sábado, 27 de noviembre de 2010

LA MASONERÍA EN EL TANDIL

LA MASONERÍA EN TANDIL

La Historia de la Humanidad mantiene, pese al paso de los siglos, algunos misterios que persisten aún en nuestro tiempo.
Uno de esos temas es la masonería, que desde hace más de tres siglos tiene peso e influencia relevantes en el mundo y de la que sin embargo no muchos pueden definir claramente sus objetivos, libres de prejuicios…Hoy dedicaremos a este tema la nota, la que por obvias razones de espacio, será necesariamente breve.
Steven Bullock, del Worcester Polytechnic Institute (EEUU), ha publicado recientemente un trabajo sobre el tema. Allí sostiene que:”… casi todos han escuchado hablar sobre los masones. Algunos tienen familiares masones o saben de personajes famosos que pertenecieron a la fraternidad. Otros han visto sus salones de reunión o su emblema de la escuadra y el compás. Un número menor teme que busquen socavar la religión y el buen gobierno, e incluso hasta manejar el mundo. Sin embargo, aunque tanta gente esté familiarizada con la masonería, sólo unos pocos saben de qué se trata. Aunque suene paradójico, muchos miembros poseen una vaga idea sobre su historia. Y las personas ajenas., obviamente, conocen aún menos. La masonería es complicada, y su capacidad para convocar alrededor de cinco millones de miembros -que se reúnen en diferentes partes del mundo desde hace trescientos años- está relacionada con esa complejidad”.
El primer elemento clave es lo secreto. La masonería no responde a las ideas tradicionales sobre sociedades secretas en las cuales sus integrantes y hasta su mera existencia es ocultada. Pero lo secreto si juega un papel esencial. Las ceremonias, cuyos participantes normalmente juran no develar:. Si bien tradicionalmente la organización acepta sólo hombres en sus instituciones centrales, hasta el siglo XX excluía a quienes no fueran blancos, siempre fue muy amplia en otros aspectos: admitió a personas de cualquier nacionalidad, filiación política y religión dentro de una hermandad de respeto e igualdad. Estos ideales atrajeron a importantes defensores de la libertad del siglo XVIII.
Estos fundamentos hicieron a la masonería flexible y duradera pero sus componentes múltiples alimentaron temores. Algunos grupos religiosos incluyendo la Iglesia Católica y algunos protestantes conservadores, la han condenado porque vieron en su apertura religiosa, un desafío a su reclamo de verdad a veces sosteniendo que los masones se dedican a las ciencias ocultas o incluso a rituales satánicos. Aunque estos conceptos circularon alrededor de la organización desde sus comienzos, fueron reforzados en el siglo XX cuando dictadores como Lenin, Franco o Saddam Hussein la suprimieron. También Hitler envió miles de miembros a campos de concentración y cámaras de gas. Frente a tales opositores la masonería suele esconderse en las sombras sin conocerse exactamente en qué instituciones nacionales e internacionales, laicas o religiosas están.
Aunque llevan tres siglos ejerciendo una notable influencia en todo el mundo y generando opiniones muy radicales a favor y en contra, los masones siguen siendo un misterio. No muchos pueden definir sus verdaderos objetivos.
Ya desde el mismo nacimiento oficial de la masonería moderna, a principios del siglo XVIII, el peso intelectual y económico de muchos de sus miembros, sumado al secretismo de sus actividades -que ellos califican de simple discreción-, incitó a los gobiernos de muchos países a luchar contra una institución que escapaba a su control. Aunque suele señalarse la constitución de la Gran Logia de Inglaterra, en 1717, como la carta fundacional de la masonería en tanto sociedad iniciática y filantrópica, las raíces de la organización se remontan a la Baja Edad Media. En aquella época, la actividad económica ("artes y oficios") se basaba en los gremios, organizaciones profesionales herméticas, llenas de lemas y contraseñas ideados para dificultar la intromisión laboral. En la era de las catedrales, no es de extrañar que uno de los gremios más prestigiosos fuera el de la construcción, de donde tomaron el compás y la escuadra, símbolos centrales de la masonería, junto con la G (de gnosis), que representan al Gran Arquitecto del Universo. No nos ocuparemos en esta nota de temas que como jerarquías, ceremonias, templos y vestimentas-entre otros- son interesantes, pero exceden el objetivo propuesto.
EN ARGENTINA
En la página oficial de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones se definen como una “Sociedad filantrópica, filosófica y progresista. Sus objetivos: la exaltación y el perfeccionamiento de las más elevadas virtudes humanas.”
La Orden asienta sus principios en los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad; y considera que el hombre puede alcanzar su realización a través de la Ciencia, la Justicia y el Trabajo (trilogía que constituye su lema). Estos ideales, que en el seno de nuestra Institución no sólo se expresan sino que se hacen realidad, fueron los que inspiraron a hombres de todos los tiempos a la hora de enfrentar y combatir regímenes opresores, despóticos o que negaban la dignidad de la condición humana”.
“Nuestra misión esta dirigida a sostener los valores más relevantes que enseña nuestra fraternidad. Valores básicos que incluyen: Ética ,Tolerancia, Crecimiento personal, Filantropía, Familia y Libertad.
Fuimos iniciados,-dicen- pero cada cual ubica su lugar, aprende a dominar lo que le corresponde. Cada cual encontrará lo que tenga que encontrar, buscará y hallará según su propio desarrollo o interés. En nuestro caso las herramientas son la regla de 24 pulgadas, el mazo y el cincel, herramientas que utilizaremos en el transcurso simbólico de los 3 años de aprendiz, para dominar nuestras tres primeras artes: la gramática, la lógica y la retórica”.
ORÍGENES DE LA MASONERÍA ARGENTINA
La masonería Argentina moderna, según E. Corbière, tuvo como partida de nacimiento la constitución de la Gran Logia, el 11 de diciembre de 1857. Esta constitución produjo un complicado trámite a raíz del virtual enfrentamiento entre Miguel Valencia (1799-1870) que provenía de una familia unitaria que había retornado del Brasil, luego de un extenso exilio, y José Roque Pérez (1815-1871), un federal que había sido funcionario diplomático durante el gobierno de Rosas.
Miguel Valencia era, como Pérez, un jurisconsulto. En 1832 había sido redactor de El Telégrafo del Comercio, pero al poco tiempo tuvo que abandonar Buenos Aires por la persecución rosista y se trasladó al Brasil. En la masonería lo había iniciado el Dr. Julián Álvarez (1788-1843), figura clave de la masonería en mayo de 1810. En pocos meses, Pérez recorrió las tres logias que reconocían el liderazgo de Valencia y lo dejó sin base de sustentación. Con las que le respondían y con aquellas que se habían agrupado junto al doctor Valencia, José Roque Pérez fundó la actual Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.
La constitución de la Gran Logia dio organicidad a las diversas logias, uniendo a las que actuaban en Buenos Aires y luego a éstas con las del interior del país. Aquel 11 de diciembre de 1857 realizaron el pacto de unión varias logias, eligiendo como Gran Maestre al doctor José Roque Pérez. Jurista notable, diplomático, filántropo y humanista, Pérez, junto a otros cofrades, en su mayoría médicos - como el doctor Manuel G. Argerich -, murieron socorriendo a los enfermos durante la epidemia de fiebre amarilla.
En Buenos Aires, las primeras noticias de la hermandad se remontan a fines del siglo XVIII. La primera logia en territorio argentino fue la "Logia Independencia", siempre siguiendo a Corbière, con protocolos de autorización otorgados por la Gran Logia General Escocesa de Francia. Dicha autorización data aproximadamente de 1795 y su sola denominación acusaba en sus integrantes una concepción autonomista para las tierras americanas. .
En cuanto a la "Logia Independencia", con ese nombre apareció otra logia, presidida por Julián B. Álvarez, en 1810, y es probable que no haya tenido continuidad con la homónima anterior. Esta logia dirigida por Álvarez es la que suministró los elementos básicos para la constitución de la Logia Lautaro, con la cual se inició el historial más importante de la masonería en la Emancipación.
Por su parte A. Lappas sostiene que “La Logia presidida por el doctor Álvarez tiene una importancia fundamental por cuanto de entre sus miembros fueron: seleccionados aquellos que secundarían a Alvear, San Martín, Zapiola y demás masones viajeros que llegaron en la fragata Jorge Canning, para la fundación de la Logia Lautaro de Buenos Aires. La Logia Lautaro fue fundada en 1812 y sus integrantes formaron posteriormente las lautarinas o lautarias de las ciudades de Santa Fe. Córdoba y Mendoza en la Argentina, de Santiago de Chile y de Lima, Perú”.
Acerca de esas Logias se ha entablado una polémica más de una vez apasionada, acerca de si eran o no masónicas. Los que les negaron tal carácter sostienen que "aparte del formulismo masónico esas agrupaciones tenían fines patrióticos y sus componentes eran profundamente católicos.”
En cuanto a la actualidad, resulta particularmente interesante leer algunos de los conceptos vertidos por el actual Gran Maestre de la Gran Logia Argentina, Ángel Jorge Clavero cuando asumió en 2008 el cargo y dijo, entre otras cosas:
“Entendemos la masonería como una asociación de carácter mundial, iniciática, filosófica, filantrópica, ecléctica, formadora de hombres éticos y libres, y progresista que procura fomentar entre sus adeptos el amor a la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes y que desarrolla en el corazón humano, sentimientos de admiración y calidad, de tolerancia religiosa y de ayuda a los deberes de la familia. Que no admite dentro de si y trata de exterminar en lo posible en la sociedad los odios de raza, los antagonismos de nacionalidad, de opiniones, de creencias e intereses”.
……...
A tal fin, pasaré a explicitar algunas de las medidas a aplicar en nuestro mandato.
“Se pondrá especial énfasis en las relaciones de la Institución con la sociedad, tanto en las áreas gubernamentales como en las organizaciones intermedias y la opinión pública. Se utilizarán todos los medios a nuestro alcance para difundir nuestros principios, con la finalidad de contribuir a una sociedad mejor y más justa. Desde el Consejo de la Orden se deberá procurar los medios más idóneos para que nuestra Institución recupere cada día mas espacios en la sociedad..
……..
“Se prestará especial atención a la conmemoración de las fechas patrias que indican nuestros Reglamentos Generales, como así también a todo evento de trascendencia social y política como lo son la Reforma Universitaria del 21 de junio de 1918, el Día del Librepensamiento, el Día Internacional de la Tolerancia, piedra angular de la acción y prédica de la Francmasonería, el Día del Laicismo y de la Libertad de Conciencia, etc.
……..
“Y extramuros hacia la sociedad profana, como lo hemos hecho hasta hoy, defenderemos la República como estructura de gobierno y la democracia como estilo de vida, la división de poderes, el laicismo en materia de educación, pero no como negación de las religiones sino por el contrario un laicismo positivo que contemple a las religiones para la esfera privada de los hombres”.
EN TANDIL
La masonería en nuestra ciudad nació oficialmente poco después de la matanza de Tata Dios de 1872, cuando patrocinada por la Logia Estrella del Sud Nº 25 de Azul (que había establecido en 1867, el Cnel. Älvaro Barros, fundador de Olavaria) y con la autorización del Gran Maestre de la Gran Logia Argentina, Nicanor Albarellos, se fundó la Logia “Luz del Sud” Nº 39, el 7 de setiembre de 1872.
Las primeras autoridades de la Logia fueron: Pte: Eugenio Iriarte, (26 años, empleado del Bco. Provincia e hijo del Gral. Tomás de Iriarte);Vice 1º: Bernardo Sabatte Laplace; vice 2º: Carlos A. Díaz; orador: Miguel Méndez; Srio: Julián Arabehety; tesorero: Ramón Santamarina; Hospitalario: Eustaquio Herrera, otro: Manuel Suarez Buyo.
Sin embargo ya desde 1870 iniciativas de tipo masónico se habían concretado en Tandil, como lo señalamos en nuestro libro “Los italianos en Tandil”, al fundarse la primera mutual llamada Sociedad Filantrópica La Caridad. Esta Sociedad fue la primera de su tipo, fundada el 1 de noviembre de 1870, por vecinos de origen mayoritariamente extranjero, con principios afines a los masones y que dio origen, más tarde, a otras sociedades mutuales (española en 1873 e italiana en 1877). Resulta interesante verificar que muchos de sus integrantes fundadores fueron luego quienes crearon la logia Luz del Sud. La Sociedad designó al Dr. J.Fuschini como médico para sus asociados, transformándose así en el primer médico mutual de Tandil.
En esta etapa, 1872, la Logia nació como una logia operativa que trabajó para encauzar la vida pública del pueblo, aquejada por diversas problemáticas que incluía el fraude político y la puja entre las viejas familias criollas y los extranjeros que traían ideas progresistas, como bien sostiene el amigo y colega H. Nario, conflicto que se complementaba con la dura pelea entablada entre la Iglesia y el Liberalismo: el avance laico era evidente y se imponía a la prédica del clero, quitándole espacios de poder, posibles causas éstas que ayudaron a desatar la matanza de pobladores extranjeros del 1 º de enero de 1872. Por último, esta matanza fue la excusa histórica para dar plenitud al actuar masónico que ya existía en forma velada, como señalamos, a través de la Sociedad Filantrópica "La Caridad" en cuyo Reglamento (transcripto en “Lo Italianos en Tandil”), quedan de manifiesto sus objetivos afines a la masonería.
Pasada aquella verdadera pesadilla, el pueblo retomó su calma y en 1874, el Dr. Fuschini, que estaba casado con Blanca Fidanza, convenció a su cuñado, el Dr. Eduardo Fidanza, para que se radicara en nuestro pueblo para colaborar en su infatigable tarea en favor de la salud pública.
Los doctores Fuschini y Fidanza (quien luego contrajo matrimonio con la hermana del gran naturalista E. Holmberg), abrieron una " Casa de Sanidad", que sería precursora del primer hospital. Le correspondió precisamente a la Logia, a impulso de los citados médicos, la creación del denominado "Asilo San Juan", en 1880, que ubicado en el edificio de la intersección de la entonces Río Bamba (hoy Alem) y Maipú, atendería gratuitamente a pacientes, internación incluida. En ese momento era Venerable Maestro de la logia local Juan J. Zavala.
Ese "asilo" fue en realidad el primer centro de atención que podríamos denominar hospitalaria, excluyendo al antiguo "hospital militar", que había funcionado en los restos del que quedaba en el Fuerte, demolido a partir de 1864.
Como corolario de estas intenciones, el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza el 24 de julio de 1888, que consta de once artículos, por la que se accedía a la propuesta de Juan M Dhers (también masón), de adquirir el Asilo San Juan para que fuera el Hospital Municipal, ordenanza que el primer Intendente Duffau, promulgó el 3 de agosto de ese año. La vieja esquina fue así convertida en el primer nosocomio municipal. Además de los vecinos que harían las veces de administradores, se designó a los Dres. Fuschini y Peré, como los dos primeros en conducir los destinos profesionales del Hospital, incorporándose a fines de agosto de ese año a los doctores Camilo Gil e Ignacio Lizarralde, dividiéndose al hospital en dos secciones: una de medicina a cargo del Dr. Peré y otra de cirugía a cargo del Dr. Fuschini.
El Dr. Fuschini se había iniciado en la masonería en la Logia local, la que presidió en 1875 y 1876, en tanto el Dr. Eduardo Fidanza fue iniciado en Tandil el 16 de agosto de 1892, fue Gran Secretario de la Logia en 1893-94 y luego integró el Supremo Consejo Grado 33 (el máximo) de la Gran Logia.
Prosiguiendo con la labor masónica, el 6 de enero de 1888 se fundó la Sociedad Hermanas de los Pobres, integrada por las mujeres de los masones militantes. En ese mismo año, pero en julio, apareció la revista La Luz, como órgano de la citada Sociedad dirigida por José Venegas que duró hasta el año siguiente cuando fue reemplazada por la Revista Mensual luego denominada Trimestral.
En 1900, José A. Cabral (iniciado ese año en la Logia local, la que presidió entre 1913 y 1915) fundó Luz y Verdad, que se autotituló periódico liberal, de neto carácter masónico y que pronto se enfrentó con la Hojita del Hogar del catolicismo. Duró tres años, ambas desaparecieron en 1904, año en que Cabral fundó el primer diario de Tandil, La Democracia.
En 1908, a impulsos de la masonería, fundó la Biblioteca Rivadavia, y ya en 1919 Nueva Era. Cabral, fallecido en 1952, mantuvo el liderazgo masón en Tandil teniendo duras polémicas especialmente con la Iglesia Católica a través de los párrocos Chienno y Actis y con el nacionalismo católico, claro enemigo del liberalismo masón.
Consignemos también que entre los fundadores del radicalismo de Tandil, militaron varios destacados masones de la época como los hermanos Dhers, Raimundo Piñero y los De la Canal. El radicalismo fue el partido político con más afinidad a la masonería en el país y también en Tandil.
Entre la actividad de Cabral y la posterior, pasaron algunos años hasta que en 2006 se reactivó con la presencia del porteño Guillermo Muzlera como Venerable Maestro (presidente) que le dio nuevamente impulso, participando en actos como el del homenaje por el centenario de la Biblioteca Rivadavia en 2008, integrando la Comisión Honoraria, donde Muzlera transmitió la adhesión de la Masonería de Tandil.
Lo sucedió como Venerable Maestro, por un corto lapso, el marplatense Carlos Menconi, hasta que asumió como Venerable Maestro (presidente) el médico tandilense José Carlos Bustillo Arce, que la preside actualmente.
Las autoridades de la Masonería Argentina para el período 2008-2011 son:
Preside como Gran Maestre: Ängel Jorge Clavero; Pro Gran Maestre, Nicolás Breglia; Ex Gran Maestre Sergio Nunes; Ex Gran Maestre Jorge Alejandro Vallejos; Ex Gran Maestre Alejo Neveloff; Gran Primer Vigilante: Marcelo Llobet; Gran Segundo Vigilante: Sergio Costigliolo; Gran Orador Fiscal: Pablo Urcéolo; Gran Secretario: Pablo Lázaro; Gran Tesorero: Néstor Figarolo; Gran Hospitalario: Eduardo Grzona. Además como Gran Consejero figura el VM Guillermo Muzlera, que fuera el reorganizador de la Logia local en 2006.
Hemos querido, estimado lector, darle un brevísimo panorama de la historia de la masonería, a la que pertenecieron y pertenecen vecinos de actuación destacada en la política, la economía y otras actividades de la comunidad, esperando poder ampliarlo en el futuro.
Daniel Eduardo Pérez

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