CAUDILLOS
DEL TANDIL
La palabra caudillo proviene del latín: capitellium, cabeza y es empleada habitualmente para
referirse a un cabecilla o líder, ya sea político,
militar o ideológico, aunque en un sentido amplio este término se utiliza
para cualquier persona que haga de guía de otras en cualquier terreno, el
uso le ha dado a la palabra caudillo una connotación política.
Caudillismo en
Argentina
En la Historia Argentina del siglo XIX, se
llamó caudillos a los distintos jefes de los ejércitos de las provincias de
Argentina, que combatían entre sí, en particular a los que enfrentaron el
centralismo de los gobiernos de Buenos Aires. Tenían arraigo popular,
y lograban reunir ejércitos de entre 500 y 7.000 hombres.
El caso del caudillismo argentino, es paradigmático, dado que muchos de
los caudillos pertenecían en su origen a la clase de los grandes propietarios
terratenientes.
Tulio Halperín Donghi, en el "estudio preliminar" del libro "Historias de caudillos argentinos", dice que la palabra caudillo "Estaba reservado al gobernante despótico; aludía a quien detentaba un poder no apoyado en títulos legítimos y, durante la década de 1810, iba a ser usado sobre todo por quienes ocupaban la cumbre del nuevo Estado para designar -y también para estigmatizar- a quienes estaban sustrayendo el control efectivo de áreas cada vez mayores del territorio"... Sostiene que es durante los años 60 como consecuencia de los golpes militares de 1962 y de 1966, cuando los caudillos vuelven a ingresar plenamente en la memoria colectiva. En los 70 y los 80, el vocablo "caudillo" se usó en el terreno de la política para designar a los dirigentes que contaban con un número importante de seguidores, que eran fieles a sus figuras y los consideraban personas de consulta obligada.
Tulio Halperín Donghi, en el "estudio preliminar" del libro "Historias de caudillos argentinos", dice que la palabra caudillo "Estaba reservado al gobernante despótico; aludía a quien detentaba un poder no apoyado en títulos legítimos y, durante la década de 1810, iba a ser usado sobre todo por quienes ocupaban la cumbre del nuevo Estado para designar -y también para estigmatizar- a quienes estaban sustrayendo el control efectivo de áreas cada vez mayores del territorio"... Sostiene que es durante los años 60 como consecuencia de los golpes militares de 1962 y de 1966, cuando los caudillos vuelven a ingresar plenamente en la memoria colectiva. En los 70 y los 80, el vocablo "caudillo" se usó en el terreno de la política para designar a los dirigentes que contaban con un número importante de seguidores, que eran fieles a sus figuras y los consideraban personas de consulta obligada.
La
historiadora Gabriela Tío Vallejo, en tanto, sostiene que en la persistencia
del caudillismo, "subsiste un tipo
de liderazgo que supone una cierta inmadurez de, al menos, una parte de la
sociedad; o una distancia entre la cultura política de las elites gobernantes y
la comunidad que necesita de un poder paternalista; o de un intérprete y gestor
de sus intereses”, mientras el politólogo Juan
Pablo Lichtmajer, advierte que la reconfiguración del caudillismo” halla su raíz en la crisis de los movimientos
políticos de masas”.
En Tandil permanecen hasta hoy rasgos definidos de cierto
caudillismo, entendiendo como caudillo al líder, ya sea
comunitario, político, militar o ideológico.
Debemos remontarnos al siglo XIX para encontrar a los primeros
hombres que ejercieron un fuerte liderazgo fundamentado en el carisma unas
veces, en la fortuna otras o en su destacada labor comunitaria.
La naturaleza de sus liderazgos en los diversos casos que
expondremos, que no son los únicos y que solo representan una muestra, son
diferentes. Así veremos líderes religiosos, comunitarios, políticos, militares…
Entre los que
provinieron de la actividad militar se destaca con perfiles propios Benito Machado, nacido en
Chascomús el 3 de abril de 1823, (un
día antes de la fundación de Tandil), muy joven debió emigrar al Uruguay
después del levantamiento de los Libres del Sud que le costó la vida a su
padre. Allí nació su vocación por las armas y la política. Regresó al país
luego de Caseros y aquí se alistó para los cuerpos que protegían la frontera interior sur .Fue nombrado
comandante del regimiento 17 de Guardias Nacionales con el que combatió en San Lorenzo, Cristiano Muerto y San Lorenzo,
evitando males mayores luego de los malones de Yanquetruz al Tandil, donde se
afincó con su familia. Se alineó junto a Mitre y fiel a su jefe combatió en La Verde en 1874.
Caudillo que transfirió a la política su
liderazgo militar. Machado
convocaba con facilidad a gauchos y baqueanos que seguían el carisma de este
hombre que los mismos indios habían apodado con el nombre de "el
Toro", haciendo referencia a su fuerza espiritual y a su
resistencia física, como verdadero sinónimo de lo que hoy definiría el lunfardo
como un "gran macho" de tal
suerte que comenzó a cobrar fama, en los corrillos de esta parte de la pampa
húmeda, el dicho Dios en el cielo y Machado en el Sur, que se repitió entre el
gauchaje hasta después de su muerte.
Los vínculos estrechos que
supo construir con algunos caciques indígenas de la frontera, así como también
los que cultivó con sus milicianos y oficiales, fueron decisivos para que se
erigiera en una figura respetable y prestigiosa en la zona. A ello debemos
sumar las relaciones de parentesco que edificó con algunas de las principales
familias tandilenses, que aumentaron su presencia en la política y sociedad de
la región.
Su incondicional apoyo a Mitre se reflejó, una
vez más, en Cepeda primero y Pavón después, donde al mando de 1600 hombres tuvo
a su cargo la persecución a las fuerzas ya derrotadas de la Confederación, en
1861.
En Tandil Machado tenía campo, hacienda y su
casa, donde vivió hasta sus últimos días, siendo luego del retiro de la
actividad militar, un hombre de consejo y de profunda influencia en las
decisiones políticas del pueblo, dado la red de amistades y lealtades que había
cosechado.
Su domicilio estaba ubicado en la calle Gral. Rodríguez al 500, donde estuvo
parcialmente el almacén "La Buena
Medida" y años más tarde la Farmacia Fernández-hoy Farmacia de la Mutual Municipal- y la
que fuera librería "Don Quijote",
donde puede observarse la placa que
indica que allí vivió este destacado hombre de armas.
Recibió en vida el homenaje de la ciudad, cuando
en 1908 el entonces Intendente,
Eduardo Arana, firmó el decreto por el que se impuso su nombre a la avenida que
continúa denominándose así, frente a la estación de ferrocarril.
Ya anciano contrajo nuevas nupcias con Alicia
Knudsen, de ascendencia dinamarquesa y 56 años de edad, el 5 de marzo de 1909
(Machado había enviudado de su primera esposa
en 1893).
Su larga existencia, plena de exigencias físicas
y espirituales, encontró su final, casualmente, en otro día especial de
conmemoraciones patrias: el 9 de Julio
de 1909. Un gran pesar cundió por la ciudad dado el respeto que inspiraba
este hombre, que ya gozaba de su fama de patriarca
lugareño. Con los honores pertinentes fue despedido y posteriormente sus
restos fueron trasladados a Buenos Aires, de donde retornaron solemnemente a
Tandil, el 23 de mayo de 1960, con
motivo del sesquicentenario de la Revolución de Mayo, a través de las gestiones
de una comisión especial en la que actuaron activamente, entre otros vecinos
destacados, don Leonel Acevedo Díaz.
Ya en otro campo, el de la acción
comunitaria y pionera, la figura patriarcal de Juan Fugl tuvo una relevancia que trascendió los tiempos. Nacido en Dinamarca el 24 de octubre de 1811,
en 1837 se recibió de maestro, ejerciendo en su patria hasta que en 1844 se
embarcó llegando primero a Buenos Aires y en 1848 a Tandil. Aquí fue quien
sembró el primer trigo y fundó la primera molienda y panadería. Activo vecino
fue iniciador e impulsor de la educación y las mejoras del pueblo. Regresó en
1858 a su país, retornando casado en 1859.En 1871 volvió a Dinamarca donde
permaneció dos años. Colaboró con el levantamiento de la capilla
católica-siendo él protestante- y continuó apoyando decididamente a la
incipiente educación. Levantó la primera casa de “altos” en la ciudad. En 1875
regresó definitivamente a su patria luego de haber sido el propulsor de la
inmigración danesa en esta zona. Falleció en Dinamarca el 25 de enero de 1900.
Marcó
toda una época en actividades en las que fue el pionero, tales como la
agricultura, la industria harinera, la educación. Intervino activamente en la
política lugareña siendo respetado y hombre de consulta, más allá de la
colectividad danesa a la que por otra parte promovió con la radicación en todo
el sudeste bonaerense de colonos.
La
llegada de connacionales a su
impulso, fue in crescendo y muchos
buscaron otros horizontes más allá de los pagos tandilenses, dando
origen a una corriente migratoria hacia el sudeste bonaerense, especialmente a
los actuales partidos de Tres Arroyos y Necochea, originando las colectividades
que, en pueblos rurales como Cascallares y Copetonas, se hicieron muy fuertes.
Después
de su regreso definitivo, desde su casa Juan Fugl siempre acudió en ayuda de
todo danés que quisiera radicarse en la Argentina, así contribuyó a seguir
manteniendo viva la emigración de daneses a este país.
Siguiendo
al pionero e impulsados por la idea de forjarse un mejor futuro en nuestras
tierras, los inmigrantes dinamarqueses que llegaron se asentaron en pocos
puntos del país.
Puede
considerarse a Juan Fugl, como el fundador de la primera colonia danesa
en Argentina. Ayudó-como quedó dicho- a
sus compatriotas a establecerse en el país y a que tuvieran la misma
posibilidad que él tuvo. Al regresar de su primer viaje a Dinamarca en 1858,
muchos dinamarqueses llegaron con él y varios se expandieron por la zona ya
citada. Se sabe así que un gran porcentaje de los agricultores del partido de
Tres Arroyos hoy día, son de descendencia danesa, lo que nos habla de su
importancia en la zona y su contribución en la economía argentina,
por medio de la producción agrícola, promovida por la iniciativa de Fugl…el
caudillo distinto…
Ya en
el campo propiamente político, Juan
Domingo Buzón fue indudablemente el caudillo por antonomasia del
conservadorismo tandilense. Nacido en Chacabuco el 30 de septiembre de 1883,
allí estudió hasta que los avatares de la vida lo trajeron a Tandil donde abrió
una farmacia, enrolándose en las filas conservadoras y ejerciendo el periodismo
en El Régimen y en Tribuna. Buzón fue el típico vecino que
se transformó en hombre fuerte de su corriente política y que brindó a Tandil
logros significativos.
Producida
la revolución del 6 de setiembre de 1930, el interventor de la provincia Dr.
Meyer Pellegrini, designó Comisionado a Ramón
Santamarina (nieto), quien poco después fue reemplazado por Buzón,
que se desempeñó hasta la elección del nuevo Intendente Dr. Armando Alzueta, en 1932. La labor que realizó Buzón al frente
de la Municipalidad fue realmente trascendente, en especial en lo referido a obras públicas.
El mejoramiento integral del Parque Independencia; el Mercado Municipal; la
reconversión del pavimento de numerosas calles; el Estadio Municipal y la autoría del proyecto que culminaría con la
creación del Museo y Academia Municipal
de Bellas Artes, la construcción del pabellón de niños del Hospital,
marcaron algunas de las realizaciones de este hombre respetado e influyente
Según
Leonardo Fuentes, a partir de
1920 el control radical de Tandil se vio amenazado por el surgimiento de Juan
D. Buzón, por entonces una nueva figura dentro del conservadurismo local. Éste
pronto reorganizó su partido y, aprovechándose de las divisiones que afectaban
a la U.C.R., se lanzó a la conquista del gobierno comunal. En 1928, los
conservadores alcanzaron en las urnas el control de la comuna. Pero, los
radicales, aprovechando que el intendente electo Ramón Santamarina (n), viajó a
Europa sin pedir licencia al Concejo Deliberante, declararon acéfala la Comuna
y solicitaron la intervención de la misma, intervención que el Poder Ejecutivo
provincial no demoró en decretar. Pero fue necesario enviar una serie de
comisionados para impedir que los conservadores alcanzaran nuevamente el poder.
Recién el golpe de septiembre de 1930 modificará la situación, desplazando al
radicalismo e instalando al frente del municipio nuevamente a los conservadores,
rebautizados “demócratas nacionales”.
Así, por más de doce años, la figura dominante de la política local fue el
caudillo Juan Domingo Buzón, que ganó elección
tras elección. Hay que remarcar que Buzón personalmente no ocupó nunca el cargo
de intendente, delegándolo en uno de sus “hombres de confianza”: el doctor
William Leeson quien asumió en agosto de 1932 y gobernó ininterrumpidamente
hasta 1943. Buzón fue el caudillo indiscutido, ejerciendo
como comisionado en 1931-32 siendo por varios períodos diputado provincial.
Murió en Buenos Aires entre la ingratitud y el olvido de muchos, el 14 de
agosto de 1955.
En el campo político, pero del
inicial peronismo, fue Juan Adolfo
Figueroa, nacido en Buenos Aires en 1896,
un típico caudillo de origen rural. Luego de cursar sus estudios se afincó
en Tandil para atender sus negocios de hacendado en las estancias de sus
antecesores, Su atracción por la política lo llevó a enrolarse en la Junta
Renovadora del radicalismo que luego se alió con Perón. Él fue quien lo recibió
en su única llegada a Tandil. Fue Comisionado en 1946, cargo que debió dejar
por su enfermedad, de la que murió el 6 de octubre de 1947, en Buenos Aires
adonde fue a atenderse
Las
urgencias estaban al orden del día y las giras proselitistas hicieron que Perón
llegara a Tandil el 18 de febrero de
1946, siendo recibido en la estación del FF.CC. por los más entusiastas
seguidores, ya citados, encabezados por Juan Adolfo Figueroa, quien movilizó
trescientos hombres a caballo, en una demostración de fuerza apreciable del
caudillo, hasta llegar al palco frente a la Plaza Independencia donde fue recibido oficialmente por el comisionado
Edmundo Carbone, quien se desempeñaba al frente de la Subdelegación de Trabajo.
Fue la visita histórica que quedó grabada en la memoria colectiva. Perón fue
luego invitado al campo de Figueroa y allí le cedió de regalo su faja en señal
de agradecimiento.
Típico
hombre rural, finalmente, el nombramiento de Juan A. Figueroa el 16 de agosto
de 1946 como Comisionado Municipal,
puso fin al pleito institucional creado alrededor de la Comuna, que mantuvo
agitadas las filas políticas oficialistas, constituyendo el momento de máxima
tensión entre ellas. Con su designación ocupó el ejecutivo municipal el hombre
que hasta ese momento había sido el verdadero "poder detrás del
trono". Éste resumía en su personalidad abarcativa y férrea, las diferencias
dentro del flamante partido, característica que se ha mantenido por la
heterogeneidad de sus componentes hasta hoy.
La gestión del caudillo de Gardey duró casi
un año, ya que su enfermedad, lo obligó a renunciar, sucediéndole una serie de
hombres de su confianza, hasta la asunción del primer Intendente peronista de
Tandil, en 1948, el Dr. Proto Torres Ordóñez.
También en el campo de la política, pero de
extracción radical, Raimundo Piñero,
constituye otro ejemplo.
Leonardo Fuentes en “Política y relaciones
sociales en Tandil a principios del siglo XX: el caso de Raimundo Piñero”(2009)
nos dice: “En los comicios participaba
una proporción muy pequeña de la población tandilense, proporción que oscilaba
de elección en elección pero que no experimentó un incremento importante hasta
bastante después de la sanción de la Ley Sáenz Peña (1912). Los que concurrían
a votar eran los miembros de las clientelas electorales construidas por los
distintos caudillos vinculados a la “situación” municipal, clientelas
cimentadas en lazos muy difíciles de analizar, construidos a partir de favores,
lealtades y deferencias. La vinculación del caudillo con las bases sociales del
voto se nutría generalmente de rasgos paternalistas que no omitían la dádiva de
dinero al paisano en apuros, la prestación gratuita de algún servicio que
generaban un reconocimiento espontáneo entre los beneficiados, o la intercesión
para conseguir algún empleo”. Prototipo del
caudillo de la época fue Raimundo Piñero. Una semblanza escrita varios años
después de su muerte, más allá de lo encomiástico, nos lo pinta de cuerpo
entero: ““En el escenario de la política
lugareña, D. Raymundo (sic) fue una figura de singular atracción para las
masas, disfrutando, generalmente, de ascendiente, entre los hombres de la
campaña. El trabajador campesino, hasta el más humilde peoncito, encontraba en
D. Raimundo al ciudadano dispuesto a secundarlo, ya satisfaciendo sus
necesidades materiales, ya para calmar su angustia solucionar sus problemas
inmediatos, y darle un consejo sano, que, las más de las veces, aliviaban
pesares y reconfortaba el espíritu de quien se le aproximaba en procura de
alguna ayuda. Era, en otras palabras, paño de lágrimas para muchos, y así se
ganó, con su campechana manera de ser, haciendo el bien sin mirar a quien, las
más sólidas simpatías entre los núcleos que formaban las peonadas de las
estancias vecinas. Era un amigo de todos porque siempre estaba dispuesto a “dar
una mano”, siguiendo los dictados de su corazón generoso. Así alcanzó la
gratitud de muchos, y también -¿por qué no decirlo?- los celos y los rencores
de otros, que no concebían ni justificaban el arraigo cada vez mayor de una
figura que se popularizó rápidamente, principalmente entre el sector más
humilde y sacrificado de los que forjan con su esfuerzo la grandeza de los
establecimientos agropecuarios: las peonadas. Vigorosa estampa la suya, que nos
recuerda la de los caudillos que en las contiendas de la Libertad, al frente de
las montoneras bravías, se jugaron vida y hacienda, todo en homenaje a sus bien
arraigadas convicciones. Su fervor cívico –como bien apuntó uno de sus
biógrafos-, lo llevó más de una vez –en la encrucijada artera de la urna
transformada en depósito falseado de la voluntad ciudadana-, al entrevero
vibrante, en las gestas de las ciudadanías cuando el pueblo esperanzado, soñaba
con la hora del imperio definitivo de sus derechos.”.
Nacido en Tandil, en 1867, en el seno de una familia de antiguos
propietarios rurales–su bisabuelo fue Hipólito Piñero, que en 1838 era dueño de
31.860 hectáreas-, él mismo llegó a ser un productor agropecuario, con un campo
de 3.150 has. en el Cuartel X del partido donde estableció una importante
cabaña ganadera e incluso llegó a explotar una cantera en la zona de Cerro
Chato. Sus múltiples inquietudes, lo llevaron a
participar en la Sociedad Española y el Club Hípico, siendo además uno
de los fundadores del Banco Comercial del Tandil, integrando su Directorio. En
el plano de las relaciones familiares, se casó con la hija del francés Juan
Dhers de destacada actuación en el Tandil de entonces.
Con estos antecedentes y las
relaciones que fue forjando, Piñero conformó una red de vinculaciones que
fueron de gran utilidad en su actividad política, la que se inició, a mediados
de la década de 1880, cuando se desempeñó como vocal del “club político” Martín Rodríguez, de extracción rochista. Después,
se integró en el “Comité Popular”,
vinculado al gobernante Partido Autonomista Nacional (P.A.N.) que, a fines de
1890, se puso de acuerdo con los referentes locales de la Unión Cívica para “suprimir la lucha” y concurrir a las
próximas elecciones municipales con una sola lista, de la que él formó parte
como candidato.
La situación de debilidad de los partidarios locales del P.A.N así como la de los cívicos, permitieron a los caudillos radicales tandilenses,
de los que Raimundo Piñero es el ejemplo más acabado, lograr un marco de
consenso y de alianzas que les permitió gobernar sin conflictos la comuna
durante casi una década.
En 1893-con motivo de la
revolución radical- un Comité Revolucionario
presidido por Piñero, debía concretar la toma de la Municipalidad, a cuyo frente estaba, el Intendente Donato Dufau. Las reuniones se sucedían, en el Hotel
de la Piedra Movediza de los hermanos
Dhers y en la estancia del mismo Piñero.
De común acuerdo, radicales
revolucionarios e integrantes de la Comisión de vecinos, con la anuencia del
Cura Párroco Pbro. José F. García, se reunieron en la casa parroquial, eventual
"terreno neutral", con el objeto de proceder a arreglar la entrega de
la Municipalidad. A la 1,30 del lunes 31
de julio de 1893 se labraba un acta verdaderamente histórica y alrededor de
mediodía y ante la atenta mirada de
numerosos curiosos que se iban multiplicando,
frente a la Municipalidad, se procedió a romper los sellos que lacraban
las puertas, para tomar en forma oficial
posesión de la misma.
Inmediatamente la Junta Radical, presidida por Piñero y la llamada Conciliadora por Santamarina, conferenciaron acerca de
los futuros pasos a seguir. El resultado de dichas conversaciones fue el
acuerdo para que el gobierno quedase transitoriamente en manos de una
"Comisión Administradora", la que se constituiría con vecinos de
alguna manera poco comprometidos partidariamente. Se daba así una curiosa
dualidad en el manejo de los destinos comunales: el verdadero poder político lo
ejercería Piñero por la Junta Revolucionaria Radical, que había tomado el
Concejo y los asuntos de trámite casi burocráticos, la flamante Comisión, que
poco o nada podía hacer, como se desprende del acta firmada ese día y que
figura transcripta en los libros del HCD.
Convocadas las elecciones
correspondientes para el domingo 14 de
abril de 1895, la sesión del Concejo Deliberante del 5 de mayo, consagró
como Intendente a Juan Bautista de la Canal, a quien, consecuentemente,
se lo considera el primer Intendente radical.
Piñero
fue luego Intendente de Tandil desde el 2 de enero de1899 al 2 de enero
de 1900 y desde el 2 de enero de1902 al 2 de enero de
1904 y el caudillo indiscutido de los radicales de Tandil, que consolidó la
formación de la Unión Cívica Radical, que reconoció en él a su alma mater, acompañado por los hermanos Juan
B. y Daniel de la Canal, los hermanos de
origen francés Juan M. y
Mariano Dhers y Francisco Sampaul, entre los más conspicuos.
Finalmente
digamos que la agrupación radical “piñerista”
de a poco fue decayendo hasta desaparecer hacia 1925, fecha a partir de la cual
“Don Raimundo” solo tendrá apariciones públicas en algún acontecimiento social
o cuando un ejemplar de su famosa cabaña era premiado en exposiciones, aunque siguió teniendo cierta actividad
política- vinculado a los sectores “antipersonalistas”
que en Tandil nunca tuvieron relieve- ya había dejado de ser definitivamente un
hombre de peso en la política local…
Piñero
falleció en Buenos Aires, el 13 de agosto de 1930, donde está sepultado en el cementerio de La Recoleta.
Un caso llamativo en nuestra
historia fue el de Luis J. P. Actis,
sacerdote que marcó una época. Actis-don Luis para la mayoría-había nacido en
Tandil el 3 de febrero de 1904. Se ordenó sacerdote y cursó el doctorado de
Teología en Roma. Fue sacerdote en Azul y Cura Párroco de Tandil desde 1944 a
1978 desarrollando una vasta labor hasta su retiro, prosiguiendo intensamente
sus tareas, entre ellas escribiendo numerosos folletos espirituales, entre los
que se destaca “Caminos de elevación”,
traducido a numerosos idiomas y de innumerables ediciones.
En la iglesia católica de
Tandil hay un antes y un después de don Luis. Nada le
fue indiferente y desde la más pequeña acción comunitaria hasta emprendimientos
como el de la Universidad, o sus tradicionales y encendidas intervenciones
oratorias en los fogones de la Patria, del Museo Fuerte Independencia
acompañado por su amigo Ricardo Ballent, lo encontraron encolumnado firmemente
dando su apoyo a estas iniciativas en favor de la ciudad de sus amores, a cuyos
habitantes solía hablarles desde la radio, propagando su potente voz por todos
los lugares.
Fiel a su negra sotana-la que no abandonó
hasta su muerte- “Siempre la usé y espero
que con ella amortajen mis restos mortales, el día en que el Señor me llame a
rendirle cuenta de mi Sacerdocio” ,dejó escrito – y ya retirado, acercaba
ejemplares de la revista Esquiú
sobrantes de la venta que hacía después de la Misa en San José Obrero, a don
Antonino Pellitero el domingo a la mañana, y allí teníamos una breve tertulia
siempre jugosa, donde se mezclaba el comentario político, el cultural y el
religioso.
Monseñor
Dr. Luis J. Actis vivió humildemente hasta el final de sus días y su patriarcal
figura, sombrero en la cabeza, manos enguantadas en invierno y su sotana al
viento, es una imborrable imagen del siglo que se fue y un ejemplo de
perseverancia, fe, esperanza y caridad, las virtudes que pregonaba y
testimoniaba con su vida.
Fallecido
el Cura Párroco de Tandil, Pbro. Julio M. Chienno, en 1944, había solicitado al Obispo ser destinado a su ciudad natal, a lo que accedió Mons. Cáneva
designándolo Cura Párroco de Tandil el 4
de marzo de 1945. Seguramente no pensaría que aquí estaría al frente de la
Parroquia durante casi treinta y cuatro
años, dejando una huella imborrable…
Ya en
Tandil, rápidamente vio la necesidad de dotar a la Parroquia de un lugar amplio
para el desarrollo de actividades diversas, tanto culturales como religiosas, y
así entre 1947 y 195l construyó el Salón
de la Acción Católica y el Salón
Parroquial, inaugurado el 5 de agosto de 1951 que luego con el
nombre de Teatro Estrada cumpliría
hasta los días que corren con una función social y cultural extraordinaria,
aunque ahora de propiedad municipal desde fines de la década del ‘80 y que
habiendo tomado la decisión de refaccionarlo desde la gestión del autor de esta
nota como Director de Cultura, continuada por su sucesora ,Sabina Sagrera con
la inestimable colaboración de la recordada Hebe Ballé (entonces directora de la Escuela
Municipal de Danzas) y el apoyo de su
Cooperadora, se concluyó en la gestión siguiente, en la que le fue cambiado el
nombre por la inconcebible iniciativa del advenedizo director de Cultura Rubén
Betbeder, por el “original” nombre de Teatro
del Fuerte…”tirando a la basura del
olvido” nada menos que el nombre de uno de los brillantes hombres que nos dejó
la educación argentina ( tanto que en su homenaje se festeja en nuestro país el
Día del Profesor).
En 1956 el Colegio San José comenzó la ampliación
sobre F. Independencia y a su vez la Junta Parroquial de Acción Católica,
creada en 1934, se trasladó al edificio levantado en F. Independencia 360, para
que allí funcionaran todas sus sedes,
que incluía el local de la Librería de
Jóvenes de la Acción Católica, que fue puesta en manos de don Antonino Pellitero, desde el 1 de agosto de 1935, dirigente desde muy joven de esta entidad. El Salón
Parroquial y la Librería fueron desde entonces un clásico de la manzana de las luces.
Desde ese año y hasta hoy, ambos inmuebles
permanecen con su típico frente de piedra y los fantasmas, siempre bondadosos,
de don Antonino y sus libros, rondan la cuadra…El traspaso a la Municipalidad
de estos edificios se llevó consigo el lugar y los recuerdos, estando varios años con destinos diversos hasta la
restauración reciente mencionada.
Por más de cinco décadas la “librería de don
Antonino” fue faro de cultura y lugar de encuentro para jóvenes y no tan
jóvenes que encontraban allí un verdadero manantial de sabiduría y, claro está,
libros inhallables que solamente Antonino conseguía.
La labor de Actis se había iniciado ni bien
se hizo cargo de la Parroquia y así ya el 5 de agosto de 1946 había fundado el
Centro local de la Federación Católica de Educadores, haciendo lo propio el 20
de marzo de 1952, con la Liga de Madres de Familia y más tarde, en 1961, con la Legión de María.
Creyó importante dotar al Templo de la
Inmaculada de un frente imponente y entonces emprendió la obra de reemplazar
las torres originales por las actuales. De esa manera, entre 1957 y 1969, lo
modificó dándole el actual aspecto, colocando el imponente
campanario-carillon-traído en 1931 por el padre Chienno desde Bochum
(Alemania)- dentro de la torre mayor.
Él mismo nos cuenta que “En 1955 el ingeniero Eduardo Edo
nos presentó un plano bien estudiado, que remodelaría el frente de la Iglesia
Matriz, le daría un atrio interno, y llevaría tres torres, siendo la central la
que emplazaría el estupendo carillon con sus diez campanas”,
Al enfermar el ingeniero Edo, siguieron la
obra los ingenieros Antonio Nicola y Argentino Olmos hasta su inauguración
solemne el 6 de abril de 1969.
En otro orden de cosas, en 1950 había
gestionado y obtenido de la familia Figueroa, la donación de un cerro de su
propiedad, en favor de la Congregación Hijas de Maria, el que una vez arbolado
y adecuado con la incorporación de la imagen de la Virgen, fue denominado
" Cerro de la Virgen de
Lourdes", constituyendo hoy un “oasis
de piedad, de peregrinación y de paz”, como había sido su deseo expreso.
El padre Actis había heredado " La Revista", un órgano de prensa
que fundado por el P. Chienno, en 1922, fue la voz del catolicismo en la
ciudad, y al que el P. Actis le dedicó sus afanes intelectuales, manteniendo a
través de sus páginas duras polémicas en las décadas del ’50 y ‘60, como antes
lo había hecho el P. Chienno. Pasados los años, ya aquietadas las aguas, y
considerando que ya no cumplía con los objetivos que le dieron nacimiento,
"La Revista" dejó de salir
en 1969. Su colección, que puede
consultarse en el Museo de la Parroquia, es un testimonio de varias décadas de
accionar del catolicismo, en la etapa pre- conciliar.
Sobre el tema nos dice Actis en el citado librito:” El ambiente cristiano de Tandil era
halagüeño, pero el periodismo-excepto un diario- estaba teñido de ateísmo, filocomunismo y masonería… Visité a sus directores, como nuevo Párroco y como
periodista: Me había hecho cargo ya de La Revista. Todos me recibieron
cortésmente menos uno que no quiso ni
atenderme”
Luego relata de aquellos primeros tiempos de
Párroco sus polémicas con quienes “hacían
campaña contra el catolicismo”, desafiándolos a debates públicos y mediante
artículos en La Revista.
Ricardo Pasolini publicó su libro “La utopías de Prometeo” (2008) donde rescata
una etapa de la historia cultural de Tandil especialmente referida a la vida de
Juan A. Salceda y del Ateneo y la Biblioteca Rivadavia. Allí, con referencia a
estas polémicas de Actis con integrantes del Ateneo, dice refiriéndose a la
clausura y posterior intervención, en 1960, de aquella institución creada por
hombres pertenecientes a la masonería y al radicalismo ( “…no caben dudas, entonces, de la filiación masónica
de sus integrantes y de las simpatías de éstos con la UCR…”) que “…básicamente ( La Revista) seguía la línea editorial de la tradicional
revista Criterio, aunque solía asumir posiciones más beligerantes que ésta” y
refiriéndose concretamente a la medida tomada con la Biblioteca Rivadavia y el
Ateneo, transcribe lo que el semanario decía: “… puede ser que con este lamentable correctivo surja con el tiempo en
nuestra ciudad, un Ateneo de verdadera cultura, que no esté hecha de ateísmo,
materialismo, ni comunismo, infundio cultural que es la negación de todos los
valores reales de nuestra patria cristiana”
Con respecto a sus polémicas y en una nota
concedida a nuestro amigo y colega Néstor Dipaola en julio de 1993, el mismo
Actis decía: “Y tuve una publicación: “La
Revista” con la que llegué a polemizar muchísimo con los directores de los
diarios Nueva Era y El Eco de Tandil, en su momento, allá por la década del
sesenta”
También las sostuvo, de las que él llamaba “bravas”, con algunos sectores del
protestantismo, especialmente con el pastor luterano del Templo del Buen Pastor
(S. Acedo). Eran épocas en que el ecumenismo todavía no había “prendido”, cosa
que sucedió años más tarde del Concilio Vaticano II, hasta llegar a la tarea
extraordinaria de acercamiento de SS
Juan Pablo II.
Pero no fueron las únicas intervenciones
polémicas de don Luis: cuando en 1955 se quemaron iglesias en una reacción de
algunos sectores del peronismo, Actis se enfrentó duramente con las autoridades
gobernantes, defendiendo desde su púlpito la libertad religiosa y llamando a
defender la fe católica, conociendo la cárcel junto a los Hermanos de la
Sagrada Familia…
Al crear el Obispo de Azul la Vicaría de
Tandil, Mons. Marengo, lo nombró Vicario Foráneo, solicitando a S.S. Juan
XXIII, que lo designara como Prelado
Doméstico de su Santidad, con el título de Monseñor, concretándose ello en 1959.
Durante el ejercicio de su Curato, se
erigieron en la ciudad las cinco Parroquias y un sinnúmero de capillas dependientes de ellas que conformaron
la actualidad católica de Tandil, hasta
que recientemente se sumó la Parroquia de San Cayetano.
El periodismo oral no le
fue ajeno y así en Radio Tandil
inició un programa denominado “Dialogando
con los muchachos”, que mantuvo por
muchos años en el aire y del que era el autor de los guiones. Lo hacía en
diálogos preparados sobre distintos temas con alumnos del secundario del
Colegio San José. Este programa fue galardonado en 1978 con el premio San
Gabriel por parte de la Comisión
Episcopal de Medios de Comunicación Social.
Luego del Concilio Vaticano II, obediente a
sus orientaciones fue aggiornando
poco a poco sus homilías, además de la liturgia…aunque sabemos que le costó
adecuarse a algunas de las normativas. Su estilo conservador y su edad lo
justificaban…
El 28
de octubre de 1978, al cumplir 75 años y sus Bodas de Oro sacerdotales,
entregó en manos del Obispo de Azul la renuncia, tal como lo establece el
Decreto Conciliar "Christus Dominus".
Primero una Comisión especial, que celebró el
Centenario del Templo, el 28 de
febrero de ese año, integrada por Heriberto Renis como presidente, el autor de
esta nota como secretario , se abocó también a rendir homenaje a Mons. Dr. Luis
J. Actis, dejando para la posteridad un magnífico Álbum que recogió hitos
históricos, que dirigió el recordado Dr. Ernesto Eduardo Borga con la
colaboración de Néstor Dipaola y quien suscribe, el que fue presentado, meses
después de finalizados los actos, el 23 de febrero de 1979 en el Aula Magna de
la Universidad.
Para sus Bodas de Oro sacerdotales, una
solemne Misa concelebrada junto al Obispo de Azul Mons. Manuel Marengo, el
Obispo de Santiago del Estero Mons. Manuel Tato y numerosos sacerdotes de
Tandil y la zona, se desarrolló en su templo. Homilías significativas se escucharon ese día tanto de
los dos Obispos como del propio Mons. Actis.
Posteriormente, una cena multitudinaria
servida en el Polideportivo del Club Independiente, le rindió un cálido
homenaje con la presencia de las autoridades locales.
Mons. Actis se retiraba, pero no del todo.
Conversando en innumerables ocasiones con él, veíamos que añoraba su vida de
párroco así como también se sentía incómodo con algunas de las medidas que tomó
su sucesor, el Pbro. J. Tommasi, sobre todo por las modificaciones introducidas
en el Templo que tendían a ponerlo acorde con las nuevas formas de liturgia del
Concilio, pero que en casos como el del púlpito y el comulgatorio de mármol-que
fueron eliminados-creía que integraban parte del patrimonio arquitectónico que
se debía respetar, aunque de hecho luego no se usaran, como ocurrió en miles de
templos en el mundo.
Inmediatamente otra comisión de amigos,
encabezada por su recordado amigo René Di Fonzo e integrada por calificados
vecinos, en la cual el que suscribe llevó las tareas de secretaría, puso manos
a la obra para dotar de una vivienda al "jubilado" sacerdote, con el carácter de Hogar Sacerdotal, lográndolo
rápidamente con la colaboración de la feligresía de Tandil, siendo donada al
Obispado. Allí vivió hasta su muerte Don Luis, en la esquina de Maipú y Alem,
desde donde con su vetusto e inolvidable Renault 4- que manejó hasta muy
anciano- se dedicó especialmente a la atención de los enfermos de la Clínica
Chacabuco y el Sanatorio Tandil; a la Parroquia de Gardey; a la Capilla del
Colegio San José, de la que fue Capellán y a su última y gran creación, la Capilla de San José Obrero, tareas a
las que entregó sin descanso sus energías.
Esta última fue erigida con mucho esfuerzo en
terrenos donados por Micaela García Láinez de Suárez Martínez, donde en 1959 se
erigió la primera con carácter provisorio en Constitución 1350, de planchones y
con la colaboración de las religiosas del Colegio de la Sagrada Familia,
colocándose la piedra fundamental del templo definitivo el 19 de marzo de 1988-día de San José-, siendo padrinos Da. María
Silvia Magnasco de Otero y el Dr. José María Ortiz. Con planos y dirección del
arquitecto Oscar Gáspari, se iniciaba el largo camino para dar concreción a una
obra de aliento. Los fieles no fallaron
a don Luis y sus colaboradores incondicionales, entre los que se encontraban
Manuel Otero, Manolo Aguilera, Juan
C. Scianca, Isabel Marbán de Salibene y su esposo, Alicia Morbelli y otros y
poco a poco, sin prisa ni pausa la obra fue avanzando.
Casi la vio concluida, pero no alcanzó a
vivir para su inauguración formal, que fue el 1 de mayo de 1997, siendo Obispo Mons. Dr. Emilio Bianchi di
Cárcano y Párroco el padre Raúl Troncoso. Don Luis había fallecido dos años
antes…
Además de toda la actividad reseñada en esta
apretada síntesis, Mons. Actis fue un prolífico escritor de temas espirituales
y de evangelización, publicando decenas de folletos y un pequeño libro, "Caminos de elevación", del
que se han hecho alrededor de veinte ediciones, siendo traducido entre otros
idiomas al inglés, al francés y al
portugués.
La Universidad Nacional del Centro lo
reconoció cuando por la resolución Nº 1460 del 13 de mayo de 1994, lo designó Profesor Honorario, porque además de las señaladas virtudes se
agradeció su valiosa intervención en la creación de los estudios universitarios
en Tandil y la zona, apoyando decididamente al inolvidable Dr. Osvaldo M.
Zarini.
La vejez lo encontró firme y erguido como
siempre-con tiempo para disfrutar de su infaltable mesa de truco junto a sus
amigos más íntimos- aunque su organismo desgastado fue perdiendo energías hasta
enfermar.
Su breve internación en el Sanatorio Tandil,
fue para él una prueba más. Recuerdo que en una de mis últimas visitas-ya sobre
el final-lúcido aún oraba con fe “Dios
mío, Dios mío…”
El 21 de marzo de 1995, con el otoño, se
apagaba su vida, sin una queja, sin un reproche y como lo anticipó él mismo en
su testamento. “…Pobre vine al mundo.
Pobre quiero irme de él. La única riqueza que ambicioné y logré, fue la de una
fe inquebrantable, la de un amor apasionado a
Cristo y su causa y la de una esperanza confiada en la Divina Misericordia…”.
“Pido
perdón por mis defectos humanos y ruego a cada institución de las que fui
director o asesor, la caridad de una Misa…”
El velatorio en el templo de la Inmaculada
fue un continuo desfile de fieles y vecinos junto a autoridades. El sepelio fue
acompañado por una multitudinaria caravana que al salir del templo pasó por las
calles vecinas, acordonadas por los alumnos del Colegio San José. Quienes
participamos lo hicimos embargados por una gran emoción…no era para menos acompañábamos
los restos mortales del último patriarca…
Sus restos reposan en el atrio del Templo de
la Inmaculada de la Parroquia del Santísimo Sacramento, -como lo había
solicitado en su testamento- al lado de
la tumba de su predecesor, el Padre Luis Chienno, allí donde hoy están, además,
los retratos de todos los Párrocos y la imagen de la Patrona de Tandil.
Una avenida y un sector del Museo del Fuerte,
llevan su nombre, como justo homenaje del pueblo de Tandil a quien fuera
su líder religioso, hombre de la
Iglesia, hombre de Dios, “hombre de dos
mundos”, que no calló lo que creía debía defender… un verdadero Cruzado de su época…
Un caso en el que confluyó lo
social-deportivo y lo político fue el de Francisco
J. Vistalli. Nacido en Guaminí el 26 de febrero de 1908, luego de varios destinos se radicó en Buenos Aires donde se
graduó de Médico Veterinario en 1932. Tres años después se afincó en Tandil designado por el
Ministerio Inspector del Matadero Municipal, trayendo
consigo sus ideales conservadores y nacionalistas, además de su pasión por el
boxeo.
Producido el movimiento de
1943, se alineó en el incipiente peronismo, tuvo
buenos contactos y amistades con el conservadorismo local y además era amigo
del Tte. Cnel. Julio Lagos, uno de los miembros fundadores del G. O. U.. Esto se corresponde con el nombramiento de
Vistalli -ligado por vínculos familiares al conservadorismo- en abril de 1944,
cuyas relaciones con el poder militar fueron decisivas para su promoción como
primer civil a cargo de la Comisionatura de Tandil. "Yo conoci mucha gente del GOU. Era muy amigo de Lagos, Teniente
Coronel. Yo entré acá por él como Comisionado en 1944", e interrogado
sobre los motivos de su elección responde: "buscaban gente nacionalista”
El interinato civil de Vistalli se vio pronto interrumpido por la
designación del Mayor Eduardo Avalía el 18 de agosto del mismo año, quien llegó
acompañado por Ricardo Boneo, que se desempeñó como secretario hasta que -como
reflejo de una crisis de gabinete en la provincia- relevó a su jefe en
diciembre de 1944.
Vistalli
" de tradición nacionalista y
católica", según nos confirma su hijo
Marcos, buscó desarrollar en el corto período, una política de consenso
y de "buenos vecinos" hasta que finalizó su primera y breve incursión
política.
Su
dedicación a la práctica de diversas actividades deportivas lo llevó a
participar en las escasas que se desarrollaban en ese momento en nuestra
ciudad. Su inquietud lo llevó a fundar la Liga Tandilense de Atletismo y más
tarde la Asociación de Básquet.
Luego
en el Club Santamarina creó una escuela de boxeo y fue su primer profesor, para
luego organizar combates de box y finalmente ser presidente de la institución
en dos períodos diferentes en los que desarrolló una intensa labor.
También
fue fundador de la Cruz Roja, Jefe de Laboratorio del Hospital Santamarina,
fundador junto con María Elena Serra de la Universidad Popular y con los
doctores A. Martínez Goya, Pedro Cereseto, Elías Apaolaza, Carlos Gentile y Abraham
Záliz abrieron la Clínica Modelo.
Su pasión por el periodismo deportivo lo llevó a fundar el Semanario Actividades Deportivas que después se
transformó en el diario Actividades.en 1949.
Luego
de ser detenido en 1955 y 1956 por las sendas revoluciones antiperonistas, se
dedicó de lleno a la política. Como primera medida renunció a la presidencia
del Club Santamarina: “no tengo que
mezclar al club con la política”, puso el diario al servicio del partido
Justicialista, abrió una Unidad Básica en el centro de la ciudad, junto con la
Peña llamada “Facundo Quiroga”.
Durante su presidencia en el Partido nunca perdió una elección en Tandil,
inclusive con los votos en blanco para cambiar la Constitución, salvo en 1982
con un partido ya desprestigiado en el orden nacional.
En
1962 en las legislativas ganó una banca de Diputado Provincial pero Frondizi
intervino la Provincia. Cuando fue levantada la censura al Justicialismo, en
las primeras elecciones obtuvo no sólo una banca en 1966, sino que fue
vicepresidente de la Cámara y al renunciar el titular Dr. Pérez Vélez, asumió
el más alto cargo. Finalmente, en 1982 fue elegido Diputado Nacional.
Su
liderazgo lo convirtió en referente indispensable de su época, como el caudillo
insoslayable en el estudio del peronismo tandilense hasta la década del ‘80.
Don Pancho falleció en
Tandil el 9 de junio de 1989.
Un líder distinto fue Osvaldo Marcelino Zarini.: Nació en
Tandil el 24 de marzo de 1925. Estudió magisterio e inglés, fundando a los 18
años el Instituto Mariano Moreno. Se recibió de abogado estudiando libre en la
Universidad Nacional del Litoral (Santa Fe) siendo docente en las Escuelas
Normal y de Comercio. Fue el precursor y fundador de la Universidad de
Tandil-inaugurada el 30 de mayo de 1964- siendo además Intendente en 1971 y
luego Ministro de Educación de la Provincia de 1971 a 1973, en que falleció en
un accidente automovilístico el 18 de enero de ese año. Fue la personalidad más
destacada del siglo XX de Tandil y su huella permanece vigente a través de su gigantesca
obra .
Osvaldo era hombre de fácil sonrisa que apreciaba en toda su amplitud
los necesarios momentos de esparcimiento que se
requieren, cualquiera sea la actividad que se desarrolle. Amante del
cine, del baile, de la tertulia de café (fue asiduo concurrente a las reuniones
de la confitería Rex), su gusto por el fútbol, que alguna vez practicó, y por
la guitarra y el canto que desde niño formaron parte de su vida, completaban
sus “entretenimientos”.
Su pensamiento siempre valoró mucho a la juventud, en ese sentido, lo
sintetizó en un reportaje al decir "...
la función docente tiene como exigencia identificarse con la juventud, no tanto
en las actitudes o comportamientos materialmente considerados, sino en la
profundidad de los ideales que en la juventud aparecen más cristalinos,
positivos y con visión de futuro". "Ser joven es tener ideales",
solía decir, y en esa afirmación puede encontrarse la razón de por qué Zarini
fue siempre un joven.
De formación cristiana, aplicaba a su hacer un sentido enmarcado en los
grandes Iineamientos de la Doctrina Social de la Iglesia, que trasuntaba no con
la militancia del que lo pregona, sino con la eficacia del que testimonia.
"Al hombre se lo conoce a
través de las obras de bien común que realiza", recordaba repetidamente, con su
característico vocabulario docente que afirmaba su posición que ello "'era un estado de vida"; así lo entendía él, como una
verdadera vocación de servicio que debía trasuntarse en todos los campos de la
acción, un compromiso de la persona en cualquier acto que cumpliese y que él
practicaba desde la función pública y desde su profesión de abogado,
incluyendo, naturalmente, la propia del aula ..
La docencia encontraba en Zarini
la clarinada de una voz segura y firme de sus convicciones, envuelta en el
contenido de una oratoria perfecta, atractiva, por momento conmovedora y
siempre fluida, producto de un pensamiento que no necesitaba del papel para
expresarse y por lo que siempre prescindió de él en cada uno de sus discursos
o conferencias.
Sus condiciones excepcionales de organizador, su carácter, su vitalidad
creadora le daban cierto rasgo común en los grandes hombres con gran capacidad
de absorción de trabajo: delegar poco y tener fuerte capacidad de mando,
acompañada de cautela y cierta tozudez; condiciones que finalmente conforman y
perfilan la personalidad de un ser humano y que él supo equilibrar bien.
"Este fenómeno de convivencia
-afirmaba Zarini - es materialmente una coincidencia de conductas individuales producida
por circunstancias comunes. “
Si como Intendente Zarini ensayó la práctica de su pensamiento, como
Ministro pudo concretarlo con eficacia pese al escaso tiempo en que estuvo como
tal.
Su deseo de elaborar las pautas de gobierno en base a una participación
organizada de los sectores del quehacer ciudadano, lo llevaron a tomar contacto
inmediato y abierto en sus propios lugares de residencia, con las distintas
comisiones existentes en el Partido de Tandil, junto a sus colaboradores. Allí
no sólo recibía las inquietudes sino que con ellas construía el verdadero plan
de trabajo que, elaborado luego por los asesores, se transformaba en medidas de
gobierno.
"El gobernante debe dar
cuenta de su actividad a los gobernados - solía repetir
- por eso es un funcionario público. La publicidad de los actos de gobierno
deben llevar intrínsecamente la finalidad de transmitir lo que se está
haciendo, no para promocionarlo, sino para que se lo conozca y se lo asimile
como propio".
De una popularidad asombrosa, en sus escasos siete meses de gobierno
municipal proyectó empresas de largo aliento y otras de concreción inmediata
que beneficiaron y seguirán beneficiando a muchas generaciones de argentinos de
esta zona del sudeste bonaerense.
Zarini era un orador excepcional que jamás leyó, y en sus
improvisaciones perfectas captaba la atención del público de una forma
carismática. Su forma de proceder y actuar no dejaba dudas acerca de su
capacidad para comprender al que tenía enfrente y tanto como con los poderosos
de la época, como con los humildes, supo ganarse su voluntad. Hemos sido
testigos de la popularidad inmensa de Zarini y creemos que con él se fue el
tandilense más carismático y visionario del siglo XX, un caudillo que no se
propuso serlo…
Creía en una necesaria transformación y en ella daba gran importancia al
ordenamiento del Estado y a la actividad privada, convenientemente estimulada
para un desarrollo útil a la comunidad, sin cargar al Estado, ni cargarse él,
de actividades que competen al hombre en sociedad. "El problema del país no se va a solucionar estatizando todo “- decía, agregando:"... la nacionalidad se manifiesta en comunidad,
en fines de comunidad y esos fines existen en nuestro país, porque en nuestro
país el Estado no ha precedido a la Nación sino que ha sido esta Nación, la
base de su estructuración jurídica y social".
Defensor del pluralismo como expresión de las democracias maduras:
"… considero que la existencia de partidos políticos, es
vital para la democracia" -decía. Partidos políticos que trasuntaran
en su organización interna y en su trabajo comunitario, una democracia real y
actualización y renovación permanentes en los procedimientos, enmarcados en la
responsabilidad honesta y de servicio.
El bien y la felicidad del prójimo, eran pues valores fundamentales en
el quehacer de Zarini, que los trasuntaba en su ideario y los testimoniaba en
la praxis.
“Los hombres, lo hemos dicho,
se conocen por las obras y se proyectan como seres trascendentes por esa obra,
su pensamiento debe estar volcado hacia el bien de la comunidad porque el hombre
no sólo es el ser social que trabaja para sí, es el ser social cuya dimensión
se aprecia en la medida en que se proyecta en el bienestar común” afirmaba, completando su pensamiento al decir:
"Nosotros tenemos el convencimiento
de que .las sociedades avanzan desde su núcleo, tenemos el convencimiento de
que es necesario luchar permanentemente desde adentro para sacar, para elevar la cultura del pueblo, que es el único modo permanente de
asegurarle la felicidad" .(NR: la negrita es nuestra)
Su labor estuvo orientada por su íntima vocación docente que trascendía
en cada uno de sus actos. No podía dejar de enseñar aún en la función pública,
sus discursos, más que tales, eran verdaderas clases magistrales, no por lo
académicos sino por la profundidad de concepto y de pensamiento vertidos con la
fluidez y coherencia del pedagogo. Era indudablemente un hombre superior,
pionero y como tal visionario.
Fue un maestro que con su obra magna, la Universidad, cambió el destino de la historia de Tandil, fue una bisagra
decisiva. Después de la creación zariniana, ya Tandil no fue más el mismo.
Esta es hoy entonces una ciudad
distinta, donde diversos grupos de investigadores trabajan silenciosamente
en valiosos proyectos, donde convenios con Municipios de la zona y con
instituciones nacionales e internacionales, proyectan a la ciudad.
Cerramos esta nota con otro caso muy particular, el de Julio José
Zanatelli. Nacido en Rauch el
17 de julio de 1930, siguió la carrera militar con diversos destinos alcanzando
el grado de Teniente Coronel. Estuvo al frente del Distrito Militar Tandil, fue
designado Comisionado en 1976 y luego en 1980, ya retirado, se dedicó a la
política fundando en Tandil Fuerza
Republicana y luego, junto a otros ciudadanos Apertura Independiente, partido vecinalista, con el que fue electo
intendente en 1991, reelecto en 1995 y
luego nuevamente en 1999.
Tuvo especial dedicación por las obras
públicas y desarrolló una intensa labor en esa área.
Su origen militar, radicado ya adulto en Tandil y proveniente
de un golpe, se convirtió en un fenómeno que merece un estudio particular, dado
las características tan especiales de su personalidad y de su trayectoria que
lo llevó a un grado de popularidad y liderazgo basado en su contacto con la
gente y su fuerte personalidad así como su predisposición a ponerse al frente
de las necesidades comunitarias superando la carencia de una oratoria fluida y
brillante.
El
Diario El Popular de Olavarría decía
por esos tiempos “: En los bares, en la
calle, en el kiosco. En todos lados, todo el mundo analiza por estas horas el
"fenómeno" Zanatelli. Ni hablar de los ambientes políticos, donde el
tema ha desbordado la capacidad política y sociológica de más de uno desde hace
muchos años. Y ahora más que nunca. "Nunca le encontramos el agujero al
mate" concluyó con gran poder de síntesis ante El Popular un influyente
dirigente de la Alianza. "Es increíble, en todas las reuniones empezamos y
terminamos hablando del `Viejo’", agregaba otro peso pesado del peronismo.
Mientras tanto, Zanatelli hace gala de su pragmatismo sin límites y, por
cierto, gana elecciones”.
El
diario Nueva Era, por su parte, se preguntaba:"¿Dónde está la explicación?",
Y agrega: "Una, Zanatelli mantiene
todavía en el grueso de los que optaron por él, una imagen intacta de hacedor.
Otra, su estilo y su forma de ser han penetrado emocionalmente en esos sectores". "Pero hay otro elemento de juicio
imposible de soslayar. En medio de un acentuado descreimiento de la dirigencia
política en todos los niveles, Zanatelli sigue alzándose como la expresión más
genuina de los que siguen sin creer a los políticos. Hay, detrás de su imagen,
un voto antipolítico y un voto antisistema. Zanatelli, habilidades mediante,
teniendo actitudes marcadamente políticas y comportándose como un viejo zorro
en la arena, sin embargo ha captado las sensaciones de los que no creen en las
estructuras tradicionales".
"Zanatelli también hace política pero quienes
lo eligieron advierten que es totalmente distinto, que está vengando sus
propias frustraciones y enconos con lo que consideran que ‘son todos iguales’
", concluye el análisis del vespertino local.
Por su
parte, desde una columna de opinión del matutino El Eco, el periodista Fermín
Daguzán apeló a desentrañar la palabra "fenómeno" para explicar "por qué este teniente coronel
retirado, político trotapartidos, nativo de Rauch, residente en Batán,
inquilino permanente del despacho más caro de Belgrano al 400, sigue
conservando una popularidad que se traduce en adhesiones de papel cortado tantas
veces como haga falta".
"En lo extraordinario es donde sobran
pruebas. Zanatelli fue dos veces intendente en las épocas más oscuras del país,
pasó por cinco agrupaciones políticas distintas en su trayectoria democrática,
posee una oratoria pobre y se lo acusa de administrar mal. Zanatelli se
disfraza de paciente en el Hospital y de obrero en la zanja. Juega con los
deportistas a que de joven jugó a todo, con los periodistas al enojo permanente
y con los funcionarios al teléfono descompuesto. Va a los barrios y nadie lo
ignora. Habla desde su metro noventa y pico, levanta la voz y el índice, y el
que no lo quiere al menos lo escucha. Se
lo respeta casi siempre y su honestidad no se cuestiona nunca".
Y
concluye: "Su pasado en el Proceso,
su costado ideológico y, en el mejor de los casos, el perfil y la manera de
ejecutar las políticas de Estado, han sucumbido ante otros valores. Así lo ha
evaluado la gente en esta última década. Por eso, le parezca simple o complejo,
quizás inverosímil, lo sigue votando".
Por su parte el periodista Juan Favre
manifestaba en 1999 en el diario El
Popular: ”Gracias a la pequeña diferencia de
votos que logró sobre la Alianza y el PJ, el intendente Julio José Zanatelli
logró el domingo último su segunda reelección consecutiva aunque esta vez
integrando las filas de Acción por la República, el partido que lidera Domingo
Cavallo.
Si Zanatelli completa su nueva gestión de
cuatro años más, habrá conseguido batir su propio record y gobernado los
destinos tandilenses por un total de diecisiete años, ya que a los doce del
período democrático hay que agregarle los cinco del último proceso militar.
Una ciudad muy particular
Con
este triunfo, Zanatelli no solo ha consolidado su liderazgo y sacado
definitivamente chapa de fenómeno político y social, sino que ha incorporado
una forma de hacer política que siempre dejó sin reacción a sus opositores. Justo él, que desde 1991 fue beneficiado por la mayoría
de los tandilenses gracias a su perfil de no político, a través de los años fue
mostrando "las uñas" con un accionar político donde el pragmatismo,
la audacia y la contradicción fueron quizás sus principales características.
Porque además de lograr un record de años de
gestión, Zanatelli se hizo acreedor de otro raro mérito: es el único intendente
que ha logrado sucesivos triunfos integrando alternativamente distintos
partidos políticos. A saber. Luego de dos frustradas intentonas, una con el
Partido Federal y otra con una agrupación vecinalista, en 1991 Zanatelli logró
llegar a la intendencia integrando la Fuerza Republicana de Domingo Bussi. A su
residencia de Batan lo había ido a buscar Rubén Madarieta, con quien creó la
vecinalista Apertura Independiente y ganó las legislativas de 1993 y su primera
reelección en el ‘95.
Sin embargo, cinco días antes de asumir su
nuevo mandato abandonó AI y firmó la ficha del justicialismo. En 1997, la lista
que él apoyaba le ganó la interna a la encabezada por Jorge San Miguel aunque
fue la Alianza la que triunfó en las generales.
Y si algo le faltaba para ratificar su
particular originalidad y audacia, el propio Zanatelli se encargó de ofrecer un
capítulo-estreno en la política local: a pesar de perder la interna frente a
Jorge San Miguel, encontró en Acción por la República una nueva estructura
donde cobijar su pretensión de un tercer mandato, con el éxito conocido”.
Por su
parte E.El Hage y R. Pasolini en
“Tandil en la Argentina del Bicentenario” (2010) comentan sobre él:”La astucia de Zanatelli radica en su
pragmatismo y la ecuación de manual que
todo político en acción, es decir en el poder,
despliega ante sus obras que son de bajo costo y alta visibilidad, las
cuales lo posicionan con el rango del hacedor. Como un hombre de Estado. Que si habla mal en público (son célebres sus
furcios y sus notorios inconvenientes
para elaborar una idea desde el lenguaje), paradójicamente esta carencia será
dimensionada por su electorado de base
como un signo favorable , una señal a
tener en cuenta Quiere decir que no habla o habla mal, pero hace. Y lo que
importa es al cabo eso: que haga. Porque para eso le pagan el sueldo. Allí, en
esa imagen de hosco eficientismo, se entronca la sustancia electoralmente
devastadora de Zanattelli.”.
Un
testimonio valioso es el de su viuda, Teresa
Rossi de Zanatelli quien decía en El Eco en noviembre de 2013:
P: Zanatelli no la hubiese pasado bien si le
hubiera tocado la era K, ¿no?¿Se lo imagina?
-¿Usted lo
dice por ese pasado que siempre están removiendo? Y, no sé. A veces pienso que
Julio era visionario porque cuando fuimos a China, él procuraba traer las
industrias y todo eso a Tandil y luego, muchos años después salió Kirchner con
lo mismo de China. Igual con el turismo: Julio siempre decía que Tandil tenía
que dedicarse al turismo ¡Y la gente no quería! Más bien preferían el pueblo
para ellos. Pero no sé,fíjese que con tal de hacer más cosas para la
ciudad Julio llegó hasta a afiliarse al peronismo. Y no sé si eso todo el mundo
lo entendió.
P:Expliquémoslo.
-Para lograr apoyo para la ciudad lo convencieron -entre ellos el petiso
Pedersoli- de que si se afiliaba, sería todo mucho más fácil, y bueno, se
afilió, y lo captaron. Lograron lo que querían y después no le bajaron lo
que habían prometido. No lo apoyaron.
P-¿No cree que Zanatelli estuvo mal aquella vez que
perdió la interna en el PJ y después se presentó desde otro partido?
-Y bueno, lo que pasa ahí, sí, en realidad fue una
decisión muy personal. Lo que creo es que está bueno que alguna vez se ponga un
límite a la reelección de los intendentes. Una reelección y ya no más. Es lo
mejor.
P:¿Qué hay de cierto de que era usted la que en el
fondo lo instaba a seguir?
-El me decía “vos querés que yo siga”, pero era en broma; en realidad él
quería seguir ¡Y me decía a mí! La verdad es que… mire, cada elección era
terrible, porque veíamos tal despliegue de los otros partidos en las
propagandas; me acuerdo que mis hijos iban a Tandil y decían “¿pero papá va a
ganar con ese Zanatelli pintado en el borde del cordón?”. Y bueno, sí, ganaba.
P: ¿Por qué cree que siempre ganaba?
-Por eso mismo. Porque la gente encontraba en él una persona honesta. Y
le creían porque se ocupaba. Por eso Tandil es un recuerdo tan hermoso: porque
puedo ir y recorrer las calles tranquilamente. Creo que eso es los más
importante, lo más lindo. No tener que estar escondido”.
Recordemos que ya enfermo, debió
renunciar a fines de 2002,
falleciendo en Mar del Plata el 4 de
agosto de 2003. Fue el Intendente que más años estuvo al frente de la Municipalidad.,
antes que Lunghi y por su estilo, tal vez el último caudillo…
Lo felicito por tan preciso e imparcial trabajo. Agradecemos la biografía política de nuestro querido abuelo. Saludos
ResponderEliminar