultura, continuada por su sucesora ,Sabina Sagrera con la inestimable colaboración de la recordada Hebe Ballé (entonces directora de la Escuela Municipal de Danzas) y  el apoyo de su Cooperadora, se concluyó en la gestión siguiente, en la que le fue cambiado el nombre por la inconcebible iniciativa del advenedizo director de Cultura Rubén Betbeder, por el “original” nombre de Teatro del Fuerte…”tirando a la  basura del olvido” nada menos que el nombre de uno de los brillantes hombres que nos dejó la educación argentina ( tanto que en su homenaje se festeja en nuestro país el Día del Profesor).
En 1956 el Colegio San José comenzó la ampliación sobre F. Independencia y a su vez la Junta Parroquial de Acción Católica, creada en 1934, se trasladó al edificio levantado en F. Independencia 360, para que allí funcionaran  todas sus sedes, que incluía el local de la Librería de Jóvenes de la Acción Católica, que fue puesta en manos de don Antonino Pellitero, desde el 1 de agosto de 1935, dirigente desde muy joven de esta entidad. El Salón Parroquial y la Librería fueron desde entonces un clásico de la manzana de las luces.
Desde ese año y hasta hoy, ambos inmuebles permanecen con su típico frente de piedra y los fantasmas, siempre bondadosos, de don Antonino y sus libros, rondan la cuadra…El traspaso a la Municipalidad de estos edificios se llevó consigo el lugar y los recuerdos, estando  varios años con destinos diversos hasta la restauración reciente mencionada.
Por más de cinco décadas la “librería de don Antonino” fue faro de cultura y lugar de encuentro para jóvenes y no tan jóvenes que encontraban allí un verdadero manantial de sabiduría y, claro está, libros inhallables que solamente Antonino conseguía.
La labor de Actis se había iniciado ni bien se hizo cargo de la Parroquia y así ya el 5 de agosto de 1946 había fundado el Centro local de la Federación Católica de Educadores, haciendo lo propio el 20 de marzo de 1952, con la Liga de Madres de Familia y más tarde,  en 1961, con la Legión de María.
Creyó importante dotar al Templo de la Inmaculada de un frente imponente y entonces emprendió la obra de reemplazar las torres originales por las actuales. De esa manera, entre 1957 y 1969, lo modificó dándole el actual aspecto, colocando el imponente campanario-carillon-traído en 1931 por el padre Chienno desde Bochum (Alemania)- dentro de la torre mayor.
Él mismo nos cuenta que “En 1955 el ingeniero  Eduardo Edo nos presentó un plano bien estudiado, que remodelaría el frente de la Iglesia Matriz, le daría un atrio interno, y llevaría tres torres, siendo la central la que emplazaría el estupendo carillon con sus diez campanas”,
Al enfermar el ingeniero Edo, siguieron la obra los ingenieros Antonio Nicola y Argentino Olmos hasta su inauguración solemne el 6 de abril de 1969.
En otro orden de cosas, en 1950 había gestionado y obtenido de la familia Figueroa, la donación de un cerro de su propiedad, en favor de la Congregación Hijas de Maria, el que una vez arbolado y adecuado con la incorporación de la imagen de la Virgen, fue denominado " Cerro de la Virgen de Lourdes", constituyendo hoy un “oasis de piedad, de peregrinación y de paz”, como había sido su deseo expreso.
El padre Actis había heredado " La Revista", un órgano de prensa que fundado por el P. Chienno, en 1922, fue la voz del catolicismo en la ciudad, y al que el P. Actis le dedicó sus afanes intelectuales, manteniendo a través de sus páginas duras polémicas en las décadas del ’50 y ‘60, como antes lo había hecho el P. Chienno. Pasados los años, ya aquietadas las aguas, y considerando que ya no cumplía con los objetivos que le dieron nacimiento, "La Revista" dejó de salir en 1969. Su colección, que puede consultarse en el Museo de la Parroquia, es un testimonio de varias décadas de accionar del catolicismo, en la etapa pre- conciliar.
Sobre el tema nos dice  Actis en el citado librito:” El ambiente cristiano de Tandil era halagüeño, pero el periodismo-excepto un diario- estaba teñido de ateísmo,   filocomunismo y masonería… Visité  a sus directores, como nuevo Párroco y como periodista: Me había hecho cargo ya de La Revista. Todos me recibieron cortésmente  menos uno que no quiso ni atenderme”
Luego relata de aquellos primeros tiempos de Párroco sus polémicas con quienes “hacían campaña contra el catolicismo”, desafiándolos a debates públicos y mediante artículos en La Revista.
Ricardo Pasolini publicó su libro “La utopías de Prometeo” (2008) donde rescata una etapa de la historia cultural de Tandil especialmente referida a la vida de Juan A. Salceda y del Ateneo y la Biblioteca Rivadavia. Allí, con referencia a estas polémicas de Actis con integrantes del Ateneo, dice refiriéndose a la clausura y posterior intervención, en 1960, de aquella institución creada por hombres pertenecientes a la masonería y al radicalismo ( “…no caben dudas, entonces, de la filiación  masónica  de sus integrantes y de las simpatías de éstos con la UCR”)  que “…básicamente ( La Revista) seguía la línea editorial de la tradicional revista Criterio, aunque solía asumir posiciones más beligerantes que ésta” y refiriéndose concretamente a la medida tomada con la Biblioteca Rivadavia y el Ateneo, transcribe lo que el semanario decía: “… puede ser que con este lamentable correctivo surja con el tiempo en nuestra ciudad, un Ateneo de verdadera cultura, que no esté hecha de ateísmo, materialismo, ni comunismo, infundio cultural que es la negación de todos los valores reales de nuestra patria cristiana
Con respecto a sus polémicas y en una nota concedida a nuestro amigo y colega Néstor Dipaola en julio de 1993, el mismo Actis decía: “Y tuve una publicación: “La Revista” con la que llegué a polemizar muchísimo con los directores de los diarios Nueva Era y El Eco de Tandil, en su momento, allá por la década del sesenta”
También las sostuvo, de las que él llamaba “bravas”, con algunos sectores del protestantismo, especialmente con el pastor luterano del Templo del Buen Pastor (S. Acedo). Eran épocas en que el ecumenismo todavía no había “prendido”, cosa que sucedió años más tarde del Concilio Vaticano II, hasta llegar a la tarea extraordinaria de acercamiento  de SS Juan Pablo II.
Pero no fueron las únicas intervenciones polémicas de don Luis: cuando en 1955 se quemaron iglesias en una reacción de algunos sectores del peronismo, Actis se enfrentó duramente con las autoridades gobernantes, defendiendo desde su púlpito la libertad religiosa y llamando a defender la fe católica, conociendo la cárcel junto a los Hermanos de la Sagrada Familia…
Al crear el Obispo de Azul la Vicaría de Tandil, Mons. Marengo, lo nombró Vicario Foráneo, solicitando a S.S. Juan XXIII, que  lo designara como Prelado Doméstico de su Santidad, con el título de Monseñor, concretándose ello en 1959.
Durante el ejercicio de su Curato, se erigieron en la ciudad las cinco Parroquias y un sinnúmero de  capillas dependientes de ellas que conformaron la actualidad  católica de Tandil, hasta que recientemente se sumó la Parroquia de San Cayetano.
 El periodismo oral no le fue ajeno y así en Radio Tandil inició un programa denominado “Dialogando con los muchachos”,  que mantuvo por muchos años en el aire y del que era el autor de los guiones. Lo hacía en diálogos preparados sobre distintos temas con alumnos del secundario del Colegio San José. Este programa fue galardonado en 1978 con el premio San Gabriel por parte de la Comisión  Episcopal de Medios de Comunicación Social.
Luego del Concilio Vaticano II, obediente a sus orientaciones fue aggiornando poco a poco sus homilías, además de la liturgia…aunque sabemos que le costó adecuarse a algunas de las normativas. Su estilo conservador y su edad lo justificaban…
El 28 de octubre de 1978, al cumplir 75 años y sus Bodas de Oro sacerdotales, entregó en manos del Obispo de Azul la renuncia, tal como lo establece el Decreto Conciliar "Christus Dominus".
Primero una Comisión especial, que celebró el Centenario del Templo, el 28 de febrero de ese año, integrada por Heriberto Renis como presidente, el autor de esta nota como secretario , se abocó también a rendir homenaje a Mons. Dr. Luis J. Actis, dejando para la posteridad un magnífico Álbum que recogió hitos históricos, que dirigió el recordado Dr. Ernesto Eduardo Borga con la colaboración de Néstor Dipaola y quien suscribe, el que fue presentado, meses después de finalizados los actos, el 23 de febrero de 1979 en el Aula Magna de la Universidad.
Para sus Bodas de Oro sacerdotales, una solemne Misa concelebrada junto al Obispo de Azul Mons. Manuel Marengo, el Obispo de Santiago del Estero Mons. Manuel Tato y numerosos sacerdotes de Tandil y la zona, se desarrolló en su templo. Homilías  significativas se escucharon ese día tanto de los dos Obispos como del propio Mons. Actis.
Posteriormente, una cena multitudinaria servida en el Polideportivo del Club Independiente, le rindió un cálido homenaje con la presencia de las autoridades locales.
Mons. Actis se retiraba, pero no del todo. Conversando en innumerables ocasiones con él, veíamos que añoraba su vida de párroco así como también se sentía incómodo con algunas de las medidas que tomó su sucesor, el Pbro. J. Tommasi, sobre todo por las modificaciones introducidas en el Templo que tendían a ponerlo acorde con las nuevas formas de liturgia del Concilio, pero que en casos como el del púlpito y el comulgatorio de mármol-que fueron eliminados-creía que integraban parte del patrimonio arquitectónico que se debía respetar, aunque de hecho luego no se usaran, como ocurrió en miles de templos en el mundo.
Inmediatamente otra comisión de amigos, encabezada por su recordado amigo René Di Fonzo e integrada por calificados vecinos, en la cual el que suscribe llevó las tareas de secretaría, puso manos a la obra para dotar de una vivienda al "jubilado"  sacerdote, con el carácter de Hogar Sacerdotal, lográndolo rápidamente con la colaboración de la feligresía de Tandil, siendo donada al Obispado. Allí vivió hasta su muerte Don Luis, en la esquina de Maipú y Alem, desde donde con su vetusto e inolvidable Renault 4- que manejó hasta muy anciano- se dedicó especialmente a la atención de los enfermos de la Clínica Chacabuco y el Sanatorio Tandil; a la Parroquia de Gardey; a la Capilla del Colegio San José, de la que fue Capellán y a su última y gran creación, la Capilla de San José Obrero, tareas a las que entregó sin descanso sus energías.
Esta última fue erigida con mucho esfuerzo en terrenos donados por Micaela García Láinez de Suárez Martínez, donde en 1959 se erigió la primera con carácter provisorio en Constitución 1350, de planchones y con la colaboración de las religiosas del Colegio de la Sagrada Familia, colocándose la piedra fundamental del templo definitivo el 19 de marzo de 1988-día de San José-, siendo padrinos Da. María Silvia Magnasco de Otero y el Dr. José María Ortiz. Con planos y dirección del arquitecto Oscar Gáspari, se iniciaba el largo camino para dar concreción a una obra de aliento. Los fieles no  fallaron a don Luis y sus colaboradores incondicionales, entre los que se encontraban Manuel Otero, Manolo Aguilera, Juan C. Scianca, Isabel Marbán de Salibene y su esposo, Alicia Morbelli y otros y poco a poco, sin prisa ni pausa la obra fue avanzando.
Casi la vio concluida, pero no alcanzó a vivir para su inauguración formal, que fue el 1 de mayo de 1997, siendo Obispo Mons. Dr. Emilio Bianchi di Cárcano y Párroco el padre Raúl Troncoso. Don Luis había fallecido dos años antes…
Además de toda la actividad reseñada en esta apretada síntesis, Mons. Actis fue un prolífico escritor de temas espirituales y de evangelización, publicando decenas de folletos y un pequeño libro, "Caminos de elevación", del que se han hecho alrededor de veinte ediciones, siendo traducido entre otros idiomas al inglés, al francés y al  portugués.
La Universidad Nacional del Centro lo reconoció cuando por la resolución Nº 1460 del 13 de mayo de 1994, lo designó Profesor Honorario, porque además de las señaladas virtudes se agradeció su valiosa intervención en la creación de los estudios universitarios en Tandil y la zona, apoyando decididamente al inolvidable Dr. Osvaldo M. Zarini.
La vejez lo encontró firme y erguido como siempre-con tiempo para disfrutar de su infaltable mesa de truco junto a sus amigos más íntimos- aunque su organismo desgastado fue perdiendo energías hasta enfermar.
Su breve internación en el Sanatorio Tandil, fue para él una prueba más. Recuerdo que en una de mis últimas visitas-ya sobre el final-lúcido aún oraba con fe “Dios mío, Dios mío…
El  21 de marzo de 1995, con el otoño, se apagaba su vida, sin una queja, sin un reproche y como lo anticipó él mismo en su testamento. “…Pobre vine al mundo. Pobre quiero irme de él. La única riqueza que ambicioné y logré, fue la de una fe inquebrantable, la de un amor apasionado a  Cristo y su causa y la de una esperanza confiada en la Divina  Misericordia…”.
“Pido perdón por mis defectos humanos y ruego a cada institución de las que fui director o asesor, la caridad de una Misa…
El velatorio en el templo de la Inmaculada fue un continuo desfile de fieles y vecinos junto a autoridades. El sepelio fue acompañado por una multitudinaria caravana que al salir del templo pasó por las calles vecinas, acordonadas por los alumnos del Colegio San José. Quienes participamos lo hicimos embargados por una gran emoción…no era para menos acompañábamos los restos mortales del último patriarca…
Sus restos reposan en el atrio del Templo de la Inmaculada de la Parroquia del Santísimo Sacramento, -como lo había solicitado en su testamento-  al lado de la tumba de su predecesor, el Padre Luis Chienno, allí donde hoy están, además, los retratos de todos los Párrocos y la imagen de la Patrona de Tandil.
Una avenida y un sector del Museo del Fuerte, llevan su nombre, como justo homenaje del pueblo de Tandil a quien fuera su  líder religioso, hombre de la Iglesia, hombre de Dios, “hombre de dos mundos”, que no calló lo que creía debía defender… un verdadero Cruzado de su época…

Un caso en el que confluyó lo social-deportivo y lo político fue el de Francisco J. Vistalli. Nacido en Guaminí el 26 de febrero de 1908, luego de varios destinos se radicó en Buenos Aires donde se graduó de Médico Veterinario en 1932. Tres años después se afincó en Tandil designado por el Ministerio Inspector del Matadero Municipal, trayendo consigo sus ideales conservadores y nacionalistas, además de su pasión por el boxeo.
Producido el movimiento de 1943, se alineó en el incipiente peronismo, tuvo buenos contactos y amistades con el conservadorismo local y además era amigo del Tte. Cnel. Julio Lagos, uno de los miembros fundadores del G. O. U.. Esto se corresponde con el nombramiento de Vistalli -ligado por vínculos familiares al conservadorismo- en abril de 1944, cuyas relaciones con el poder militar fueron decisivas para su promoción como primer civil a cargo de la Comisionatura de Tandil. "Yo conoci mucha gente del GOU. Era muy amigo de Lagos, Teniente Coronel. Yo entré acá por él como Comisionado en 1944", e interrogado sobre los motivos de su elección responde: "buscaban gente nacionalista”  El interinato civil de Vistalli se vio pronto interrumpido por la designación del Mayor Eduardo Avalía el 18 de agosto del mismo año, quien llegó acompañado por Ricardo Boneo, que se desempeñó como secretario hasta que -como reflejo de una crisis de gabinete en la provincia- relevó a su jefe en diciembre de 1944.
Vistalli " de tradición nacionalista y católica", según nos confirma su hijo  Marcos, buscó desarrollar en el corto período, una política de consenso y de "buenos vecinos" hasta que finalizó su primera y breve incursión política.
Su dedicación a la práctica de diversas actividades deportivas lo llevó a participar en las escasas que se desarrollaban en ese momento en nuestra ciudad. Su inquietud lo llevó a fundar la Liga Tandilense de Atletismo y más tarde la Asociación de Básquet.
Luego en el Club Santamarina creó una escuela de boxeo y fue su primer profesor, para luego organizar combates de box y finalmente ser presidente de la institución en dos períodos diferentes en los que desarrolló una intensa labor.
También fue fundador de la Cruz Roja, Jefe de Laboratorio del Hospital Santamarina, fundador junto con María Elena Serra de la Universidad Popular y con los doctores A. Martínez Goya, Pedro Cereseto, Elías Apaolaza, Carlos Gentile y Abraham Záliz abrieron la Clínica Modelo.
Su pasión por el periodismo deportivo lo llevó a fundar el Semanario Actividades Deportivas que después se transformó en el diario Actividades.en 1949.
Luego de ser detenido en 1955 y 1956 por las sendas revoluciones antiperonistas, se dedicó de lleno a la política. Como primera medida renunció a la presidencia del Club Santamarina: “no tengo que mezclar al club con la política”, puso el diario al servicio del partido Justicialista, abrió una Unidad Básica en el centro de la ciudad, junto con la Peña llamada “Facundo Quiroga”. Durante su presidencia en el Partido nunca perdió una elección en Tandil, inclusive con los votos en blanco para cambiar la Constitución, salvo en 1982 con un partido ya desprestigiado en el orden nacional.
En 1962 en las legislativas ganó una banca de Diputado Provincial pero Frondizi intervino la Provincia. Cuando fue levantada la censura al Justicialismo, en las primeras elecciones obtuvo no sólo una banca en 1966, sino que fue vicepresidente de la Cámara y al renunciar el titular Dr. Pérez Vélez, asumió el más alto cargo. Finalmente, en 1982 fue elegido Diputado Nacional.
Su liderazgo lo convirtió en referente indispensable de su época, como el caudillo insoslayable en el estudio del peronismo tandilense hasta la década del ‘80.
Don Pancho falleció en Tandil el 9 de junio de 1989.

Un líder distinto fue Osvaldo Marcelino Zarini.: Nació en Tandil el 24 de marzo de 1925. Estudió magisterio e inglés, fundando a los 18 años el Instituto Mariano Moreno. Se recibió de abogado estudiando libre en la Universidad Nacional del Litoral (Santa Fe) siendo docente en las Escuelas Normal y de Comercio. Fue el precursor y fundador de la Universidad de Tandil-inaugurada el 30 de mayo de 1964- siendo además Intendente en 1971 y luego Ministro de Educación de la Provincia de 1971 a 1973, en que falleció en un accidente automovilístico el 18 de enero de ese año. Fue la personalidad más destacada del siglo XX de Tandil y su huella permanece vigente a través de su gigantesca obra .
Osvaldo era hombre de fácil sonrisa que apreciaba en toda su am­plitud los necesarios momentos de esparcimiento que se  re­quieren, cualquiera sea la actividad que se desarrolle. Amante del cine, del baile, de la tertulia de café (fue asiduo concurrente a las reuniones de la confitería Rex), su gusto por el fútbol, que alguna vez practicó, y por la guita­rra y el canto que desde niño formaron parte de su vida, completaban sus “entretenimientos”.
Su pensamiento siempre valoró mucho a la juventud, en ese sentido, lo sintetizó en un reportaje al decir "... la función docente tiene como exigencia identificarse con la juventud, no tanto en las actitudes o comportamien­tos materialmente considerados, sino en la profundidad de los ideales que en la juventud aparecen más cristalinos, positivos y con visión de futuro". "Ser joven es tener ideales", solía decir, y en esa afirmación puede encontrarse la razón de por qué Zarini fue siempre un joven.
De formación cristiana, aplicaba a su hacer un sentido enmarca­do en los grandes Iineamientos de la Doctrina Social de la Iglesia, que trasuntaba no con la militancia del que lo pregona, sino con la eficacia del que testimonia.
"Al hombre se lo conoce a través de las obras de bien común que realiza", recordaba repetidamente, con su característico vocabulario docente que afirmaba su posición  que ello "'era un estado de vida"; así lo entendía él, como una verdadera vocación de servicio que debía trasuntarse en todos los campos de la acción, un compromiso de la persona en cualquier acto que cumpliese y que él practicaba desde la función pública y desde su profesión de abogado, incluyendo, natu­ralmente, la propia del aula ..
La docencia  encontraba en Zarini la clarinada de una voz se­gura y firme de sus convicciones, envuelta en el contenido de una oratoria perfecta, atractiva, por momento conmovedora y siempre fluida, pro­ducto de un pensamiento que no necesitaba del papel para expresar­se y por lo que siempre prescindió de él en cada uno de sus discursos o conferencias.
Sus condiciones excepcionales de organizador, su carácter, su vitalidad creadora le daban cierto rasgo común en los grandes hom­bres con gran capacidad de absorción de trabajo: delegar poco y tener fuerte capacidad de mando, acompañada de cautela y cierta tozudez; condiciones que finalmente con­forman y perfilan la personalidad de un ser humano y que él supo equi­librar  bien.
"Este fenómeno de convivencia -afirmaba  Zarini - es mate­rialmente una coincidencia de conductas individuales producida por circunstancias comunes. “
Si como Intendente Zarini ensayó la práctica de su pensamiento, como Ministro pudo concretarlo con eficacia pese al escaso tiempo en que estuvo como tal.
Su deseo de elaborar las pautas de gobierno en base a una par­ticipación organizada de los sectores del quehacer ciudadano, lo llevaron a tomar contacto inmediato y abierto en sus propios lugares de residencia, con las distintas comisiones existentes en el Partido de Tandil, junto a sus colaboradores. Allí no sólo recibía las inquietudes sino que con ellas construía el verdadero plan de trabajo que, elaborado luego por los asesores, se transformaba en medidas de gobierno.
"El gobernante debe dar cuenta de su actividad a los gobernados - solía repetir - por eso es un funcionario público. La publicidad de los actos de gobierno deben llevar intrínsecamente la finalidad de transmi­tir lo que se está haciendo, no para promocionarlo, sino para que se lo conozca y se lo asimile como propio".
De una popularidad asombrosa, en sus escasos siete meses de go­bierno municipal proyectó empresas de largo aliento y otras de concre­ción inmediata que beneficiaron y seguirán beneficiando a muchas generaciones de argentinos de esta zona del sudeste bonaerense.
Zarini era un orador excepcional que jamás leyó, y en sus improvisaciones perfectas captaba la atención del público de una forma carismática. Su forma de proceder y actuar no dejaba dudas acerca de su capacidad para comprender al que tenía enfrente y tanto como con los poderosos de la época, como con los humildes, supo ganarse su voluntad. Hemos sido testigos de la popularidad inmensa de Zarini y creemos que con él se fue el tandilense más carismático y visionario del siglo XX, un caudillo que no se propuso serlo…
Creía en una necesaria transformación y en ella daba gran importancia al ordenamiento del Estado y a la actividad privada, convenientemente estimulada para un desarrollo útil a la comunidad, sin cargar al Estado, ni cargarse él, de actividades que competen al hombre en sociedad. "El problema del país no se va a solucionar estatizando todo “-  decía, agregando:"... la nacionalidad se manifiesta en comunidad, en fines de comunidad y esos fines existen en nuestro país, porque en nuestro país el Estado no ha precedido a la Nación sino que ha sido esta Na­ción, la base de su estructuración jurídica y social".
Defensor del pluralismo como expresión de las democracias maduras: "… considero que la existencia de partidos políticos, es vital para la democracia" -decía. Partidos políticos que trasuntaran en su organización interna y en su trabajo comunitario, una democracia real y actualización y renovación permanentes en los procedimientos, enmarcados en la responsabilidad honesta y de servicio.
El bien y la felicidad del prójimo, eran pues valores fundamentales en el quehacer de Zarini, que los trasuntaba en su ideario y los testimo­niaba en la praxis.
“Los hombres, lo hemos dicho, se conocen por las obras y se proyectan como seres trascendentes por esa obra, su pensamiento debe estar volcado hacia el bien de la comunidad porque el hombre no sólo es el ser social que trabaja para sí, es el ser social cuya dimensión se aprecia en la medida en que se proyecta en el bienestar común” afirmaba, completando su pensamiento al decir: "Nosotros tenemos el convencimiento de que .las sociedades avanzan desde su núcleo, tenemos el convencimiento de que es necesario luchar permanente­mente desde adentro para sacar, para elevar la cultura del pueblo, que es el único modo permanente de asegurarle la felicidad" .(NR: la negrita es nuestra)
Su labor estuvo orientada por su íntima vocación docen­te que trascendía en cada uno de sus actos. No podía dejar de enseñar aún en la función pública, sus discursos, más que tales, eran verdade­ras clases magistrales, no por lo académicos sino por la profundidad de concepto y de pensamiento vertidos con la fluidez y coherencia del pe­dagogo. Era indudablemente un hombre superior, pionero y como tal visionario.
Fue un maestro que con su obra magna, la Universidad, cambió el destino de la historia de Tandil, fue una bisagra decisiva. Después de la creación zariniana, ya Tandil no fue más el mismo.
Esta es hoy entonces una ciudad distinta, donde diversos grupos de investigadores trabajan silenciosamente en valiosos proyectos, donde convenios con Municipios de la zona y con instituciones nacionales e internacionales, proyectan a la ciudad.
Cerramos esta nota con otro caso muy particular, el de Julio José Zanatelli. Nacido en Rauch el 17 de julio de 1930, siguió la carrera militar con diversos destinos alcanzando el grado de Teniente Coronel. Estuvo al frente del Distrito Militar Tandil, fue designado Comisionado en 1976 y luego en 1980, ya retirado, se dedicó a la política fundando en Tandil Fuerza Republicana y luego, junto a otros ciudadanos Apertura Independiente, partido vecinalista, con el que fue electo intendente en 1991, reelecto  en 1995 y luego nuevamente en 1999.
Tuvo especial dedicación por las obras públicas y desarrolló una intensa labor en esa área.
Su origen militar, radicado ya adulto en Tandil y proveniente de un golpe, se convirtió en un fenómeno que merece un estudio particular, dado las características tan especiales de su personalidad y de su trayectoria que lo llevó a un grado de popularidad y liderazgo basado en su contacto con la gente y su fuerte personalidad así como su predisposición a ponerse al frente de las necesidades comunitarias superando la carencia de una oratoria fluida y brillante.
El Diario El Popular de Olavarría decía por esos tiempos “: En los bares, en la calle, en el kiosco. En todos lados, todo el mundo analiza por estas horas el "fenómeno" Zanatelli. Ni hablar de los ambientes políticos, donde el tema ha desbordado la capacidad política y sociológica de más de uno desde hace muchos años. Y ahora más que nunca. "Nunca le encontramos el agujero al mate" concluyó con gran poder de síntesis ante El Popular un influyente dirigente de la Alianza. "Es increíble, en todas las reuniones empezamos y terminamos hablando del `Viejo’", agregaba otro peso pesado del peronismo. Mientras tanto, Zanatelli hace gala de su pragmatismo sin límites y, por cierto, gana elecciones”.
El diario Nueva Era, por su parte, se preguntaba:"¿Dónde está la explicación?",
Y agrega: "Una, Zanatelli mantiene todavía en el grueso de los que optaron por él, una imagen intacta de hacedor. Otra, su estilo y su forma de ser han penetrado emocionalmente en esos sectores". "Pero hay otro elemento de juicio imposible de soslayar. En medio de un acentuado descreimiento de la dirigencia política en todos los niveles, Zanatelli sigue alzándose como la expresión más genuina de los que siguen sin creer a los políticos. Hay, detrás de su imagen, un voto antipolítico y un voto antisistema. Zanatelli, habilidades mediante, teniendo actitudes marcadamente políticas y comportándose como un viejo zorro en la arena, sin embargo ha captado las sensaciones de los que no creen en las estructuras tradicionales".
"Zanatelli también hace política pero quienes lo eligieron advierten que es totalmente distinto, que está vengando sus propias frustraciones y enconos con lo que consideran que ‘son todos iguales’ ", concluye el análisis del vespertino local.
Por su parte, desde una columna de opinión del matutino El Eco, el periodista Fermín Daguzán apeló a desentrañar la palabra "fenómeno" para explicar "por qué este teniente coronel retirado, político trotapartidos, nativo de Rauch, residente en Batán, inquilino permanente del despacho más caro de Belgrano al 400, sigue conservando una popularidad que se traduce en adhesiones de papel cortado tantas veces como haga falta".
"En lo extraordinario es donde sobran pruebas. Zanatelli fue dos veces intendente en las épocas más oscuras del país, pasó por cinco agrupaciones políticas distintas en su trayectoria democrática, posee una oratoria pobre y se lo acusa de administrar mal. Zanatelli se disfraza de paciente en el Hospital y de obrero en la zanja. Juega con los deportistas a que de joven jugó a todo, con los periodistas al enojo permanente y con los funcionarios al teléfono descompuesto. Va a los barrios y nadie lo ignora. Habla desde su metro noventa y pico, levanta la voz y el índice, y el que no lo quiere al menos lo escucha. Se lo respeta casi siempre y su honestidad no se cuestiona nunca".
Y concluye: "Su pasado en el Proceso, su costado ideológico y, en el mejor de los casos, el perfil y la manera de ejecutar las políticas de Estado, han sucumbido ante otros valores. Así lo ha evaluado la gente en esta última década. Por eso, le parezca simple o complejo, quizás inverosímil, lo sigue votando".
Por su parte el periodista Juan Favre manifestaba en 1999 en el diario El Popular: ”Gracias a la pequeña diferencia de votos que logró sobre la Alianza y el PJ, el intendente Julio José Zanatelli logró el domingo último su segunda reelección consecutiva aunque esta vez integrando las filas de Acción por la República, el partido que lidera Domingo Cavallo.
Si Zanatelli completa su nueva gestión de cuatro años más, habrá conseguido batir su propio record y gobernado los destinos tandilenses por un total de diecisiete años, ya que a los doce del período democrático hay que agregarle los cinco del último proceso militar.
Una ciudad muy particular
Con este triunfo, Zanatelli no solo ha consolidado su liderazgo y sacado definitivamente chapa de fenómeno político y social, sino que ha incorporado una forma de hacer política que siempre dejó sin reacción a sus opositores. Justo él, que desde 1991 fue beneficiado por la mayoría de los tandilenses gracias a su perfil de no político, a través de los años fue mostrando "las uñas" con un accionar político donde el pragmatismo, la audacia y la contradicción fueron quizás sus principales características.
Porque además de lograr un record de años de gestión, Zanatelli se hizo acreedor de otro raro mérito: es el único intendente que ha logrado sucesivos triunfos integrando alternativamente distintos partidos políticos. A saber. Luego de dos frustradas intentonas, una con el Partido Federal y otra con una agrupación vecinalista, en 1991 Zanatelli logró llegar a la intendencia integrando la Fuerza Republicana de Domingo Bussi. A su residencia de Batan lo había ido a buscar Rubén Madarieta, con quien creó la vecinalista Apertura Independiente y ganó las legislativas de 1993 y su primera reelección en el ‘95.
Sin embargo, cinco días antes de asumir su nuevo mandato abandonó AI y firmó la ficha del justicialismo. En 1997, la lista que él apoyaba le ganó la interna a la encabezada por Jorge San Miguel aunque fue la Alianza la que triunfó en las generales.
Y si algo le faltaba para ratificar su particular originalidad y audacia, el propio Zanatelli se encargó de ofrecer un capítulo-estreno en la política local: a pesar de perder la interna frente a Jorge San Miguel, encontró en Acción por la República una nueva estructura donde cobijar su pretensión de un tercer mandato, con el éxito conocido”.
Por su parte E.El Hage y R. Pasolini en “Tandil en la Argentina del Bicentenario” (2010) comentan sobre él:”La astucia de Zanatelli radica en su pragmatismo y la ecuación de manual  que todo político en acción, es decir en el poder,  despliega ante sus obras que son de bajo costo y alta visibilidad, las cuales lo posicionan con el rango del hacedor. Como un hombre de Estado.  Que si habla mal en público (son célebres sus furcios y sus  notorios inconvenientes para elaborar una idea desde el lenguaje), paradójicamente esta carencia será dimensionada por su electorado  de base como un signo  favorable , una señal a tener en cuenta Quiere decir que no habla o habla mal, pero hace. Y lo que importa es al cabo eso: que haga. Porque para eso le pagan el sueldo. Allí, en esa imagen de hosco eficientismo, se entronca la sustancia electoralmente devastadora de Zanattelli.”.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   Un testimonio valioso es el de su viuda, Teresa Rossi de Zanatelli quien decía en  El Eco en noviembre de 2013:
P: Zanatelli no la hubiese pasado bien si le hubiera tocado la era K, ¿no?¿Se lo imagina?
-¿Usted lo dice por ese pasado que siempre están removiendo? Y, no sé. A veces pienso que Julio era visionario porque cuando fuimos a China, él procuraba traer las industrias y todo eso a Tandil y luego, muchos años después salió Kirchner con lo mismo de China. Igual con el turismo: Julio siempre decía que Tandil tenía que dedicarse al turismo ¡Y la gente no quería! Más bien preferían el pueblo para ellos.  Pero no sé,fíjese que con tal de hacer más cosas para la ciudad Julio llegó hasta a afiliarse al peronismo. Y no sé si eso todo el mundo lo entendió.
P:Expliquémoslo.
-Para lograr apoyo para la ciudad lo convencieron -entre ellos el petiso Pedersoli- de que si se afiliaba, sería todo mucho más fácil, y bueno, se afilió, y lo captaron.  Lograron lo que querían y después no le bajaron lo que habían prometido. No lo apoyaron.
P-¿No cree que Zanatelli estuvo mal aquella vez que perdió la interna en el PJ y después se presentó desde otro partido?
-Y bueno, lo que pasa ahí, sí, en realidad fue una decisión muy personal. Lo que creo es que está bueno que alguna vez se ponga un límite a la reelección de los intendentes. Una reelección y ya no más. Es lo mejor. 
P:¿Qué hay de cierto de que era usted la que en el fondo lo instaba a seguir?
-El me decía “vos querés que yo siga”, pero era en broma; en realidad él quería seguir ¡Y me decía a mí!  La verdad es que… mire, cada elección era terrible, porque veíamos tal despliegue de los otros partidos en las propagandas; me acuerdo que mis hijos iban a Tandil y decían “¿pero papá va a ganar con ese Zanatelli pintado en el borde del cordón?”. Y bueno, sí, ganaba.
P: ¿Por qué cree que siempre ganaba?
-Por eso mismo. Porque la gente encontraba en él una persona honesta. Y le creían porque se ocupaba. Por eso Tandil es un recuerdo tan hermoso: porque puedo ir y recorrer las calles tranquilamente. Creo que eso es los más importante, lo más lindo. No tener que estar escondido”
Recordemos que ya enfermo, debió renunciar a fines de 2002, falleciendo en Mar del Plata el 4 de agosto de 2003. Fue el Intendente que más años estuvo al frente de la Municipalidad., antes que Lunghi y por su estilo, tal vez el último caudillo…


Daniel Eduardo Pérez


1 comentario:

  1. Lo felicito por tan preciso e imparcial trabajo. Agradecemos la biografía política de nuestro querido abuelo. Saludos

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